CYNTHIA KLITBO, TUXPEÑA COMO LOS ATARDECERES
Por Nina Núñez Salguero
Luis Roberto Gamboa y Cynthia flanqueada por los Cuates Gamboa, sus primos.
El último día de la filmación, los tuxpeños abarrotaron la playa, querían ver de cerca a sus artistas preferidos parecía Semana Mayor de acuerdo a los que presenciaron el evento. Tuxpan ha sido uno de los lugares donde los productores cinematográficos eligen por sus bellezas naturales, así a través del tiempo recordamos a los actores y actrices que han desfilado por esta bella ciudad.
Sin querer exagerar el hecho, varios Gamboa aparte de los cuates llegaron al evento para tomarse la fotografía con la prima para hacer tangible su cariño, Fue muy difícil, (dice uno de los cuates) llegar hasta donde estaba ella, pues los tiempos son contados, sin embargo lo logramos y que bueno que fuimos porque mi tía Elisa no dejaba de marcarle para preguntar si nos había localizado ( la tía Elisa es la mamá de Cynthia) así que nos tomó una foto para enseñarla a su mamá y que viera la tía que efectivamente nos había encontrado.
Entró después a su camarote a cambiarse y volvió a expresarnos ese cariño que siempre nos ha tenido pero el encanto duró poco porque tenía que volver a grabar la telenovela…
¿Y a que hotel llegaba su tía cuando venía a visitarlos? ¡ Pues al Hotel Gamboa ! nunca se afrentaron de nosotros dijo uno de los cuates y parafraseando la novela, bien pudiéramos pensar que dijeron en el fondo de su corazón ¡¡ de que te quiero, te quiero, prima !!
Bien… pues estas breves crónicas tienen como fin dar a conocer a los cuates Gamboa, quizá no apreciados en su valor real como seres humanos,cada uno tiene su propia personalidad lo único que podemos desearles es una salud envidiable y una vida larga y llena de satisfacciones, los recuerdo bailando sin descansar en las comparsas, recuerdo a Ricardo cuando voy al mercado y me dice: ¿ No gusta una empanada?
Recuerdo a Roberto mostrándome su diploma y el premio obtenido en el carnaval… ellos tienen mucho que decir y nosotros poco tiempo para escucharlos, sus voces se han levantado para diluirse, se han alzado para desvanecerse, cuando el cuate no va a vender empanadas parte del mercado parece sin vida; cuando perdemos de vista a Roberto pareciera que no existe el bullicio y por ende la alegría.
la Klitbo, es tan tuxpeña como los atardeceres, tan linda y sencilla como un amanecer , es extraño ver que alguien que ha llegado alto siga conservando tanta nobleza y sobre todo lleve insertada en su piel el recuerdo de la frescura de las aguas cuando de niña aprendió a nadar con sus primos.
Desde aquí nuevamente, un saludo a los cuates Gamboa a sus respectivas familias y sobre todo a Cynthia, de a cual no dudo regrese una vez más a este Tuxpan de sus recuerdos.
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