COLUMNA ESPACIO 13 DE NOCHEBUENA

 

por  ALFONSO MORA CHAMA

Amigos:

 

   Así es… para quienes se consideran mis amigos y a los que  les he brindado mi amistad a todos por igual, desinteresadamente, es en esta noche de reflexión cuando se nos brinda la opción de perdonar errores de los cuales todos estamos expuestos si ya los cometimos, a volver a hacerlo, y he comprobado que los verdaderos amigos si están en las buenas y en las malas, en los tropiezos y en los triunfos, analizando a quienes llegan a ti cuando existe la luz y se alejan, te abandonan cuando llega la oscuridad, no se diga los que ostentan el poder. Poder maravilloso e inexplicable que los cambia de la noche a la mañana.

 

   A ellos, a los políticos que esperan todo del periodista a pesar del trato déspota y de indiferencia, en esta noche buena y de la Navidad, debo darles un consejo a sabiendas que no van a seguirlo, que sean amables con su pueblo, sin vanidad y sin ostentosidad, solamente con la responsabilidad que llevan en su periodo de mando, que finalmente es corto y del cual deben estar preparados no para estar en él, sino para dejarlo, porque la nostalgia del poder los llevará al laberinto de una soledad que será difícil, muy difícil de superar. Digamos que gozaron de una borrachera de cuatro años, en el caso de los actuales alcaldes, con una tremenda cruda para todo el resto de su vida…

 

    Quienes estamos en esto del periodismo, algunos utilizando este noble oficio para chantajear y convertirlo en oficio prostituto, debemos de cuestionar – no criticar o juzgar – de frente y con la autoría de la columna y cuando se amerita los defenderemos a sus espaldas y si hemos sufrido calumnias de los colegas, - plenamente identificados, plenamente ignorantes – los consideramos ante su negativa labor en donde aparecen solo palabras o letras muertas… a los políticos, alcaldes, ediles, diputados, a esos que de la noche a la mañana se convierten en millonarios y petulantes, no el perdón a sus desplantes, solo consideraciones… y lástima.

 

   Aunque parezca exagerado pero el periodista es tan normal como todos, lleva memoria en el corazón y guarda las buenas acciones de los políticos sanos y valederos, el trato amable, como también la despótica voz del farsante, del falso profeta que incrustado en la política se convierte en el odiado rufián que cuenta y suma dinero, pero no amistades. El odio y el rencor bien ganado queda en el juicio ciudadano…

 

   Esta noche buena y esta navidad, les deseamos paz en sus corazones y medida justa y razonable en los asuntos de la cuenta pública… no nos consideran sus amigos pero tampoco lo deseamos, si existen amistades que denigran y son las que evitamos.  

 

    Lo que ellos opinen de mí, no es problema mío, es de ellos y sus ofensas me las llevo con el viento… he aprendido a llevar una conciencia tranquila y en cuanto a mi reputación se las dejo a los envidiosos y perversos, dejando la tristeza y amando la vida. Como periodista seguiremos entrando y saliendo por la puerta de la dignidad y de la libertad, sin claudicar, aplicando para los malvados el ejemplo de Nelson Mandela, de que no debemos ser prisioneros del odio y del resentimiento.

 

   No estamos obligados a cambiar a nadie, solamente cuestionamos y ellos son los que pierden todo lo que desean saber, porque en esta corta vida estamos tan desequilibrados que peleamos con los vivos y obsequiamos flores, llanto y tiempo a  los muertos… cuando es necesario hacer más valiosa la vida que la muerte.

 

   Amigos todos… en esta navidad de 2020 aseguramos firmemente:

Espacio 13 y Periodistas Unidos hasta que Dios me lo permita sabiendo lo fundamental del periodismo serio, justo y profesional:

 

Nuestro carácter está definido.

 

¡¡¡ Feliz Navidad… !!!

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