ETNICIDAD, AUTODEFENSA Y SER GOBIERNO

Elaboró Antonio Mejía

Autodefensas, Cárteles, Gobierno ¿por qué en Michoacán? (+mapa)

by CiudadanosEnRed

 

Por Antonio Mejía | Escritor Ciudadano

El flujo informativo alrededor de la actualidad michoacana, pareciera no dar tregua para el análisis de actores o conceptos. Al margen de la avalancha de noticias, este texto propone analizar el presente michoacano desde una perspectiva étnica.

LA IMPORTANCIA DE LOS NOMBRES

Las policías o guardias comunitarias son instituciones indígenas que se han mantenido, con distintos grados de visibilidad, paralelas a las instituciones nacionales. Para los purépechas, su nombre es: ronda comunitaria, y forma parte de los sistemas normativos y jurídicos reconocidos por la Constitución mexicana como: usos y costumbres.

Los consejos ciudadanos de autodefensa pueden integrarse por mestizos o indígenas, pero formalmente carecen de derechos colectivos debido a que no forman parte de un pueblo indígena, por lo tanto, no pueden ejercer estructuras propias sin autorización del gobierno nacional.

Los ejemplos más claros de ambas organizaciones son la ronda comunitaria de San Francisco Cherán, y los consejos ciudadanos de autodefensa de la región Tepalcatepec.

DOS EXPERIENCIAS REGIONALES

Cherán pertenece a la región purépecha, donde se concentra la mayor población indígena de Michoacán. Es el tercer municipio más grande de la zona después de Uruapan y Paracho, y mantiene la tendencia del estado al ser una comunidad expulsora de población y de alta recepción de remesas. En Cherán, la agricultura es la principal actividad económica, seguida por el aprovechamiento de los recursos forestales.

El bosque es propiedad comunal. Ha sido fuente de empleo y un medio para satisfacer necesidades cotidianas. Lo han aprovechado comercialmente con la explotación de resina y madera; y además de los beneficios que obtienen de este ecosistema, también forma parte del arraigo e identidad comunitaria. Significa una herencia adquirida y el compromiso de conservarlo para las siguientes generaciones.

La sobreexplotación maderera y la tala clandestina han estado presentes a lo largo del siglo XX; sin embargo, en todo este periodo no se había causado un daño tan grande como el que se hizo en un lustro, a partir de la llegada de los talamontes vinculados con el crimen organizado.

Además de los beneficios económicos de la madera, los narcotraficantes utilizan la zona boscosa para ocultar los laboratorios de drogas sintéticas.

REGIONES DE TEPALCATEPEC, SIERRA-COSTA, INFIERNILLO Y TIERRA CALIENTE

En la región de Tepalcatepec, la actividad económica gira en torno a la exportación de productos agrícolas y la ganadería. Apatzingan es el principal centro agrícola, seguido por Los Reyes, Tepalcatepec y Cotija, municipios que concentran el mayor porcentaje de urbanización. En contraste, hay localidades con muy pocos habitantes, como el municipio de Aguililla. Estas características han sido aprovechadas por el crimen organizado. Por un lado, la extorsión a agricultores y ganaderos les garantiza el ingreso de rentas sociales; y por otro, las localidades con baja densidad de población son idóneas para pasar desapercibidos.

Algo similar sucede con la región Sierra-Costa, en donde municipios como Arteaga, Coalcomán Tumbiscatío, Chinicuilas y Coahuayana, tienen una bajísima densidad de población. Esto se debe a que la industria siderúrgica, minería y servicios, se ordenan alrededor de Lázaro Cárdenas. Su importancia sobrepasa al resto de municipios debido, en gran parte, a la actividad industrial y comercial del puerto, cuya ubicación permite el acceso al centro del país, la frontera norte y tiene conexión directa con el Golfo de México, además concentra el mercado de los principales puertos de Norteamérica y Asia.

La región de Infiernillo se caracteriza por la agroindustria de exportación de fresa y zarzamora. Las ciudades más importantes son Nueva Italia y Lombardía, cabeceras municipales de Múgica y Gabriel Zamora. En la frontera con el estado de Guerrero, la pesca es una actividad fundamental, obtenida en su mayoría de la Presa Infiernillo, cuyo núcleo se ubica en los municipios de La Huacana y Churumuco.

