POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

DRA. ZAIDA ALICIA LLADO CASTILLO

DILMA ROUSSEFF.  PRESIDENTA TRIUNFADORA EN BRASIL

Luis Inacio Lula Da Silva Presidente de Brasil, hacía la siguiente pregunta públicamente en el primer mitin de la segunda vuelta, cuando reflexionó frente a los asistentes: “¿Por qué diablos ese Lula, con tantos hombres a su alrededor, tantos hombres cerca de él la vida entera, fue a escoger a una mujer para ser Presidenta de la República? Y el mismo se contestaba: Yo podría haber escogido un diputado, un senador, un gobernador ¿Por qué fui a escoger a Dilma?... Hoy (con el triunfo en la mano) estoy convencido que mi decisión fue la correcta”.

Y de esta manera empieza otra historia para Brasil, por primera vez ocupara la Presidencia una Mujer elegida por el voto popular: Dilma Roussseff.

¿Pero quién es esa mujer?

Dilma Rousseff, nació en Bello Horizonte, hace 62 años. Hija de un empresario búlgaro llamado Pedro Rousseff y de una maestra brasileña llamada Dilma Koimbra Silva. Dilma, desde muy joven fue miembro del Partido de los trabajadores (PT) coincidiendo con las ideas marxistas y militó en los movimientos clandestinos que luchaban contra la dictadura militar y debido a ello fue encarcelada en 1970, habiendo sido condenada por un tribunal militar sin ningún tipo de garantías legales. Estuvo presa 3 años (1970-1973) y recibió los peores tratos al grado de que fue denominada “la Juana de Arco de la guerrilla”.

Se caso con un guerrillero Carlos Franklin Paixão de Araújo, a finales de los años 70  con quien tuvo una hija y se fue a radicar a Rio Grande do Sul. Estudia Economía en la Universidad Federal de esa ciudad y se gradúa en 1977.

Su figura como activista le valió muchas críticas pues ella junto a otros destacados personajes llegó a propiciar la mayor movilización civil de la historia de ese país, con la agrupación llamada Diretas Já, que culminó con el regreso a la democracia. Un año después ocupo la Secretaría de Hacienda del municipio de Porto Alegre.

Durante el gobierno de Alceu Collares en Rio Grande do Sul, en 1993 fue nombrada Secretaria de Energía y fue ratificada en el cargo en 1998, cuando Olivio Dutra, miembro del Partido de los Trabajadores, gana las elecciones estatales coaligado con el Partido Democrático Trabajador. En 1999, la coalición se rompió y el Partido Democrático Laborista pidió a sus miembros que dejaran sus cargos; frente a esto, Rousseff dejó el partido y se integró al Partido de los Trabajadores nuevamente en 2001, continuando en el gobierno en diferentes cargos y un año después Luis Inacio Lula Da Silva ocupa la Presidencia por ese partido. El mandatario la nombra ministra de Minas y Energía en enero del 2003, cargo en el cual tuvo la responsabilidad de la reestructuración del sector eléctrico. Dicho cargo lo ocupó durante dos años hasta el 21 de junio del 2005, día en que fue nombrada ministra de la Casa Civil (un cargo equivalente a jefa de Gabinete) y por consiguiente de la coordinación del trabajo de todos los ministerios.

Su trabajo fue reconocido nacionalmente por la coordinación del Programa de Aceleración del Crecimiento, un conjunto de políticas económicas que ha priorizado las inversiones en infraestructura, como saneamiento, viviendas, transporte, energía y recursos hídricos. Igualmente, le tocó promover programas estratégicos como “Mi Casa, Mi Vida”, que preveía la construcción de un millón de casas para beneficiar fundamentalmente a los brasileños de menos recursos.

En diciembre del 2006, es hasta entonces que la Comisión Especial de Reparación de la Oficina de Derechos Humanos del Estado de Rio de Janeiro aprobó la solicitud de indemnización de Rousseff, por aquellos hechos de los años 70. Luchó también porque la amnistía llegara para los ciudadanos que habían perdido sus derechos civiles y habían sido perseguidos por el gobierno.

