ME VOY DEL PAN

COMITÉ MUNICIPAL DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL

EN EL MUNICIPIO DE CHIHUAHUA

P R E S E N T E.-

LUIS VILLEGAS MONTES, en pleno uso de mis derechos políticos y en calidad de miembro del Partido Acción Nacional, con número de afiliación VIML660705HCHLNS00, comparezco y para ese efecto:

EXPONGO:

Que ocurro por medio del presente ocurso a solicitar se me dé de baja de las filas de dicho Instituto Político como miembro activo del mismo, por así convenir a los intereses personales del suscrito.

Sin más por el momento, quedo a sus apreciables órdenes.

Chihuahua, Chih. 11 de agosto de 2011.

“Por una Patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos”.

LUIS VILLEGAS MONTES”.

De ese modo, demasiado escueto, arrasadoramente simple, puse fin a casi veinte años de militancia en las filas del PAN. Sé que mi credencial dice otra cosa, sé que tomé dos o tres veces el curso de iniciación y sé que mis papeles se les perdieron otras tantas, pero lo cierto es que fueron casi veinte años, los mejores de mi vida útil -por lo menos los más luminosos, los más vigorosos, los más dulces, muchos de los más felices-, los que viví ahí, instalado bajo sus siglas.

Se dice que Jesús Monzón Reparaz, el líder del Partido Comunista español en el exilio y a pregunta de alguno, respondió que no escribía sus memorias porque “El Partido habría quedado mal”; así yo; a estas alturas no puedo escribir del PAN porque sería hacerlo quedar mal. Además, lo que había que decir y pelear ya lo dije y lo pelee desde adentro; incluso, a riesgo de sufrir las consecuencias.

No obstante, me parece relevante formular algunas precisiones:

Ø La primera, que esta renuncia no es casual; esperé casi noventa días a que me fuera formalmente notificado el fallo que resolvía mi situación jurídica dentro del Partido. Luego de haber dejado transcurrir con exceso el término de 40 días con que contaba la Comisión de Orden para ese fin, es evidente que dicho órgano no quiso, no pudo o no supo cómo enfrentar mi defensa; frente a esa omisión lamentable que intentaron subsanar a la carrera y de mal modo el día de ayer luego de que había ya renunciado, no me queda sino manifestar públicamente lo que desde meses atrás venía sosteniendo en privado: Me quedé para defenderme, nada más: “Las Comisiones de Orden emitirán sus resoluciones en un plazo de hasta cuarenta días hábiles contados a partir de que se radica la solicitud de sanción” (primer párrafo del artículo 48 del Reglamento sobre Aplicación de Sanciones). Si ni la defensa fue posible, si hasta ese privilegio (o satisfacción) se me negó, creo que es hora de poner punto final a esa lamentable historia de incertidumbre y desencuentros.

Ø La segunda, es que esa determinación la tomé frente a mí y a instancia mía. En ese sentido, la acusación absurda de un grupúsculo enquistado en su seno bajo el amparo de un liderazgo mal entendido y peor ejercido no hace -ni hizo- mella en mí; la razones para abandonar al PAN se gestaron antes de la acusación, de la notificación, de la audiencia respectiva y de la omisión de que me duelo líneas atrás. Me voy del PAN porque, como lo expresó un amigo del que omito su nombre, Dios nos puso en este mundo, entre otras cosas, para multiplicar los dones que nos concedió; por muchos años, mi manera de entender ese designio (de servir a otros) estuvo acotada a los principios panistas y a la gestión de sus órganos y gobernantes; sin embargo, cada día que pasa, me siento más alejado de todo aquello que me alimentó por tantos años. Ahora, pienso y siento que servirlo no es la mejor manera de servir al interés común ni a las causas ciudadanas.

Ø En tercer lugar y aunque me esté mal decirlo, me voy con la frente en alto y con la satisfacción del deber cumplido. Nunca, jamás, durante ese lapso, me rehusé a atender los compromisos con el Partido de la mejor manera posible con todos los medios a mi alcance. Por eso renuncio, porque las causas que defendí, las luchas que emprendí y las banderas que enarbolé fueron, eran, todas, panistas. Por desgracia, he sido testigo de un alejamiento inexorable entre lo que el PAN es en sus Estatutos y reglamentos, en sus documentos básicos y principios de doctrina, y lo que algunos de sus dirigentes y líderes más conspicuos son y representan en los hechos.

Ø Esa razón, de hecho, sobre cualquier otra, es la que me obliga a renunciar: Por motivos de congruencia y en virtud al rumbo que he decidido darle a mi vida, la militancia en las filas del Partido y la fidelidad a mí mismo resultan incompatibles.

Ø Finalmente, he de decir que dejo muchos amigos, hombres y mujeres de integridad excepcional, lúcida inteligencia y valor a toda prueba; son tantos que no habría manera de nombrarlos y agradecerles a todos, uno por uno, su gentileza, su consideración, su apoyo, su confianza, su aprecio, ellos saben quiénes son y creo que con eso basta: Vaya para todos y cada uno de ellos y ellas, un abrazo y un agradecimiento perpetuos.

Dado que ya no tengo ninguna obligación estatutaria de reserva respecto de los asuntos internos del Partido, como testimonio mudo, pero elocuente, de que mi trayectoria en el PAN no pasa por ningún hecho del que deba sentirme avergonzado, anexo a ésta mi contestación a la acusación formulada en mi contra, para demostrar, con ello, no sólo lo ridículo y lo absurdo de la misma, sino además, la torpeza, la ineptitud, la ignorancia, la ingratitud y la estupidez de algunos de esos dizque panistas.

Luis Villegas Montes

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