ABC SONORA, EN EL MAPA DE LA IMPUNIDAD
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Por Arturo Soto Munguía / El Zancudo.com.mx
Dia de publicación: 2013-06-06
Y llegó. El 5 de junio llegó otra vez con su olor a cirios y velas, con el blanco y el rosa de los globos que se elevan hasta el cielo, como lo hacen las plegarias y los rezos, los cantos y los recuerdos.
Llegó otra vez esa fecha que duele en la memoria y que, dolorosa paradoja, tiene que doler para que la memoria no flaquee, para que el recuerdo no se extinga; para que el reclamo siga vivo, para que renazca en los corazones y las gargantas de unas pequeñas que con sus seis años de vida corean, al paso de la marcha: “Cinco de Junio/Ni perdón ni olvido”.
Esas pequeñas tienen la edad que deberían tener hoy, casi todas las víctimas del incendio en la Guardería ABC. Las 49 que murieron y las 60, 70 que viven amputadas, heridas, lastimadas física y emocionalmente por las llamas y los gases tóxicos que el 5 de junio de 2009 inauguraron la sucursal del infierno en Hermosillo, Sonora.
Inevitable el estremecimiento. Imposible el desdén. Difícil, muy difícil hacerse el ‘duro’ para ordenar a la piel que no se erice, cuando se llegan las cinco de la tarde y se observa en las paredes del abandonado bodegón donde la muerte se cebó en los más inocentes, los estragos del sol y el polvo y el tiempo.
En la pared frontal de la guardería cuelga una gran lona impresa, sucia y quebradiza de sol y tierra. Abajo, sobre una pequeña cerca que la rodea, todos y cada uno de los rostros de los pequeños muertos. Cruces y flores en un altar cerca de la puerta principal. Imágenes y leyendas dolorosas.
Aquí llega el 5 de junio otra vez a Hermosillo, como llegan familiares, amigos, gente cercana y no tanto, conmovidas por la tragedia; solidarias con los dolientes y convencidas de que hace cuatro años fueron otros, pero pudieron ser cualquiera de ellos.
II
Toda la noche anterior hubo vigilia, ofrendas, flores, velas, rezos, llantos, sollozos, amarguras, dolores mal curados en las afueras del edificio azul ennegrecido por el humo y el tiempo y el olvido.
Desde un día antes hubo muestras de solidaridad y las siguió habiendo en muchas ciudades de la República. En el Distrito Federal fue impresionante, pero igual se registraron movilizaciones en otras ciudades del país y del extranjero.
Así llegó otra vez, por cuarta vez el 5 de junio a Hermosillo. Así como comenzaron a llegar desde las 5 de la tarde, de uno en uno, de dos en dos, de tres en tres; en grupos pequeños y no tanto, los que poco a poco fueron llenando la calle.
Y a las seis de la tarde estaban listos de nuevo para recorrer ese camino tantas veces andado, hasta la Plaza Emiliana de Zubeldía, donde se ha erigido una estructura con 49 cruces que atizan la memoria. Para que no se olvide, claro. Para recordar siempre que en Hermosillo, el 5 de junio de 2009, la muerte pisoteó los huertos de todos y de todas…
III
Así llegó otra vez el 5 de junio a Hermosillo y así salieron, con el sol queriéndose esconder por el oriente, avergonzado, miles de hombres y mujeres; niños, ancianos, jóvenes.
Adelante va el redoble de tambores. Enseguida un grupo de zanqueros, niños y niñas del barrio La Matanza, tan bien entrenados y tan dispuestos a patentizar su solidaridad que aguantan desde las alturas de los maderos en sus piernas, el recorrido de más de 8 kilómetros.
Atrás de ellos van todos. Con leyendas en sus pechos, con el grito en la garganta: “ABC Nunca Más”. “5 de Junio ni perdón ni olvido”. “Justicia”.
Y a sus flancos, en todo lo largo del recorrido, la gente que los espera, con las miradas cristalinas, las manos trémulas y los pies dispuestos para caminar con ellos. Cien, mil, miles. Todos se van sumando mientras la marcha va así, como un río que comienza en un murmullo y va creciendo y creciendo y creciendo hasta reventar en un estruendo: “¡No están solos!”.
IV
Así llega el 5 de junio a Hermosillo otra vez, y así llega la marcha, otra vez, a la iglesia de San José, en la colonia Piedra Bola, donde mucha gente espera para sumarse a la marcha y donde la marcha suelta miles de globos al cielo. Hay aplausos que suenan a duelo, como las campanas que repican, otra vez, por los niños muertos hace cuatro años.
Y la marcha sigue. Nutriéndose de más gente va. Alimentándose de muchos hombres y mujeres va, rumbo al río, rumbo al cerro, rumbo al destino al que sabe que tiene que llegar. Allá va.
Y en ese camino más se suman. Y en ese camino más gritan y más reclaman y más crece la marcha que exige justicia, como desde hace cuatro años exige lo mismo.
