“POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA”

2011

Parte II: PEMEX, UNA EMPRESA QUE LOS MEXICANOS DEBEMOS CUIDAR

B) La historia después de 1900

En 1900, durante el mandato presidencial de Porfirio Díaz, con la finalidad de impulsar la actividad petrolera otorgó privilegios especiales a los extranjeros,  permitiéndoles invertir en nuestro país explotando los recursos naturales de México. Por su importancia y lo que podía representar para el futuro en la economía nacional, el 24 de diciembre de 1901, Díaz expide la Ley del Petróleo, que le corresponde cumplir a la entonces Secretaría de Estado y del Despacho de Fomento, Colonización e Industria.

En su articulo 1, dicha Ley dejaba previsto: “Se autoriza al Ejecutivo Federal para conceder permiso, a fin de hacer exploraciones en el subsuelo de los terrenos baldíos o nacionales, y lagos, lagunas y albuferas que sean de jurisdicción federal, con el objeto de descubrir las fuentes o depósitos de petróleo o carburos gaseosos de hidrógeno que en él puedan existir...Igualmente se autoriza al Gobierno Federal para expedir patentes, por virtud de las cuales hayan de hacerse, de conformidad con las prescripciones de esta ley, las explotaciones de las fuentes o depósitos de petróleo o carburos gaseosos de hidrógeno”.

Por esa razón, empresarios extranjeros con capacidad económica se animaron a venir a México a ampliar sus negocios, atraídos por las reservas petroleras. Entre ellos, los norteamericanos Charles A. Candfield y Edward L. Doheny.

Doheny, había sido invitado originalmente por Albert A. Robinson, presidente del Ferrocarril Central Mexicano quien le ofrece garantizarle la compra de toda la producción de los campos del norte de Veracruz para ser usado en el ferrocarril. Este empresario estadounidense, ya tenía algunos años dedicándose a la explotación de pozos en California, pero asegura fondos asociándose con Charles A. Candfield, para iniciar los trabajos. Para el efecto adquieren 162 mil hectáreas en San Luis Potosí, terrenos que pertenecieran a la hacienda del “Tulillo” y Chapacao, ubicadas a 25 kilómetros de Tampico y que además se extendían hacia Veracruz. Poco tiempo después esta hacienda pasa a ser propiedad de la Mexican Petroleum of California.

Los trabajos se realizan contratando a ingenieros prestigiados, extranjeros y mexicanos, entre ellos el Ingeniero Geólogo, topógrafo e hidrógrafo, Ezequiel Ordóñez (1867-1950)1 quien dirigía el Instituto Geológico de México y había sido representante de nuestro país en diferentes foros mundiales relacionados con el petróleo y es quien inicia la búsqueda de yacimientos en la huasteca potosina y norte de Veracruz. Su experiencia y conocimientos son aprovechados y hacen que en poco tiempo se encuentren con exactitud los puntos en los que ha de perforarse con éxito. En 1901, Ordóñez descubre un yacimiento petrolero llamado La Pez, ubicado en el Campo de El Ébano en San Luis Potosí, del que salieron 1500 barriles diarios, otorgándole por ese motivo a este investigador mexicano, un papel clave en la génesis de la explotación de este recurso, en nuestro país. La Mexican Petroleum of California, se preocupó por construir una gran infraestructura, incluyendo un oleoducto de 112 kilómetros, con 10 estaciones de bombeo que enviaba el crudo hasta la estación de Mata Redonda y el Puerto de Tampico.

