SONORITA…CULTURA URBANA Y SEMIÓTICA DE LA DISMINUCIÓN

 SONORITA…CULTURA URBANA Y SEMIÓTICA DE LA DISMINUCIÓN

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Por Víctor M. Estupiñán Munguía

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“La semiología permite comprender, analizar, descifrar, es algo defensivo,…La retórica está hecha para persuadir, convencer, vencer, es algo ofensivo…” Laurent Binet

Cultura en sentido amplio es todo lo que ha realizado el hombre y lo que no también. Sabemos que los procesos culturales se plasman en todos los ámbitos de la realidad. 

Por ello, se debe tener cuidado en qué tipo de mensaje se desea trasmitir socialmente hablando. Ya que la vida cultural es también vida política. Es lucha de ideas y valores por diferentes medios. Valores que suman o restan, golpean u honran. 

Cada uno de esos procesos y acciones conllevan mensajes y contenidos ya sea explícita como implícitamente. 

Hoy analizaremos algunos meta mensajes en un nuevo personaje Hermosillense: “SONORITA El VENADITO”; el cual constituye la presencia en un símbolo de identidad ancestral que es el Yaqui.

Los símbolos son excelentes organizadores mentales, es decir, ideológicos. El amplio mundo de las ideas puede ser manejado rápida y sintéticamente.

Sin poderes simbolizadores, las abstracciones serían imposibles, se negaría el poder de pensar, recordar y evocar en “representación de”.

De tal forma que la concepción ideológica que permanece en el subconsciente de un grupo sobre un hecho que lo contiene como a-histórico se materializa en las formas de expresión semióticas.

Con el personaje que analizaremos, la retórica visual pretende envolver la conciencia de la historia para reciclarla y presentárnosla como algo intrascendente, volátil, frívolo y superficial. 

La estructura ausente es aquella que se encuentra subsumida en una propuesta formal.  Sin embargo, sus contenidos se perciben mediante el estímulo visual ya que el cerebro reacciona según lo que ve y cómo lo ve. 

Por otro lado, los símbolos “marcan” las definiciones culturales. En otras palabras, vislumbran las relaciones sociales, culturales y geofísicas con el espacio llamado región o en su caso subregión. 

También es válido para los espacios urbanos y sus procesos de significación social. Es una especie de compás. Se constituyen en referentes psicológicos de identidad. 

El lenguaje visual es capaz de crear modelos que permitan “manejar” experiencias subjetivas tanto de la naturaleza o geo-ecológicas, así como también de lo social.

La estructuración y manejo de un lenguaje visual acorde a la realidad sonorense, es decir, a su idiosincrasia permite que la gente se in-volucre y adquiera relacionalmente los diversos significados que se le propongan mediante símbolos regionales. Es decir, en su caso altamente identitarios o enajenados. 

Son los que nos ayudan a reafirmar lo que somos y hemos sido; lo que nos une, son los lazos entre hermanos con-regionales. Los que nos conceden valor frente a “los otros”.

De tal manera, el lenguaje arquitecturizado con la fuerza y resistencia de los símbolos regionales, influirán en la percepción, empatía, memoria y consecuentemente en el comportamiento social politizado.

Sin embargo, lo vemos muy disminuido en sus valores guerreros. Claro que sé que se trata de una caricatura y, como tal se le deformó y se hace exageraciones algunas de sus rasgos reales.

Por ejemplo, se presenta como un hombre blanco, según el color de su piel. Con 2 dedos en un pie y 4 en el otro. El color de su cubrimiento en la cabeza hace pensar en un cono de nieve.

Esa escultura moderna, sintética, de fibra de vidrio nos mensajea que los yaquis son risibles. Que son caricaturas, incompletos y asimilados a la cultura blanca. En otras palabras, como símbolo encontramos al yaqui muy desecho y disminuido en sus fundamentos de raza guerrera. 

Sin lugar a dudas, un gran golpe semiótico al capital simbólico de la Nación  guerrera inquebrantable e, invicta históricamente. Se está propagando otra historia desfigurada, disminuida, prostituida. Esos personajes ni para los niños son buenas porque “cuentan” los hechos distorsionados, confusos.  

