GÓNGORA UTILIZÓ SU PRESTIGIO Y VÍNCULOS

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[Palabraras]

La política en tacones
Pilar Ramírez
Ni todo el amor ni todo el dinero
La conducta del exmagistrado Genaro Góngora Pimentel con sus exparejas y con sus hijos ha sido escandalosa no sólo porque deja ver un perfil misógino, calculador y tacaño que no concuerda con la investidura de magistrado de la Suprema Corte de Justicia que tuvo durante tantos años.
Primero resultó escandaloso y sorpresivo que se dieran a conocer las acciones legales que había emprendido en contra de Ana María Orozco, la madre de dos de sus hijos, que la tuvieron en reclusión durante un año. Góngora utilizó su prestigio y vínculos, que son de muy alto nivel, para lograr primero reducir la pensión alimenticia y luego el encarcelamiento de su expareja, sin importarle arrebatar a sus hijos, necesitados de cuidados especiales, la atención materna. Esta mujer recibió un año de cárcel por el mal tino de relacionarse con un hombre importante.
El papel de los medios fue importante para que Ana María Orozco recobrara la libertad y para incidir en el proceso que intentaba quitarle la patria potestad con el fin de eliminar la obligación del exmagistrado de pagar la pensión a que está obligado. Todavía no concluía el caso Orozco cuando se dio a conocer que la exmagistrada Rosalba Becerril también estaba demandando a Góngora por pensión alimenticia para sus hijos de 17 y 10 años de edad, a quienes nunca apoyó económicamente. Desnudar la conducta de Góngora con las dos madres de sus hijos resultó beneficioso para Ana María, pues el exmagistrado retiró los cargos contra ella, se determinó a su favor la custodia de los niños y el exmagistrado afirmó que estaba dispuesto a cumplir como padre.
La exmagistrada Becerril declaró que los abogados de Góngora le hicieron una propuesta económica que consistía en una pensión igual a la de Ana María Orozco —de 50 mil pesos—, dos millones de pesos para la adquisición de una casa, un vehículo y un seguro de gastos médicos. Becerril afirma que no desea ventilar públicamente el asunto, así que quizá no se sepa cuál será el resultado de esta disputa, pero quizá el contexto mediático le sea de provecho.
El caso de Góngora no es único. Es la situación que enfrentan muchas mujeres que han estado relacionadas con hombres de grandes recursos económicos o altos funcionarios que además de poder económico tienen influencias que no dudan en usar para castigar a sus exparejas, así sea con  mecanismos extralegales disfrazados de legalidad. El video sobre las madres activistas de Xalapa ha colocado en la agenda pública este problema que aqueja a una gran cantidad de mujeres y a sus hijos.
El exmagistrado Góngora es uno de los muchos que, como dice mi tía Sara, después de andar lingolilingo no quieren reconocer su responsabilidad, pues no olvidemos que Góngora, además, estaba teniendo hijos al mismo tiempo con dos mujeres. Lo que nos muestra este caso es que la irresponsabilidad, la misoginia y el machismo hermana a muchos hombres. No importa si son albañiles, empleados de oficina, magistrados, artistas o altísimos funcionarios, nunca faltarán los que intentan huir de sus obligaciones, la única diferencia es el monto en disputa y, como era de esperarse, cuanto mayor sea éste más feroz será la resistencia a cumplir, aunque para eso tengan que recurrir a maniobras legaloides o a la “ayuda” solidaria de trabajadores del aparato de “justicia” que les permiten incluso separar a los hijos de sus madres, con tal de que éstas “no reciban ni quinto” como afirman muchos.
Por estos días, los medios han dado a conocer el caso de un diputado salvadoreño que se vio orillado a dejar su curul después de haber sido demandado por violencia intrafamiliar. Cuando el diputado Rodrigo Samayoa consideró que las aguas se habían calmado, un año después del incidente, giró un oficio al congreso solicitando ser restituido en su puesto, petición que ha divido a sus colegas legisladores. Quienes están a favor del retorno de Samayoa a su cargo, ¿creen que el legislador ya se rehabilitó? ¿que cuando caiga en sus manos una iniciativa para proteger los derechos de las mujeres podrá distinguir sus inclinaciones personales del interés social? Difícil, pues nunca se mencionó que hubiera pasado por un proceso de rehabilitación, sólo acudió a una estrategia política para no perder el “hueso”.
¿Por qué el exmagistrado Góngora modificó su postura sólo cuando se vio exhibido y muchos no daban crédito a que pudiera considerar la posibilidad de dar a sus hijos en adopción ante la perspectiva de triunfar legalmente y quitarle a la madre la patria potestad? Incluso los diputados panistas en la Asamblea de Representantes ya presentaron una iniciativa de ley anti-Góngora para evitar que con el uso de influencias los jueces concedan la disminución en el monto de las pensiones, pues el exmagistrado argumentó, y un juez le puso oídos, que sus “descendientes son de estatus social medio bajo”. Ojalá esa fuera la solución. Exhibir todas las irregularidades en que se ha incurrido en una gran cantidad de demandas por pensión alimenticia, para comenzar a desmontar la acumulación de injusticias que han permitido los tribunales del país.
            Sólo en el Distrito Federal, hay 70 mil jefes de familia que enfrentan demandas por pensión y, según admitió el Presidente del Tribunal Superior de Justicia local, Elías Azar, entre ellos “hay gente muy notable del mundo financiero y político”. ¿Sentará precedente a favor de las mujeres el caso Góngora? ¿Los jueces habrán recibido el mensaje? Es un hecho que se necesitan madres activistas como las de Xalapa en todos los rincones del país. Porque hay muchos hombres que no sólo están convencidos de que a las mujeres, ni todo el amor ni todo el dinero, sino tampoco respeto y justicia.
ramirez.pilar@gmail.com


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