Mientras tanto en el sur del Estado de Veracruz, otra compañía inglesa la Pearson and Son, propiedad de Weetman D. Pearson, contratista del gobierno de Porfirio Díaz2 desde 1889, adquiere los terrenos petroleros cerca de San Cristóbal en Tehuantepec, zona que desde los años de Maximiliano de Habsburgo, se veían con potencialidad petrolera; por lo que, se inicia la operación de diferentes pozos  en una franja amplia que se extendía hasta Minatitlán. El Ingeniero Mexicano Manuel Fernández Guerra, que fue contratado para trabajar en la Pearson and Son, descubre depósitos de alquitrán cerca de San Cristóbal y se le comunica al biógrafo John B. Body colaborador cercano de Pearson, quien de inmediato ordenó la adquisición de los terrenos del Istmo. Para 1906, la Compañía Pearson and Son era ya propietaria de 242,829 hectáreas en la zona sur veracruzana.

Para 1907 la Compañía de Doheny, organiza una nueva la Mexican Petroleum Company limited of Delaware para controlar la vigente y junto con la Huasteca petroleum Company llegan a controlar  un total de 212, 467 hectáreas del norte de Veracruz. Ésta y la Pearson and Son, ocupan prácticamente los extremos del territorio veracruzano,  teniendo asegurados los derechos de propiedad.

En 1905, se hacen algunos intentos para que la nación recupere el dominio directo sobre el subsuelo. El primero de marzo de ese año, el Ing. Manuel Fernández Guerra, y los ingenieros Luis Ibarra y Lorenzo Elízaga, presentan a la Secretaría de Fomento un proyecto de ley que justificaba la nacionalización. La Secretaría envío la propuesta a la Academia de Legislación y Jurisprudencia de México, consultándole la conveniencia de la nacionalización del petróleo, sin embargo la respuesta tardaría 4 años y los académicos finalmente no se convencen y se vota en contra de la misma.

En 1908, Person no se detiene en invertir, tiene que sortear problemas de producción insuficiente y aunque continúa con las operaciones del norte de Veracruz, su intención es expandirse. Cuando en ese año el pozo de Dos Bocas, Tabasco, brota intensamente pero igual se quema en su totalidad, convence a Pearson expandirse hacia el sur y construye una refinería en Minatitlán , creando además una distribuidora independiente, denominada Cía. Mexicana de Petróleo "El Águila". Así mismo,  dispone un oleoducto para conectar los campos de San Cristóbal. Esta nueva compañía tuvo un éxito rotundo; como comercializadora, llegó a tener 77 agencias de venta, en las ciudades de México, Puebla, Orizaba y Veracruz, además de Celaya, Pachuca y San Luis Potosí y el centro del país

Para 1909 la Cía. Mexicana de Petróleo "El Águila" es fortalecida, particularmente porque la Pearson le traspasa las actividades de extracción y producción de crudo para de esta manera duplicar su potencial, convirtiéndose en poco tiempo en la empresa controladora del 50 % del mercado nacional y de exportación del petróleo  la que le hace entrar en amplia competencia con Waters-Pierce.  A tal grado que finalmente obtiene la ventaja.

La Revolución Mexicana de 1910, no afectó en nada a los negocios petroleros. Por el contrario, las perforaciones en el norte del estado continuaban siendo exitosas. La Huasteca Petroleum Company perfora el pozo Casiano 7 con una producción de 60000 barriles diarios. Empezaba el momento de expandirse, ya no sólo al mercado nacional sino también al internacional, empezando por el estadounidense y el primer embarque, es para la Magnolia Petroleum Company de Texas. Mientras tanto en el sur, las compañías buscan distribuir directamente a Inglaterra.

Pero, para asegurar la producción estas compañías tienen que pasar por problemas y altibajos; cuando la producción no les es suficiente importan petróleo a las compañías norteamericanas. En 1910 la presencia del pozo 4 de Potrero del Llano que llegó a tener 100 mil barriles diarios, crea nuevas expectativas para los inversionistas, pero igual tienen que continuar buscando nuevos yacimientos.