Otro reto para Dilma fue el tener que enfrentarse a la trágica noticia en abril de 2009, de que se le había detectado cáncer linfático y como consecuencia tuvo que someterse a quimioterapias, pero pudo vencer el padecimiento como lo demostraron los exámenes médicos que se hiciera antes de iniciar el proceso electoral de 2010 en el que , por su destacado desempeño en el gobierno y sus méritos personales Luiz Inácio Lula da Silva, la escogió para ser la candidata del PT para sucederlo en el cargo y logró convencer a sus simpatizantes, que ascendían a casi el 85 por ciento de la població de que ella era la persona idónea para continuar los programas y las políticas de su gobierno.

En esa elección con el 99.97 por ciento de los votos contados, Roussef se impone a su adversario, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con 55 millones 742 mil votos (56.05 por ciento). Serra obtiene 43 millones 705 mil (43.95 por ciento).

En su primer discurso, pronunciado en Brasilia ante cientos de seguidores, Rousseff subraya el hecho de que su país tenga por vez primera una mujer en la presidencia y se compromete a trabajar para que ese hecho deje de ser “inédito en Brasil”. En ese discurso ella sostiene que “la igualdad de oportunidades es un principio esencial de la democracia” y… espero que los padres y madres puedan mirar a la cara de sus hijas y decir, ¡sí, las mujeres pueden!

Y vaya que pueden, si ella se suma a otras importantes mujeres que han llegado a ocupar el cargo similar en Sudamérica como Cristina Fernández en Argentina y Michelle Bachelet en Chile; ésta ultima concluyendo su gestión con el 85 % de las simpatías de los Chilenos.

Pero quizás ninguna de ellas tenga el antecedente de una vida llena de pasión por la lucha revolucionaria a tal grado de sufrir en carne propia el sufrimiento de haber sido mancillada en una cárcel, sufrido persecuciones o el dolor de la perdida física de amigos y amigas en esa lucha, además de levantarse políticamente a través de su participación en los partidos políticos y haberse ganado la confianza y un lugar en el ánimo de sus compañeros de Gobierno y de partido con hechos y resultados. Por eso el mérito de Dilma es doble y Brasil puede estar orgulloso que ella sea, a partir del 1º de enero de 2011, su nueva Presidenta de la República.

Por supuesto que no la tendrá fácil. Va a sustituir a un Lula, al presidente más popular de la historia de Brasil y un hombre sumamente carismático y cautivador de las masas, pese a ser como él mismo se encarga de repetir, un obrero metalúrgico con sólo cuarto grado de escolaridad. Igualmente se habrá de enfrentar a un Brasil con serios problemas divisiones políticas y diferencias sociales y económicas, en donde tendrá que demostrar su capacidad para que en los mejores acuerdos pueda sacar adelante los problemas que se le enfrenten.

Luego entonces, esta historia nos deja muchas lecturas:

1.- Que no son los doctorados los que hacen al buen político o servidor público, sino los valores morales y la calidad de persona lo que la sociedad premia pues los individuos buscan modelos de identidad confiables y honestos, pero sobre todo la comprensión a sus necesidades y la solución a sus problemas.

2.-Que tampoco son los revolucionarios recalcitrantes los que convencen, porque una cosa es ser un líder protagónico que levanta masas, a ser un gobernante que sabe conciliar y equilibrar intereses para obtener la colaboración de todo un país y en beneficio de sus ciudadanos.

3.-Que en el caso de las mujeres, no es su género lo que se impone para llegar a esas posiciones tan importantes, sino su calidad de políticas en donde la experiencia de gobierno, la madurez emocional para tomar decisiones y la visión de Estado, es lo que hace que las grandes masas le visualicen como una persona que puede gobernar en el reconocimiento, el respeto y la confianza,

Para Dilma Rousseff, el mayor de los éxitos. Y enhorabuena para Brasil, pues le vienen tiempos mejores. 

Gracias y hasta la próxima.

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