En la Tierra Caliente, la densidad de población es la más baja del estado. Los municipios con mayor número de habitantes son Huetamo y Tacámbaro, y los principales cultivos son aguacate y caña de azúcar en los municipios del norte, y melón y mango en San Lucas y Huetamo. Hasta el momento esta región se ha mantenido al margen de las autodefensas, aunque existe la posibilidad de que estos grupos se extiendan a los municipios de Tacámbaro y Turicato; pero su importancia radica en que esta zona colindante con Guerrero ha sido tierra de cultivo y trasiego de droga hacia el norte del país

Los narcotraficantes se han instalado en las cabeceras y ciudades principales, ya que ahí se concentran los poderes; sin embargo, el territorio michoacano en general se muestra favorable para el crimen organizado. Considerando los 270 kilómetros de litoral; la conexión marítima con Norteamérica y Sudamérica; tierra fértil; zonas deshabitadas, de difícil acceso y boscosas, características que en su conjunto mantienen a este territorio en constante disputada entre cárteles.

EL PUNTO DE QUIEBRE

Cuando los comuneros de Cherán intentaron defender el bosque obtuvieron como respuesta muerte y desapariciones. Con el paso del tiempo, la extorsión se hizo presente y las personas que tenían parcelas y ganado en el monte, preferían no cuidarlo por el temor de ser sorprendidos por los criminales.

Los testimonios en Tepalcatepec hablan de las cuotas que debían pagar a los delincuentes por cualquier actividad que realizaran. A ello se suman las amenazas, asesinatos, represalias y agresiones sexuales hacia las mujeres, situaciones que detonaron las acciones de defensa.

Tanto en los municipios mestizos como en las comunidades indígenas, la sensación de que la seguridad no vendría de parte de las autoridades terminó por convertirse en una certeza. Para ambos, hacía tiempo que el vínculo entre narcotráfico y gobierno había perdido el velo que lo ocultaba. Los únicos que podían garantizar la seguridad eran los pobladores.

ORGANIZARSE PARA SOBREVIVIR

En el caso de Cherán, las demandas a los tres niveles de gobierno eran: seguridad, justicia y reconstitución del bosque; pero al no obtener respuesta y confirmar que algunas autoridades – entre ellas la policía municipal – trabajaba con los delincuentes, decidieron actuar. No lo hicieron de manera improvisada, sino que recurrieron a las instituciones y autoridades internas, entre ellas, la Asamblea General.

Para atender la necesidad imperiosa de seguridad, la comunidad reconstituyó una institución propia conocida como la ronda comunitaria.

Históricamente, los indígenas poseen las rondas, guardias o policías comunitarias como parte de su gobierno. Consisten en una rotación voluntaria de comuneros para patrullar la comunidad y su función básica es la autodefensa, por lo tanto, tienen armamento.

A lo largo del siglo XX, las rondas fueron ocultándose de la vida pública, debido a la consolidación del sistema político y la fuerza pública nacional en los pueblos indígenas. Lo que es preciso resaltar de la comunidad de Cherán, es que la organización que tenía como objetivo inmediato garantizar la seguridad, los llevó a reconocer la necesidad de ser gobierno.

El problema no sólo eran los narcotalamontes, sino los nexos entre gobierno y narcotráfico; las prebendas políticas, y un sistema de partidos que debía ser trastocado. La manera de hacerlo fue apelando a los derechos colectivos indígenas para decidir sus formas internas de convivencia  y organización, lo cual incluye los sistemas normativos para resolver sus conflictos internos y la elección – de acuerdo a sus normas y procedimientos – de  las autoridades representantes para el ejercicio de sus derechos.

El proceso legal no fue sencillo, ya que la comunidad apeló a distintas instancias estatales y federales para que su petición de elegir autoridades por usos y costumbres fuera atendida. En las elecciones estatales de noviembre de 2011, el municipio purépecha de Cherán y la comunidad nahua de Ostula, localizada en el municipio de Aquila, no celebraron elecciones por el régimen de partidos políticos, sino que por acuerdo en las Asambleas comunitarias se eligieron autoridades por el régimen de usos y costumbres.

El gobierno indígena de Cherán mantiene a la Asamblea General como autoridad máxima. Es la responsable de elegir al Consejo de Mayores o Consejo de k’eris. La ronda comunitaria permanece como la institución de seguridad dividida en dos grupos, el primero protege al pueblo dentro de sus fronteras y el segundo son los guardabosques.

Para el Consejo Mayor es fundamental cuidar quién integra la ronda, ya que si se maneja por cargos rotativos cualquiera podría acceder a ella, asimismo, el salario puede atraer a todo tipo de personas. La experiencia les dice que el interés económico deriva en corrupción y la historia se repite.

