ATAQUE A LA PIEDAD, LUGAR DONDE CONVIVEN LA PASIONES

  Ataque a la piedad

  Aleyda Rojo

 

 

 

 

Por Héctor Medina Varalta

Aleyda Rojo se traslada en bicicleta y escribe frente al mar. Sus días transcurren en una ciudad imaginaria, a la que todos confunden con Mazatlán. En 2005 publicó su primera novela, Más frescas las tardes, y desde entonces nos ha entregado Defensa de lo Prohibido, Premio Valladolid a las Letras (Ediciones Horson y Difocur, 2006), Brujas del tiempo (Instituto Municipal de Cultura Culiacán, 2008), Tú, el chino y mi marido, Premio Estatal de Cuento Cobaes 2007 (Cobaes 2008) y la más reciente Ataque a la piedad; en 1999 y 2007 fue becaria del FOECA y durante algún tiempo participó en el taller literario de Élmer Mendoza. También es colaboradora de la revista Timonel.

No soy feminista, me encantan los hombres

Ataque a la piedad, es una novela salvaje, Rojo la construyó con capítulos cortos, los personajes son muy dominantes, tienen mucho temperamento, casi todos son femeninos. Me gusta liberar al personaje femenino. Yo no construyo personajes débiles, ni lloronas, ni quejumbrosas, ni sumisas. Mis mujeres son guerreras. Avanzan. Van sobre una meta y la consiguen. No soy feminista, me encantan los hombres, pero estoy consiente de que la literatura tiene que ser el festejo de la vida. En la actualidad, ya no hay mujeres sumisas; hay mujeres agresivas y más consiente de su valía. La novela trata de una guerra, pero todas las mujeres llevan el avance del plan de ataque, ellas son las que dirigen, aunque no tienen el mando oficial.

La escritora considera que tanto las mujeres como los hombres tienen cualidades diferentes; la naturaleza es muy sabia, nunca se equivoca, pues nos construyó de manera diferente.

Sus protagonistas femeninos tienen cuerpos hermosos

Aleyda Rojas, como escritora trata de explorar la naturaleza humana, sin prejuicio alguno de ningún tipo. No me voy por el machismo ni por el feminismo, pero me seducen las personalidades fuertes, no las frágiles y considera que un personaje de novela tiene que ser alguien diferente. Por esta razón, Rojas siempre va en pos de un personaje diferente, que produzca aceptación en ele lector, que se enganche con la lectura, las mujeres siempre están buenas: buenas piernas, buenas nalgas, buena cintura, buen busto, porque el lector siempre quiere establecer ese nexo. De hecho los establecemos de forma automáticas sin darnos cuenta. Las novelas están construidas sobre un personaje carismático. El escritor encuentra ese canal para entrar con ese libro a través del personaje no de la historia. Por eso yo tengo mucho cuidado en crear un personaje entrañable y creo que en esta novela si lo consigo.

La fama no consagra a los escritores más talentosos

La escritora fue alumna de Élmer Mendoza (autor de novelas policiacas) durante tres años y coordinó su taller dos años en Mazatlán, Sinaloa. Rojas, únicamente a estudiado en el taller de Élmer, ya que considera que un escritor tiene que abrirse paso solo. También saltar de taller en taller es un síntoma de inseguridad, y yo no soy nada insegura, ya que está muy consciente de lo que quiere lograr.

Por otra parte, la literatura está llena de pasiones, hay escritores que tienen muchos demonios en la cabeza, es porque a diario están luchando con esos demonios, sobre todo, los escritores que están en espera, no los que ya llegaron, ya que están en efervescencia, son volcanes; los que ya llegaron se hartan, pues la fama harta a todos, pero los que están del otro lado quieren dar el salto, sin embargo, la fama no consagra a los más talentosos, a veces gente que no tiene cualidad es talento y gente muy talentosa permanece muy rezagada porque no tienen talento para las relaciones públicas: tienen talento para escribir, pero no para relacionarse.

De acuerdo a Rojas, el escritor tiene que ser tenaz, persistente y estar construyendo a diario su libro, es un trabajo de solitario. En una revista que la escritora acaba de leer, Juan Domingo Argüelles, escribió, que los escritores son una especie de suicidas, en lo particular ella ama mucho la vida porque escribir es una forma de enaltecerla.

Escritores favoritos

La escritora tiene un novio desde hace 17 años, que le da toda su fe y todo su apoyo para que ella escriba de tiempo completo, toda la semana, frente al mar, únicamente con su pareja y con un montón de perros. Me gusta el mar, la naturaleza, el mar, las cosas sencillas, naturales. Sus libros son muy naturales, los personajes muy honestos, pues dicen lo que piensan. Cuando el lector lee sus pensamientos comprende que se trata de personajes sin dobleces, ellos están llenos de emociones pero son muy honestos. Aleyda Rojo se siento muy orgullosa y se veo reflejada en sus personajes. Así mismo, Aleyda le gusta mucho La Ilíada y La Odisea de Homero, son sus libros de cabecera, también le gusta mucho SunTzu, el arte de la guerra. Por lo tanto, la escritora quiso escribir una novela que tuviera la defensa y otra el ataque. De esta manera, ya tiene su defensa de lo prohibido y el ataque a la piedad. Así le rinde homenaje a Sun Tzu. Tal vez en otra novela escriba sobre los espías o el campo de batalla. Poco a poco se construye un proyecto literario, ya llevo cuatros partes de ese proyecto.  

Proyectos a futuro

Aleyda Rojo tiene planes de escribir más. Por el momento está armando un libro de proyectos que le gustan mucho, casi todos son cuentos eróticos, y últimamente a publicado cuentos que han recibido muy buenas críticas, como:  Las hijas del Carnicero. A la vez, Ataque a la Piedad es una novela breve donde le rinde homenaje a La Odisea. El personaje principal de Ataque a la piedad es un ciego; Homero era ciego, y el personaje de Ataque, se llama Homero, un gordo glotón que vive en una isla de siete calles que ya es lo último que queda de la Tierra y ahí viven los últimos humanos. En esa isla viven como vecinos comunes, el diablo y Dios. A Dios lo protegen unas arpías, el diablo tiene asesores políticos y se establecen relaciones muy extrañas entre los dos grupos.

Los escritores somos sensibles-concluye Aleyda-, la realidad la percibimos de una forma distinta, yo me contagio tanto de los libros que a mis personajes los encuentra en la calle; siempre me dejo contagiar por la novela que escribo. Entonces vivo en la fantasía de que me los encuentro, que hablo con ellos y convivo con ellos.

Comentarios

Entradas populares