Recordemos que los monumentos son puestas en escena y como tales son escaparates públicos permanentes las 24 horas. Allí se encuentran grandes oportunidades para enviar mensajes políticos, sociales, históricos. Es decir, culturales con impacto ideológico.

Los mecanismos de poder junto con los intelectuales orgánicos son los encargados de ideologizarlos desde el punto filosófico social subjetivista. 

Las siguientes declaraciones de la alcaldesa Celida López nos señalan la trasmisión ideológica de disminución cultural de dicha Nación Yaqui:

“Para que se saquen fotos los niños y las familias”. 

Propone similarmente fotos como se hace con “Santa”, el “ratón Miguelito”, algún payaso o con el Dr. Símil, entre otros del mundo fantástico e irreal. Como quien dice, cultura urbana de la simpatía y del “hazme reír”.

Caricaturas, botargas al fin de cuentas. Un niño riéndose comentó que si era pariente de los Simpson porque sólo tenía 4 dedos.

Sin olvidar que el Estado mexicano primeramente colaboró en el intento de exterminio de los yaquis mediante luchas, despojos, asesinatos masivos y deportaciones tanto al interior del país como al extranjero; para después incorporarlo en la parte central como gran símbolo de resistencia en el Escudo de Armas de Sonora. 

De un orgullo ideológico utilitarista expuesto en el Escudo de Armas del Estado de Sonora, hoy, vemos a una escultura (es-cultura), verdaderamente disminuido por el poder y sus administradores ideológicos.

Debieron haber puesto una escultura bien proyectada de material de bronce, orgullosa y, cuando menos a un metro y medio del suelo. Una verdadera escultura que despertara sorpresa, asombro y admiración en lugar de risa. 

Que se detectara y se sintiera el poder de dicha Nación indígena. En lugar de ningunearla al disminuirla de tal forma. Sería interesante averiguar su costo. Seguramente aparecerá con un precio catastrófico o, igual que si hubiera sido de bronce.

Sabemos que el pensamiento visual se activa según lo que ve. Y, lo que se observa es que el personaje en cuestión tiene prácticamente la cabeza de un cono de nieve, su piel blanca nos dice que es falso o que se ha domesticado. 

También lo vemos con dedos de manos y pies de menos. Todo un disminuido, un incapacitado o, minusválido deforme. 

El personaje es un verdadero mutante de la posmodernidad hermosillense y de la ideología deformante. La cultura urbana puede tener buenas propuestas que ayuden a comprender la dinámica social.

Por otra parte, tenemos el desacierto ecológico-ambientalista ya que a la nueva plancha de cemento  no le corresponde proporcionalmente las palmas. Que si bien es cierto que son símbolos del desierto y de los climas semi-desiertos como el de Hermosillo (también son   símbolos fálicos patriarcales naturales y prácticamente es mínima la sombra); por lógica procedían dos hileras de árboles de calle a calle y, que proporcionan más sombra como mezquites bien cuidados y frondosos.

Volviendo a la “botarga” urbana, designa simbólicamente contenidos violentos contra un valor ideológico genuino, de raza y de historia de la resistencia regional. Es una afrenta a la Tribu Yaqui. 

Desgraciadamente las formas sociológicas de un grupo toman cause para constituirse en violencia simbólica como parte de la lucha ideológica. 

Por ello, la lucha simbólica no debe ser por ningún motivo menoscabando el patrimonio cultural de una gran Nación indígena.

Debemos cuidar que la simbolización urbana contenga valores y propuestas de respeto, humanistas y biófilas en lugar de ser humillantes y destructoras histórica y culturalmente.


*Víctor M. Estupiñán Munguía: Artesano de la palabra, escultor de ideas, danzante de emociones, arquitecto de sentimientos, pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, chingólogo y sonorólogo, amigo del “Río Sonora”, polemista dialéctico, ideólogo y promotor del pensamiento crítico,  promotor cultural, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora “Por la paz del mundo” victor-79@live.com.mx


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