VIVIR HOY, MORIR MAÑANA. LUCIO CABAÑAS EL HOMBRE DE LA COSTA GRANDE
. IN MEMORIAM AL HOMBRE DE LA COSTA GRANDE
La historia de un joven guerrillero junto a Lucio Cabañas.
Por Nina Salguero COPYRIGHT
Hoy, radica en un lugar del municipio de Tuxpan en el
estado de Veracruz, sus ojos aún se llenan de lágrimas al recordar el horror de
las escenas en las cuales le tocó ser testigo de la crueldad de los militares,
según nos narra. “ Eran otras épocas”
La Sierra del estado de Guerrero, siempre ha sido eje de
manifestación de inconformidad social, ésta misma llevó al Maestro Lucio
Cabañas, quizá con la influencia del pensamiento socialista y bajo la
motivación de una corriente socialista donde la figura de Che Guevara y Fidel
Castro, llevaron a muchos jóvenes a identificarse con un cambio que de acuerdo
a su óptica México, como país; necesitaba.
Los recuerdos de mi entrevistado brotan como la vara de Moisés en el desierto,
misma vara que tocó la roca y brotó agua a raudales, cabe hacer mención; por si
nuestros amables lectores no han leído el Viejo Testamento en la Biblia, la fibra recóndita donde los recuerdos
resucitan y a través de “ Fer 1”* que al conjuro de la imagen de Lucio Cabañas, reproducen el milagro del
manantial que hoy, sale de sus ojos y de su alma, al recordar a su querido
maestro. Lucio Cabañas, el guerrillero.
Cuando escuché su historia, me interesó plasmarla, pues
muchos como él, aún sobreviven, eran muy jovencitos cuando llegaron los hombres
de “ Lucio” para ofrecerles trabajo, ellos no se imaginaban a lo que se
enfrentarían ya que la oferta de trabajo era escasa y ellos tenían toda la
energía como para enfrentar una aventura cuyos datos eran escasos.
Cuando Llegaron al lugar, machete en mano, comenzaron a
desmontar la selva baja, les habían prometido una buena paga y además alimento.
Poco a poco se fueron adentrando en la realidad, más el trato paternal de Lucio
y su idealismo les ganó el corazón y ante el destino que les estaba tocando
vivir, poco a poco se integraron a esa nueva familia.
“ Después nos preguntaron si sabíamos manejar armas de
fuego y les contestamos que sí, que en los ranchos casi todos teníamos rifles
para espantar a los coyotes”
“ Mi primo también se llamaba Fer, y nos bautizaron como
Fer 1 y Fer 2 “ cuando las cosas se pusieron más pesadas, o sea cuando hubo
enfrentamientos entre la guerrilla y el ejército, a Lucio se le atribuyeron
delitos que nunca cometió, hubo personas que utilizaron el nombre de Lucio Cabañas, para robar y
secuestrar.
Corría el año 1972, mientras la Sierra de Guerrero se
convulsionaba, una de las misivas enviadas al periódico Excélsior, firmaba
sobre las causas del secuestro de Don
Francisco Sánchez López, la misiva decía: “El deber de ser revolucionario es hacer la revolución con las armas en la
mano, Vencer o morir” “ Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los
Pobres-
Hermenegildo Cuenca,
Rubén Figueroa, nombres y más nombres, qué más da, LUCIO Cabañas, cuyas manos
igual manejaban la metralleta que las cuerdas de la guitarra, que igual cantaba
a la luna de la Sierra que a su hija,
con su voz bien modulada.
“ Mi entrevistado narra como aprendieron a correr entre
espinas, entre hojarascas sin hacer el menor ruido, en la oscuridad donde una luz misteriosa les alumbraba el camino.
Vivieron el horror de la violencia y al recordar las
escenas su rostro se transforma y sabe que por eso luchó al lado de Lucio
Cabañas Barrientos.
Su corazón quedó marcado, por los zurcos que ha dejado el
tiempo en su rostro aún se resbalan lágrimas amargas, al observar como algunos
militares utilizaban la crueldad extrema con las mujeres y los niños.
Fer 1, mi entrevistado recuerda la mirada del hombre de la
Sierra, “VIVIR HOY, MORIR MAÑANA” era el lema de Lucio, pero un día, de esos que la historia mantiene
en pausa, el Maestro Lucio, les dijo: “
Muchachos: ustedes están muy jóvenes para seguir en esta lucha, los libero de
cualquier compromiso que sientan hacía mí persona, solo un favor les pido : “No permitan que mi nombre se olvide”.
Dos arroyos empezaron a brotar de la Sierra, las lágrimas
de los jóvenes guerrilleros y el aroma de la justicia-
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