En noviembre de 2012 se realizó la toma de posesión formal de la k’uanharicha (ronda comunitaria) como pieza clave del gobierno indígena. El proceso de reconocimiento y regularización de sus miembros ante el gobierno estatal está en marcha. Sus integrantes deben presentar los exámenes del Centro Estatal de Certificación, Acreditación y Control de Confianza.

Sin embargo, la dotación de recursos para equipos y uniformes ha disminuido, y la capacitación en materia de seguridad por parte del gobierno ha sido nula. No es una novedad que el gobierno estatal y federal trate de desgastar las rondas con estas medidas no sólo en Michoacán, también en el estado de Guerrero.

CONSEJOS CIUDADANOS DE AUTODEFENSA

Estas agrupaciones pertenecientes a los municipios de mayoría mestiza, no fueron ajenas a lo que sucedía en la región purépecha. Hubo un acercamiento con las autoridades indígenas para conocer sus formas de organización, sobre todo, la experiencia de la ronda comunitaria

El 24 de febrero de 2013, aparecieron públicamente los primeros grupos de autodefensa en los municipios de Tepalcatepec y en las localidades de Buenavista Tomatlán y La Ruana, pertenecientes al municipio de Buenavista.

Después de los primeros enfrentamientos con los criminales, el gobierno federal ordenó a los civiles dejar las armas, pero tras dialogar con los voceros y representantes del Consejo General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán, acordaron acciones conjuntas para combatir a los narcotraficantes.

La aparición de grupos de autodefensa en el territorio michoacano se ha propagado como ondas expansivas; sin embargo, la situación dio un vuelco cuando el titular de la Secretaría de Gobernación dio la orden al Ejército mexicano de decomisar las armas a los grupos de autodefensa y, aunado a esto, se les conminó a los civiles a regresar a sus hogares a las actividades cotidianas.

El escenario era bastante tenso debido a que la decisión gubernamental favorecía a los criminales y dejaba a la población civil a la deriva; pero la tensión se elevó cuando en las acciones de desarme, los militares dispararon en contra de civiles que respaldaban a los grupos de autodefensa, asesinando a 4 personas en el poblado de Antúnez.

Ante estos hechos, la postura del Consejo General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán fue la de no entregar las armas hasta que cayeran los líderes del narcotráfico y continuar su expansión para liberar a otros poblados de la delincuencia.

Sin embargo, otro giro radical se dio en los últimos días con la firma del pacto entre grupos de autodefensa y gobierno federal para asimilarlos institucionalmente. Con este acuerdo las guardias civiles aceptan detener el avance hacia otras localidades; sumarse a las defensas rurales del Ejército; registrar las armas ante la Secretaría de la Defensa Nacional; entregar una lista de sus miembros; supeditarse a la autoridad correspondiente; tener carácter temporal y en caso de acreditar los requisitos de ley podrán incorporarse a la policía municipal.

El gobierno los dotará con las herramientas necesarias para su comunicación, traslado y operación; se auditarán los recursos públicos de los municipios en conflicto; las personas que  fueron detenidas por portación de arma de fuego y que estén en libertad provisional bajo caución podrán firmar en el estado de Michoacán, y en caso de comprobar la responsabilidad penal o administrativa de servidores públicos municipales y estatales se les castigará de acuerdo a la ley.

ALCANCES POLÍTICOS

Ninguna colectividad es homogénea – ya sea indígena o mestiza – y  si bien la violencia permea a toda la sociedad, hay situaciones e intereses particulares que hacen que algún gremio, estrato social o género, sea el primero en actuar o reaccione de una forma específica.

En Cherán fueron un grupo de mujeres las que detonaron el enfrentamiento con los talamontes y llamaron a la comunidad para respaldarlas. Algunos migrantes cheranenses en Estados Unidos volvieron a la comunidad para apoyar, otros se solidarizaron para financiar la autodefensa, igual que algunas comunidades vecinas. El trabajo conjunto entre abogados de la comunidad y del estado de Michoacán se tradujo en un proceso legal favorable.

Pero esto no quiere decir que toda la comunidad haya respondido de la misma forma. Algunos preferían el régimen de partidos políticos en vez de los usos y costumbres; la presencia del Ejército o la Policía Municipal, en vez de la ronda; sin olvidar que también hay personas locales que pertenecen a los bandidos.

La particularidad es que hubo consenso en la Asamblea y se manifestó así en la consulta ciudadana. Ante la ineficiencia y corrupción de las autoridades locales, los representantes de los partidos políticos y la fuerza pública, no había por qué continuar con ese sistema, por lo que fueron mayoría los que eligieron el gobierno indígena.

