LOS muertos no son votos
ALMA GRANDE
Los muertos no son votos
Por Ángel Álvaro Peña
Todo lo que pueda restar simpatías, puntos o votos al actual gobierno federal algunos lo
celebran como un triunfo, aunque el motivo de su júbilo sea el número creciente de muertos
por Covid-19.
Cual marcador de futbol, algunos comentaristas destacan en sus espacios el número de
muertes por la pandemia como si se le quitara votos al gobierno o le diera la victoria
automáticamente a alguien de la oposición. La tragedia es lo de menos para estos
comunicadores que sólo falta que griten “otro muerto” en lugar de “gol”.
Es decir, el número de muertos se anuncia como si cada deceso fuera un voto menos para
el gobierno, con pasión y alegría dan a conocer que México ha superado los 200 mil, incluso
los locutores de radio y TV anuncian que hay más víctimas y que el gobierno no lo quiere
dar a conocer, como si fuera culpa de los funcionarios públicos y no de la sociedad que no
supo cuidarse o que debió salir a trabajar para poder sobrevivir en medio de la pandemia.
Es decir, por cuestiones de trabajo, miles de mexicanos ponen en riesgo sus vidas para
llevar comida a la mesa de su familia y si mueren producen una profunda alegría en algunos.
La crónica de una pandemia mundial cobra fuerza como si se tratara de una nota roja que los
comunicadores se han encargado de hacer amarillista sin importar el dolor que implica para
las familias de los muertos su derrota ante el Covid-19.
Las recomendaciones fueron anunciadas desde el inicio de la pandemia y hubo mucho
descuido de parte de los ciudadanos, eso nadie puede negarlo. La oposición afirma que
debió haber una mejor estrategia, pero no dicen cuál. Y los partidos de oposición señalan
gustosos que mueren muchos más de los oficialmente registrados, pero fueron incapaces
de dar una solución o de otorgar un peso de sus prerrogativas para ampliar hospitales o
medicamentos, incluso vacunas.
Nadie tiene derecho a alegrarse por la muerte de un semejante, menos aún de una persona
del mismo país, de un hermano de historia y con nuestra identidad; sin embargo, no pueden
ocultar la alegría de las muertes, como verdaderos carniceros de la política.
La población debió poner de su parte un gran esfuerzo, a veces un sacrificio para evitar el
número de contagios, pero se podían ver las playas llenas de turistas de todas las edades,
de personas tomando alcohol en los centros turísticos como si fuera medicina, pero nadie
tomó en serio las recomendaciones como para culpar solamente a una parte de este problema.
Lo que es condenable es que la oposición y algunos medios hayan impulsado la
descalificación de la estrategia, la efectividad de las vacunas, las precauciones y esto nadie
puede negarlo. Está registrada la noticia en los medios lamentablemente.
No le hacen daño al gobierno, les hacen daño a todos los mexicanos sin excepción, pero
nadie los detuvo, y tal vez en ese libertinaje de desinformación sí tenga la culpa el gobierno,
que por miedo a parecer represivo o enemigo de la libertad de expresión jamás amonestó a
a pesar de que era claro que dañaban la salud y atentaban contra la vida de los mexicanos.
Actualmente muchas escuelas, principalmente particulares, exigen al gobierno que dé luz
verde a la apertura de las aulas, argumentando que los niños son inmunes a la enfermedad
o por lo menos más resistentes a ser contagiados; sin embargo, no dejan de ser transmisores
de la enfermedad y llevarán el Covid-19 a su casa, cuyos integrantes lo propagarán por todo
el país. Para muchos primero es la recuperación económica y después la salud, aunque en
esto vaya de por medio la vida.
Las medidas que se adoptan para Semana Santa deben ser tomadas en cuenta para evitar
que haya un aumento en los contagios y, por consecuencia, en las muertes. Se abren los
turísticos para no ahogar la economía del país, pero esto no quiere decir que las
precauciones dejen de tomarse. Deben seguir practicándose los actos preventivos,
aunque las personas se hayan vacunado, pero esto tampoco quiere entenderlo mucha gente,
creen que la vacuna los hace inmortales
Es necesario que la gente sea estricta en las medidas, empezando por cada uno de los
mexicanos, y vigilar que el resto lleve a cabo las medidas de precaución necesarias para
evitar los contagios. Todos debemos cuidarnos. No hay culpables, hay irresponsables que
pagaron con el contagio su falta de prevención de una enfermedad que mata.
Los tiempos electorales obligan a la oposición a apostar por la muerte como si esta
numerología, por sí misma, fuera a convertirse en votos en contra de la actual administración
pública. La salud es prioridad en los mexicanos y el respeto a su vida a veces es mayor que
el respeto a su libertad de movilización o de tránsito.
En una pandemia no hay culpables, ni ganadores ni perdedores políticos, hay pandemia
en la unos debemos cuidarnos a otros. La tragedia que implica este flagelo es muy
lamentable y nunca podrá ser motivo de alegría. PEGA Y CORRE.
- La obsesión del INE por demostrar de qué lado están los consejeros electorales,
incluyendo al consejero presidente, Lorenzo Córdova, pone en riesgo la credibilidad de los
comicios del 6 de junio. Tal vez sea eso lo que también andan buscando los de la burocracia
… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
angelalvarop@hotmail.com
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