DIFERENCIAS Y SIMILITUDES EN LA DERROTA DEL PAN (2012) Y EL PRI (2000)

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                        columna

   POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

 

Dra. Zaida Alicia Lladó  Castillo

I) Empezaré con el escenario del PRI en el año 2000, cuando éste pierde la Presidencia de la República derivado de diferentes factores entre otros:

1.-El  desgaste natural, no sólo derivado por los años que permaneció en el poder (71 en el momento), sino por la acumulación de problemáticas que contenía en su interior, tales como:

a) Las rupturas internas ancestrales entre grupos de poder. Desde la época de Cuauhtémoc Cárdenas, Muñoz Ledo-vs-De la Vega; Camacho Solís con Salinas en tiempos de De la Madrid, etc.

b) Otras surgidas por las convergencias y divergencias de los gobernadores con el Presidente en turno, Carlos Salinas (1988-1994).

c) Las derivadas de la frustración de los grupos que no consolidaron un liderazgo por su poca permanencia en el poder del comité nacional del Partido (recordar que Salinas en 6 años cambió 6 veces la Presidencia del CEN del PRI, las fórmulas eran: 1) Colosio-Rodríguez Barrera, 2) Rodríguez Barrera interino-Paredes Rangel, 3) Borrego Estrada-Paredes Rangel, 4) Ortiz Arana-Pichardo Pagaza-Moctezuma Barragán, 5) Pichardo Pagaza-Ruiz Massieu-Moreno Uriegas. 6) Moreno Uriegas-Moctezuma Barragán. Como se observa, algunos grupos incondicionales al Presidente y otros provenientes de la clase política, que polarizaron los intereses en escena, rumbo a la sucesión en 1994.

d) La ruptura entre la clase empresarial y el gobierno de Salinas, que permitió la primera gubernatura negociada en 1989 en Baja California norte, cedida al PAN.

3.-La muerte de Luis Donaldo Colosio como candidato del PRI a la Presidencia en 1994, la de José Francisco Ruiz Massieu, Secretario del CEN-PRI en el mismo año. El surgimiento de un candidato, con un buen perfil, pero sin arraigo con la clase política, que desplazó a muchos que se sintieron los elegidos antes de tiempo. Zedillo ganó, por el último suspiro de unidad del PRI en el momento, que sacó la casta y honró la memoria de Colosio. 

4.-La escasa ascendencia del Presidente Zedillo (1994-2000) con los grupos de los tecnócratas-salinizados y la “clase política tradicional”, derivado del marcaje de la “sana distancia”, la persecución hacia algunos familiares del expresidente y la incorporación de los neo-tecnócratas del grupo del gabinete Presidencial, con tintes plurales, que no fue entendido ni aceptado en su momento.

5.-La desconfianza de Zedillo, igual que Salinas, hacia los grupos en el poder del CEN del PRI. Cambió 6 veces también a este comité en su sexenio. Las fórmulas fueron: 1) Moreno Uriegas-Joaquín Coldwel; 2) Oñate Laborde-Millán Lizárraga; 3) Roque Villanueva-Millán Lizárraga; 4) Palacios Alcocer-Rojas Gtz. 5) González Fdz.-Sauri Riancho; 6) Sauri Riancho-Moctezuma Barragán. Es decir, no permitió que nadie consolidara un liderazgo.

6.-Los factores de divisiones y eterna permanencia de líderes de los sectores y organizaciones que se engolosinaron con el poder en la década de los 90, y que provocó las divisiones, fractura internas y éxodos en los mismos. Recordar la CNC con Heladio Ramírez, que al no permitir el relevo en su momento,  se quedó a fuerza, se apropió de la misma y se le dividió este sector. La CNOP, primero con el cambio de nombre en 1989 (a Frente Nacional de organizaciones y ciudadanos (FNOC), que no permitió identificación alguna con la militancia y que en 1996, regresan a CNOP al llegar Gordillo Morales, y que con su particular estilo, desplazó a muchas organizaciones populares ancestrales entre ellas su rivalidad con la FETSE. En el caso de ésta última, con Joel Ayala que modificó los estatutos para eternizarse, que dividió a la misma y se le fueron un buen número de sindicatos que ancestralmente eran priistas a toda prueba. Rodríguez Alcaine, que entra el Congreso del Trabajo (CT) no lo suelta y no afianza un sindicalismo incluyente; recordar que en ese lapso fue cuando más creció el sindicalismo independiente con el UNT. Las mujeres, que fueron divididas entre 1993 y 1999, con el Congreso de Mujeres por el Cambio (CMC-vs-CIM) que quiso desplazar a la organización histórica y los jóvenes que nunca les permitieron afianzar un liderazgo fuerte , desaprovechándose la oportunidad de incluir a nuevos cuadros de jóvenes o formar nuevas generaciones de políticos.