En el contexto de Tepalcatepec, son varias las versiones que apuntan a un levantamiento motivado y financiado por algunos ganaderos y empresarios agrícolas de la región, cuyos intereses económicos se vieron diezmados por las extorsiones. El discurso y práctica liberadora de las autodefensas no ha sido recibido igual en todas partes. Como ejemplo está la comunidad nahua en el municipio de Coahuayana, quienes rechazaron la presencia de estos grupos en su territorio.

Nuevamente se observa que las comunidades no son homogéneas y siempre habrá diferentes posturas. Pero lo que vale la pena resaltar es que los procesos de ambas experiencias provocan movimiento y también generan diálogo, análisis y acercamiento con otras colectividades.

A diferencia de las comunidades purépechas, para las localidades mestizas no hay derechos colectivos que permitan pensar en un gobierno con instituciones propias, pero existe la organización barrial y la posibilidad de rechazar a los partidos políticos.

Si ya hubo un acercamiento con los indígenas para conocer otras formas de organización, también puede servir para pensar en autogobiernos barriales o regionales, porque los enemigos no se van con los narcotraficantes.

CONSIDERACIONES FINALES

Aproximar conclusiones o emitir juicios sobre experiencias ajenas, es totalmente inútil. Lo que se puede hacer es aprender y tener en cuenta que cada colectividad es diferente.

El componente étnico forma parte de esas particularidades y su trascendencia es que define las rutas, objetivos, métodos y herramientas organizativas.

Los pueblos indígenas de México aparecen ante los ojos nacionales en situaciones específicas, como en el caso de Cherán; luego se ocultan hasta que otra coyuntura obliga a voltear la mirada hacia ellos. El presente michoacano es un claro ejemplo. Lo rescatable es que a raíz del acoso y violencia del narcotráfico, se evidencia que las instituciones indígenas funcionan, al grado que otras acciones colectivas se han acercado para conocerlas. Es fundamental recordar que no se pueden traspasar de un contexto a otro. No es lo mismo una comunidad indígena que un ejido mestizo, así como no es lo mismo un espacio rural que uno urbano. Es preciso adaptarlas.

También es importante mencionar que la lucha indígena no es de corto plazo ni tiene un solo objetivo. Es una lucha histórica que va más allá de los narcotalamontes, incluye la explotación de sus recursos naturales por empresas nacionales y extranjeras; el cambio de uso de suelo de comunal a privado; la presión de grupos paramilitares; el olvido presupuestario por parte del gobierno; la competencia comercial de la agricultura; el desprecio institucional y social; entre muchos otros factores.

El acercamiento entre las autodefensas y la ronda comunitaria sienta un precedente de organización. Sólo el tiempo dirá si las acciones colectivas de autodefensa se socializan o se convierten en propiedad privada.

ETNIA

MUNICIPIOS

Purépechas

Zacapu, Coeneo, Erongarícuaro, Quiroga, Tzintzuntzan, Pátzcuaro, Salvador Escalante, Chilchota, Tangancícuaro, Peribán, Tangamandapio, Tingüindín, Los Reyes, Chaparan, Paracho, Cherán, Nahuátzen, Tingambato, Uruapan, Nuevo Parangaricutiro, Ziracuaretiro, Tancítaro, Tarímbaro, Morelia y Zamora

Nahuas

Aquila, Chinicuila, Turicato y Coahuayana

Mazahuas y otomíes

Hidalgo, Ocampo, Juárez, Senguio, Tlalpujahua, Maravatio, Susupuato, Angangueo, Tuxpan y  Zitácuaro

Pirinda y matlaltzinca

Carácuaro, Acuitzio, Madero, Churumuco, Huetamo, Nocupétaro, San Lucas, Tuzantla, Tiquicheo y Charo

Mixtecos, zapotecos, amuzgos, triquis y totonacas *

Apatzingán, Arteaga, Chilchota, Coeneo, Lázaro Cárdenas, Nocupétaro, Taretan, Ziracuaretiro

*Las etnias consideradas tradicionalmente en Michoacán son purépechas, nahuas, mazahuas y otomíes; sin embargo, también hay presencia de otros grupos étnicos debido a los movimientos migratorios. En el estado hay 136, 608 personas, de 3 años de edad en adelante, que hablan alguna lengua indígena. Los purépecha tienen 117, 221 hablantes; los nahuas 9,170; mazahuas 5,431, mixtecos 1,160 y otomíes 592.

Fuente: INEGI. Censo de población y Vivienda 2010.

Elaboró Antonio Mejía

Elaboró Antonio Mejía

CiudadanosEnRed | febrero 7, 2014 en 5:26 pm | URL: http://wp.me/p3CJF5-u6d

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