V
Los periodistas otra vez se quitan la camisa de periodistas. Es decir, las llevan puestas, pero algo en su ser les dice que debajo de ellas, también son marcha, que también son grito y que también son consigna de justicia. La objetividad sigue siendo una mierda que alimenta el discurso de los que no tienen preocupación alguna por ser objetivos.
La objetividad es, para los periodistas que van en la marcha, siempre adelante, el recurso de la utopía para avanzar, para estar ahí gastando suelas, corriendo, trepándose donde pueden para hacer el mejor trabajo, para documentar mejor este pedazo de la historia que nadie debe platicarles porque estuvieron ahí.
Transmiten en vivo, se parten el alma por las mejores tomas, se la rajan en buscar el mejor ángulo y la mejor interpretación de lo que suceden. Son la banda, los reporteros, los que de la calle son y en la calle andan. Y ahí no se puede ser objetivo. Ahí sólo se puede ser profesional, y documentar todo eso que ocurre: cada gesto, cada guiño, cada lágrima, cada abrazo.
VI
Así llega el 5 de junio a Hermosillo y así llega la marcha a la Plaza Emiliana de Zubeldía, frente al Museo y Biblioteca de la Universidad de Sonora, escenario histórico, si lo hay, de las manifestaciones sociales más importantes en la historia.
Ahí los recibe Maribel Ferrales y su poderoso canto. Tan poderoso como el grito de “No están solos”. Y ahí comienza a acumularse el río de gente que se fue sumando, sumando, sumando hasta llenar la calle.
En las escalinatas del Museo, 49 niños y niñas portan los retratos de los que no debieron morir. Maribel canta y el alma sangra un poquito. Pero cuando un cantor, guitarra en mano desgrana las notas de Auté, “Ay amor mío, qué terriblemente absurdo es estar vivo, sin el alma de tu cuerpo sin tus latidos”…, ya no hay espacio para la rudeza. El alma simplemente se desploma y llora…
Pero así como llora, así también reclama. Hablan los padres. Agradecen la solidaridad, piden aplausos para los que en todo el mundo se han sumado; avisan que no están vencidos y que su lucha no va a parar hasta lograr lo que se han propuesto: la justicia. Y evitar otra tragedia como la del 5 de junio de 2009.
Tienen claro por quiénes van: desde el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, los ex directores del IMSS, Juan Molinar Horcasitas y Daniel Karam Toumeh. Incluyen al ex gobernador Eduardo Bours Castelo y al ex alcalde de Hermosillo Ernesto Gándara Camou.
Incluyen, desde luego, a los socios de la guardería ABC, especialmente a Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, “quien beneficiándose de sus relaciones familiares, siendo esta prima de la anterior primera dama de México, Margarita Zavala, recibe una sentencia absolutoria, muy cuestionada, impositiva,con un gran tono autoritario, y falto de sustento legal de parte del magistrado Pablo Ibarra Fernández, cómplice de la impunidad que rodea al Caso ABC. Mismo actuar tuvo el magistrado Evaristo Coria, que nos negó el Amparo directo respecto a dicha resolución, siendo informados nosotros el pasado mes de marzo del presente año.
“Pese a contar con una gran cantidad de elementos probatorios, el Juez Primero de distrito Raúl Martínez Martínez, no ha llevado a cabo la reclasificación del delito, actualmente catalogado como delito no grave (culposo), encontrándose esto en el expediente 126/2009 que lleva sobre este caso”.
Pero incluyen a los otros socios: Antonio Salido Suarez, Sandra Lucía Téllez Nieves y Gildardo Urquidez Serrano, a quienes les toca la peor parte, ya que los definen como: “despreciables seres humanos, cuyo único fin era reducir costos sin ningún respeto a la vida misma, cargarán toda su vida con el desprecio de miles y millones de mexicanos, no crean que no pagaran por sus actos, “la justicia los alcanzara por su imperdonable crimen” la sociedad mexicana en conjunto con el movimiento 5 de junio se encargara de ello”.
Desde luego, el reclamo incluye al actual gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, al aludir en unas líneas del pronunciamiento:
“Como si esto no fuera suficiente el compromiso que gritaron en campaña, tanto el actual gobernador del estado de Sonora Guillermo Padres Elías, quién a la fecha no ha cumplido la frase que tantas veces difundió, “Habrá Justicia en el Caso ABC a partir del 13 de septiembre de 2009, cuando sea Gobernador”, a la fecha su desinterés ha sido exhibido y vergonzoso. En el mismo sentido, el actual Presidente de México durante su campaña, en varias ocasiones procuró acercamientos con madres y padres afectados por el incendio de la “Guardería ABC”; curiosamente hoy, que ya está en el cargo, no ha tenido el suficiente interés para recibirnos, pese a que ya hemos realizado 2 solicitudes formales para tener una reunión entorno al actual estado del caso ABC. Nuevamente emitimos nuestra exigencia de una reunión con su persona, ya que siendo el máximo representante del estado mexicano, no puede ser omiso en la aplicación de la justicia que tanto clama toda la sociedad mexicana por este crimen”.
Colofón
Así llegó, así pasó el 5 de junio por cuarta vez en Hermosillo. Sin dejar sentido a nadie.
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