Mientras tanto, la situación política de México empieza a cambiar. Después de que Porfirio Díaz abandona el país, el nuevo gobierno de Francisco I. Madero, viendo que los extranjeros se quedaban con todas las ganancias del petróleo, además del usufructo de  las tierras, expidió el decreto de 3 de junio de 1912 para establecer en su Ley de ingresos un impuesto especial llamado “impuesto del timbre” sobre la producción petrolera y ordenó se registraran las compañías que operaban el país y que controlaban el 95% del negocio. En éste estipulaba: “el impuesto del timbre sobre el petróleo crudo de producción nacional, será a razón de 20 centavos por tonelada, conforme al reglamento que expida el ejecutivo”. Sin embargo, aunque esto incomoda a las Compañías petroleras, finalmente adoptan los ajustes fiscales del gobierno mexicano.

El Petróleo Mexicano, empieza a salir de las fronteras mexicanas,  pues entre 1911 y 1921, las compañías expanden su mercado. La Mexican Petroleum Company crea subsidiarias en Tuxpan y Tamiahua. Igualmente, crea un sistema de transportación terrestre y a través de embarcaciones de gran escala va progresivamente incursionando en el mercado europeo y también a Sudamérica.

En 1913, año en el que usurpa el poder  nacional Victoriano Huerta y previo al gobierno pre-constitucionalista de Venustiano Carranza,  los asuntos de la industria y exploración petrolera, quedan bajo la administración de varias secretarías: la Secretaría de Agricultura y Fomento,  incluye el Departamento del Petróleo y el área de Inspección Petrolera. Las concesiones, exploración, explotación e industria, dependen de la Secretaria de Industria, Comercio y Trabajo,  y la fiscalía petrolera,  de la Secretaría de Hacienda.

Para 1914 en el gobierno preconstitucional de Venustiano Carranza y en su calidad de Jefe de la Revolución y encargado del Poder Ejecutivo y haciendo uso de sus facultades para expedir  leyes, decretos y disposiciones para satisfacer las necesidades económicas, sociales y políticas de la nación, genera nuevas reformas constitucionales importantes y crea en 1915 en Veracruz, la Comisión Técnica del Petróleo dependiente de la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria.

En 1915, se da nuevamente el antecedente de una iniciativa para lograr la expropiación y es presentada por los licenciados Miguel Mejía, Francisco Beiztegui, Isidro Rojas y Alfredo Mateos Cardeña que con argumentos científicos y jurídicos, presentan ante la Secretaría de Fomento su propuesta y al ser canalizada para su revisión a la Academia, ésta no es apoyada.

Para 1916, de la Secretaría de Fomento llegan a depender: la Dirección de Minas y Petróleo y deja vigente la Comisión técnica.

En ese año, el pozo no. 4 de Cerro Azul, Ver., se convierte en el de más alta producción alcanzada hasta ese momento en el país. Llegó a extraerse del mismo,  260 mil barriles diarios.

Igualmente en 1916, se da otro precedente de propuesta de nacionalización, presentada ante el Ing. Pastor Rouaix entonces Secretario de Fomento, por el Ingeniero Alberto Langarica y el Licenciado Joaquín Santaella3 y lo hacen a través de un dictamen de la Comisión Técnica. En este documento se especifica que es el momento de aclarar que entre los minerales sujetos al dominio directo de la nación, se incluya al petróleo. Esto con la intención de que figure en la Constitución Política, que en el momento está en estudio y la propuesta queda pendiente.

El Gobierno de Venustiano Carranza, se empeña en restablecer el orden Jurídico  de la industria petrolera del país, por lo tanto el tema petrolero es tocado  en el Constituyente de Querétaro de 1917, por lo que en la Constitución Política que en éste nace, en su artículo 27 define cambios importantes respecto a los minerales y sobre la explotación de los recursos naturales de la nación, estableciendo : “corresponde a la nación el dominio directo de los minerales y substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales o metalóides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas. Los productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los fosfatos susceptibles de ser utilizados como fertilizantes, los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos líquidos o gaseosos”

Gracias y continuará…hasta la próxima.

Comentarios

Entradas populares