NO CAMBIARÉ EL GABINETE: NO SE CAMBIA CABALLO A MITAD DEL RIO...

 Por Nina Salguero

Diaz Ordaz, fue necio, muy necio; al no querer remover a su Secretario de Gobernación:  Luis Echeverría Alvarez.

Y como un padre riguroso, pero a la vez permisivo, tolerante con las peligrosas y criminales " travesuras de sus hijitos". Enrique Krauze narra lo siguiente:

Antes de tomar posesión, el 12 de noviembre de 1964, Díaz Ordaz se entrevista con el presidente Lyndon B. Johnson en el rancho tejano del mandatario norteamericano. A sus colaboradores les hace aprender de memoria estas cinco reglas: “díganme la verdad; no me pidan disculpas; si violan la ley, pues viólenla, pero que no me entere; cuidado con lo que me informen; no cambiaré el gabinete: no se cambia caballo a mitad del río”. (Krauze Enrique. Los Sexenios)

Escribe Soledad Loaeza (Una Historia Contemporánea de México): “Díaz Ordaz nunca se lamentó públicamente de las decisiones dramáticas que lo condenaron al infierno de la historia; en cambio, expresó frustración por el fracaso de algunas de sus reformas”.

Tal parecía que Echeverría ejercía un control mental sobre la personalidad dura de Diaz Ordaz, el cual confiaba en sus decisiones.




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