TERRITORIO MENTAL SONORENSE...






Territorio Mental Sonorense…las frases más populares
                                                        Por Víctor M. Estupiñán Munguía*







“Aunque tengas una familia numerosa, otórgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso”.
Alejandro Jodorowsky

Cuando decimos y pronunciamos, creamos, oímos, sentimos, vivimos, pero también delimitamos.  El verbo diferencial nos familiariza, nos une, creando hermandad regional o territorial.
Las palabras nacen de necesidades de “tener realidad”, de crear realidad. Pero también se forman sobre la base del código que presenta la naturaleza o entorno. Este se convierte en una profunda propuesta que es imposible sacarle la vuelta.
Es así como el lenguaje da paso al nacimiento y procesamiento de una “comunidad territorio” o, si se prefiere, “comunidad región”. Por medio de las “palabras consentidas”, se crea un santuario sociolingüístico. Donde los afiliados comulgan tanto del mito como del rito.
Es muy importante llegar a conocer las frases célebres de una región-territorio, debido a que es una biografía de la “hermandad” o con-region-ales. Cada una de las regiones-territorios posee la suya.  
Conociendo las principales frases de una comunidad, de alguna forma nos apropiamos de su filosofía. De quienes son, como son, qué piensan, cómo trabajan, qué comen, qué sienten, como viven y, a veces hasta como mueren.
Nos permite precisar  y manejar el sistema simbólico lingüístico por excelencia, de dicho espacio cultural. Se encuentra recreado.
Es una forma de sintetizar la fe de bautizo mediante la creación de la “semántica de la región” o, “territorio semántico”, la cual conlleva a la identidad por medio del uso de ciertas palabras, mismas que las estructuramos en frases que nos auxilian de manera inmediata .
Implica “espiritualizar” lingüística y, semántica-mente la región, donde se vive y se culturiza. Donde la palabra se sustancializa, se llena de “carne regional”. Es una especie de sacralización de la lengua con conceptos que se sienten más o menos exclusivos socialmente.
Cada región se territorializa, es decir, se culturiza y, con ello se va creando una “zona sagrada”. En otras palabras, unos lazos primarios. Vínculos que sirven para atar lo psíquico de los habitantes con el terruño.
Y, todo lo que ello implica, es decir, retomar sus formas ecológicas que posee y, darle uso social; socializando así las características específicas del espacio sagrado.
Es lo que llamo “territorio semántico”; un apego, fuerza cohesionadora que promueve la convivencia, solidaridad y “conciencia para sí”, de los territorializados.
En otras palabras, también produce exclusión para aquellos que no acaten el código cultural donde se encuentra cifrada la identidad y, pertenencia ideológica. 
Hay que aclarar que algunas frases y palabras pueden ser usadas en otras identidades con “territorios mentales” diferentes; sin embargo, por influencia o, semejanzas eco-culturales, han procedido a crear de forma semejante su argot.       
Los lazos pueden llegar a ser tan fuertes que cuando se rompen, muchas personas se enferman y, otros llegan al extremo que mueren de tristeza. Dándose una disfunción entre la nueva ecología y el territorio mental del sujeto. Una ruptura psíquica.
No es muy común (actualmente por el internet), pero existen individuos que se encuentran lejos de su país y, de su comunidad y, que por ciertas razones se “des-territorializan semánticamente”, enfermándose de nervios y mentalidad ajena.  
Ahora bien, a continuación una parte de lo que constituye “El Territorio Mental Sonorense”:

“Hay que echarle toda la carne al asador”.
“Vamos al grano”.
“Están tirando con lumbre”.
“Parece chiltepín”.
“Cayó en las choyas”.
“Al que madruga, el sol lo arruga”.
“Para palos aguantadores, el de “palofierro””.
“Cada sahuaro tiene su tecolote”.
“Cada mezquite tiene su cachorón”.
“El burro hablando de orejas”
“Para leones, los perros”.
“Ya le cayó mosca a la leche”
“El queso bueno es el que hace hebra”.
“No te agüites”.
“Qué gueva”.
“Está liando la grulla”.
“Échale más agua a los frijoles”.
“Le sacaron la pitaya”.
“Las tunas son buenas, pero como las pitayas ninguna”.
“Pega como el bacanora”.
“Para el frío, no hay como el bacanora”.
“Carne asada sin bacanora, es media carne”.
“Menudo sin chiltepín, eres un guacho”.
“Puto el que se raje”.
“Vieja el que se raje”.
“Te dieron gato por liebre”
“Para buenas quesadillas, no hay como las tortillas sobaqueras”.
“Andas rayado como los “güicos””.
“¡Se hizo la machaca!”.
“Pisteando unas chelas”.
“Pareces venado”.
“Entre menos burros, más olotes”.
“En las cumbritas como los chontes”.
“Se pone el guarache antes de espinarse”.
“Son más las echadas que las ponedoras”.
“Las gallinas de arriba “cuachan” a las de abajo”.
“Aquí como las chicharras, achicharrándome con el calorón”.
“Son más frescas las tardes que las mañanas”.

*Víctor M. Estupiñán Munguía: Artesano de la palabra, escultor de ideas, danzante de emociones, arquitecto de sentimientos, pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, chingólogo y sonorólogo, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.-  Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora “Por la paz del mundo”    victor-79@live.com.mx       

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