Todos estos factores más el error de diciembre, las devaluaciones consecuentes, la corrupción, etc., establecieron el clima propicio para una derrota anunciada. 

Con todas estas convulsiones internas en el PRI, Zedillo en la elección del año 2000, se lavó las manos y reconoció, antes que cualquier autoridad electoral nacional, el triunfo presidencial de Vicente Fox.

Y a partir de ese momento, quedando huérfano el PRI también se habló de “refundación”, de “nuevas estrategias”, etc., pero se llegó a la conclusión que lo que se necesitaba era: RECUPERAR LA CONFIANZA PROPIA Y DE LOS DEMÁS. Y hacia allá dirigió su esfuerzo. Por lo tanto, la fórmula del triunfo del presente año, tiene que ver con los triunfos que se incrementaron desde el 2004 en los estados, las mayorías en las Cámaras locales y en las Presidencias municipales del país, lo que le permitió al PRI llegar a la elección pasada mejor posicionado y el pueblo de México le respondió dándole un triunfo holgado e inalcanzable, al ganar sin discusión en número de votos (más de 3 millones) arriba de su siguiente adversario.

II.-En el caso del PAN. En la derrota pasada se evidencian aspectos que venían acumulados desde el sexenio de Vicente Fox, tales como:

1. El desencanto que poco a poco fue sufriendo la población mexicana hacia los gobiernos panistas. Empezando por las imprudencias reiterativas del sexenio del Presidente Fox, la demostraciones de ambición de su esposa (el poder tras el trono) y los negocios de su familia. Fox siempre se mostró como un mandatario dispuesto a comprometer la estabilidad del país para no caer en conflictos de “alcoba presidencial”.

2. Las relaciones ríspidas de Fox con el Congreso, por la falta de "aprobación a reformas estructurales" , derivado del espejismo de la jerarquía organizacional creada en su gobierno.

3. Las heridas que Fox sembró por sus frecuentes ofensas en su gobierno hacia sus adversarios, que hizo que la animadversión creciera en 6 años y la falta de congruencia y cumplimiento de los acuerdos que signaba, cambiándolos a conveniencia.

4. Los problemas de falta de transparencia desde “Amigos de Fox”,  “Vamos México” y otros negocios donde prevaleció la corrupción, las fallas en las estrategias de comunicación  y sobre todo su estilo muy peculiar de ranchero-rico-ignorante y desenfadado, a veces hasta irreverente con mandatarios extranjeros y con problemas de asumir protocolos. Pese a ello, con lo que le quedaba de capital político, Fox hizo ganar a un candidato que no era el suyo: Felipe Calderón Hinojosa. Dándole un ejemplo claro al PRI, en 2006, de lo que era pensar primero en el triunfo de su partido, independientemente que el candidato no fuera de todas sus confianzas.

5. Ya con Felipe Calderón, el desgobierno y la guerra contra el narco tráfico, que ha dejado más muertos que la guerra de Vietnam (en 6 años, 71000 muertos en México y en Vietnam, 58000 en 10 años).

6. Los efectos en la imagen de México en el plano nacional e internacional, que lo exhibe como un país inseguro, sumido en sangre, violencia y terror.1 Es decir, problemas de diplomacia internacional, con dificultades para explicar en el resto del mundo que se trata de un fenómeno limitado geográficamente a determinadas zonas del país, y que el territorio en general resulta más seguro que muchos otros en América Latina”.

7. Las falsas expectativas de gobierno, tales como: “el presidente del empleo” (prometió 12 millones y apenas llegó a 4), etc., que como dijera José Castelazo (INAP, 2011): “un gobernante no debe hacer de una causa la espina dorsal de su mandato, pues ello acrecienta el riesgo del fracaso. (ibid).

8. La política económica no fue la adecuada, pues aunque la inflación fue del 48% paulatina, en los últimos doce años el dólar pasó de 9.45 a más de 14 pesos.  El descenso en el índice de competitividad a nivel mundial demostró que México pasó del lugar 79 en 2006, hasta llegar al lugar 35.
9. La opacidad de la función del gabinete. Le falta comunicación interinstitucional y entre el gabinete y los otros poderes, no de lo que se publicara sino de lo que no se practicara. Fue siempre un error, que nada más el presidente fuera quien informara y que su gabinete callara o deformara la información a conveniencia, lo que Calderón tendrá que reflexionar en adelante: que muchos de sus funcionarios lo engañaron y que a él le tocará apechugar las críticas y seguramente el juicio sumario de gobierno.

10. La muerte de sus principales brazos. Juan Camilo Mouriño, José Francisco Blacke, y Ramón Martín Huerta, el primero y segundo de Gobernación el tercero de Seguridad Pública,  los 174 funcionarios estatales de los cuales 83 eran jefes policiacos en todo el país, aunado al clima de inseguridad y muertes de periodistas (casi 80 en una década).

11.-Banalidad y superficialidad en gastos que no eran prioritarios para la Nación: La “Esthela de Luz”, que le costó al gobierno de Felipe Calderón mil 110.5 millones de pesos. Cifra que llegó al triple de lo presupuestado. Hubiera sido mejor que con ése dinero se hubiera creado un fondo de ayuda permanente para los grupos que viven en circunstancias de pobreza total en México.

12.-El incremento de la pobreza a grados extremos, acentuando las diferencias de clases económicas como nunca antes se había visto, etc. En tan solo cuatro años, de 2006 a 2010, 12.2 millones de mexicanos ingresaron a la pobreza, mientras que la población creció en 6 millones y un descenso de la clase media a clase baja, de casi un 30%. ¿Qué sucedió? Si se supone que hubo una  exorbitante inyección de excedentes petroleros desde Fox e incremento en los recursos de la paraestatal, y no obstante, la deuda externa mexicana, subió 2.4 billones de pesos en cinco años.2

13. Además de los gasolinazos, los incrementos a los precios de los productos básicos, los subejercicios y la estrategia condicionada de las partidas a los Estados de la República, las falsas expectativas de yacimientos petroleros que no redituaron lo que en gastos significaron, etc.  
14.-Y el estilo especial y contrastante de reaccionar del Presidente Calderón, donde igual en sus discursos recuerda a figuras de su partido importantes o de su familia, lo que le gana simpatías y por otra parte, volverse protagónico, (recordar que se convirtió en promotor del turismo nacional), temperamental (recordar su fama de “mecha corta”, es decir, que con poquito se enciende”) y muy obcecado en las ideas.

15. Y al igual que el PRI en el 2000, el PAN con graves problemas de divisiones de grupos al interior, que se recrudecieron desde que no surgiera el candidato del Presidente en la interna presidencial; pero con todo respeto creo que si no hubiera sido Josefina y hubiera mandado a Cordero, estaría en cuarta fuerza nacional. El desplazamiento de la gente del ex presidente Fox que se comprometió y la pretensión de usar las mismas estrategias del 2006, las que le resultaron a Fox, pero operadas esta vez, por gente sin experiencia en campañas de corte presidencial.

Lo sucedido en el 2000 y el 2012, que define dos transiciones, una consumada y otra por lograrse, marcan diferencias y similitudes que las dejo a su consideración, pero la realidad presente es: ¿ el PAN, podrá equilibrar la revuelta de su partido y llevarlo a uno más organizado (después de haber vivido sus grupos la ambición del poder nacional)? y como ellos afirman ¿lograrán cambiar para hacer a su partido más “cercano con la gente”?; ¿su  voto duro seguirá siendo tan leal como presumía y su militancia está dispuesta a otorgar los recursos económicos necesarios para poder salir del bache?, etc. Porque esas son las mismas preguntas que el PRI se hizo hace 12 años.

Eso sólo se sabrá lo en los siguientes 6 años si el PAN quiere aspirar a ser nuevamente poder nacional o mínimo, conservar los estados donde aún es gobierno (Guanajuato, Sonora, etc.)

Mientras tanto para el PRI, la lectura es clara. No puede regresar a cometer los mismos errores y tiene cambiar en su forma de gobierno y prácticas de partido, respondiéndole con hechos a los mexicanos para ser merecedor de esa cuantiosa votación recibida el pasado 1º de julio. Y como dijera Enrique Peña Nieto, candidato ganador del PRI-PVEM, por mayoría en ésta elección: “estamos en la oportunidad que nos han dispensado los mexicanos, honremos esta tarea y la confianza con resultados y con logros”.

Pero hay una gran diferencia entre el México de hace 2 sexenios que se le entregó al PAN y el de hoy que se regresa al PRI, a escasos 4 meses (después de la calificación por supuesto). Hace 12 años, al PAN se le entregó un país en paz y se le garantizó la transición en un clima de respeto mutuo. Lo que hoy se presenta al contrario. El país que recibirá el PRI, alcanza graves problemas de inseguridad, de orden social y con económicos triplicados.

Pero sin duda el nuevo gobierno priistas sabe lo que recibe. Para eso se preparó y ganó. Y tendrá que empezar a actuar desde el primer día, porque no puede en adelante fallarle a la nación ni a su consciencia.

Después del 1º  de Diciembre próximo, llegó la hora de que sea realidad la mística política de respeto al pueblo de México, de la que hablaba Colosio, y se cumpla en el futuro inmediato.

Gracias y hasta la próxima.

1 SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/12-06-2011/2536.

2 Arredondo, Félix., ( 2012) El balance Azul, Reporte Índigo

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