LOS TRAVESTIS DE DURAZO

Por Víctor M. Estupiñán Munguía* Según los diversos diccionarios la palabra “travesti” hace referencia a las personas que deciden ya sea esporádica o permanenetemente cambiar su aspecto vistiendo ropas o arreglando su apariencia, para asemejarse a otro género diferente al que genéticamente ha recibido. La historia registra muchos casos de ellos (as). Por ejemplo, la Papisa Juana que engañó a la iglesia al disfrazarse de hombre y que fue electa para el Papado 14 en la Edad Media. Otros casos famosos son el de otra Juana de Arco y, Catalina de Erauso. También tenemos en México el de otra Juana, Ines de la Cruz. Sus casos no tienen nada que ver con lo sexual. Incluso en la Biblia se condena dicha práctica en Deuteronomio, 5 (22-5) Ahora bien, cabe señalar que en este escrito utilizo la palabra “travesti” no en sentido despectivo sino para indicar el disfraz ideológico y la cultura de “falsa bandera” de algunos personajes de otros partidos y que, de último momento fueron “invitados” o negociados por Alfonso Durazo para pertenecer a Morena. Como si no hubiera sido suficiente el retaque de arribistas de todos los partidos hegemónicos anteriores durante el “Movimiento Juntos haremos Historia” y las puertas abiertas. Estos travestis políticos siempre están prestos para transfigurarse en lo que les indique el alquilante o mejor postor. Estos personajes ya una vez contratados se hacen pasar como homopolíticos. Es decir, fingen identificarse y gustan de las mismas preferencias políticas del partido al que se adhieren. Estos travestis se transformaran o con-figuran en una identidad con imagen diferente a la que realmente tienen. Cambian de piel con la facilidad del oportunismo coyuntural. Su ideología aparentemente se vuelve plástica, maleable. Pero sabemos que en el fondo no es así. La ideología no es algo como la ropa que se quita y se pone. Es una posición filosófica ante la vida acuñada por múltiples aspectos y experiencias. Los travestis como su nombre lo indican, significa vestirse más allá de lo que supuestamente les corresponde según su sexo. En este caso su ideología política. Son falsos, pretenden engañar para sobrevivir y hacer de la política un negocio más en sus vidas teatrales. Necesitamos resignificar el término para poderlo aplicar a lo que sucede en el presente. La semántica tradicional no le alcanza para los desvíos neoliberales en el terreno político. Se dice que el neoliberalismo ya terminó en México y sin embargo, comprobamos a otro nivel las prácticas de compra venta de políticos hegemónicos anteriores, saqueos ideológicos, rupturas y reacomodos forzosos. Es decir, las mismas prácticas que se dice combatir. La desaparición de Morena es eminente y muy próxima. Que quede claro que no utilizo la categoría de trasvesti como postura homofóbica. Sino como metáfora para señalar la “trasformación” oportunista que muchos arribistas a Morena están adoptando como respuesta a las turbias, verticalistas y antidemocráticas prácticas implementadas por Durazo y su equipo. Sin importarles pasar por encima de los militantes y verdaderos simpatizantes de Morena. Las nuevas adquisiciones son “personajes de quinta” de una mala novela donde el trama psicológico es el derrumbe de cualquier ápice de dignidad política. O si se prefiere, son camaleones que adquieren el color del fondo en donde se adhieren o, donde los pongan. Como los camaleones, son los cristales de su nano-putripolítica, la química metálica que les permite cambiar de color tan rápidamente. Estos travestis no sienten pasión ni tan siquiera de una filosofía progresista. Mucho menos de una de izquierda, ambas de fondo le son alérgicas. Aguantan por las recompensas en juego. Están en su papel conscientemente de que se trata de una oportunidad más para concretizar sus intereses personales o de grupo; mientras que la política del partido a que realmente pertenecen y se identifican les vuelva a ser favorables para volverse a reacomodar. O en su defecto, esperarán nuevas oportunidades de que surjan otros partidos para poner en subasta sus participaciones a la mejor manera de mercenarios políticos. De repente, sus colores, marcas políticas, discursos y demás atuendos ideológicos que decían que eran su vida y pasión política, las olvidan, las guardan celosamente para de inmediato travest-irse para así ser aceptados en la nueva marca de poder ascendente. Hay algunos que rompen record de tantos travestismos que tienen en su haber. El mejor ejemplo es la de la alcaldesa y prácticamente todo su ejército del ayuntamiento, entre más. Muchos jóvenes padresistas del PAN se colaron como travestis espontáneos. Incluso algunos que se destacaron por acciones ilegales y acusaciones penales aparecieron como empleados. Los travestis del Prian saltaron a Morena como material del reciclaje de acuerdo al momento coyuntural que se presentó. Pero sus ideologías conservadoras, retrógradas y mercantilistas no las puede re-vestir fácilmente. Sus acciones, discursos y conductas los delatan fácilmente. El Pueblo no es tonto. Sabe que Morena cambió su piel por azul. Creándose una verdadera crisis orgánica que se ha ido acentuando y, con esta segunda orneada se ha recrudecido. La definición ideológica política es un verdadero caos. Sobreviviendo las contradicciones, los contrasentidos, los dedazos, las acciones verticalistas, autoritarias, nepotismos, amiguismos, despotismos, influyentismos, ambicionismos, traiciones, corruptelas, lealtades a personajes siniestros, entre otros. Es decir, se ha replicado la cultura igualmente que de los partidos que se dice combatir. Quedando en el olvido los postulados de Morena, Estatutos y Principios. ¿Dónde está el cambio verdadero? Las diferentes y verdaderas identidades ideológicas chocan estrepitosamente traduciéndose en disonancias políticas muy graves. Son muchos los nuevos tras-vestidos, los trans-figurados, los nuevos convertidos que ingresaron a Morena, más los que se acumulen. Sin lugar a dudas que se abona el terreno para las conductas transpolíticas. Es decir, el transformismo, el manerismo, el fetichismo o parafilias políticos degradantes. Los nuevos disfraces políticos están a la orden del día. Vemos por ejemplo los que se adquirieron algunos de ellos como Bebo Zatairán, Vernon Peréz Rubio, Cuauhtémoc Galindo, Dolores del Río, Juan González, Rodrigo Flores Hurtado, Julio Cibrián Mondaca, Sandra Montes de Oca Isaac Chávez Heredia, entre más Sobresaliendo los azules, los expadresistas, los que de alguna u otra manera indirectamente apoyaron la política sexenal en donde se dio la venta de niños y tantas injusticias más. .Aunque también hay rojos, amarillos y verdes. El arco iris no se puede quejar se encuentra bien representado. No solo los “enrolan” sino que los empoderan con puestos de alto nivel en forma de dedazos pasando por los verdaderos morenos que han realizado trabajos de campo y han comido polvo de Pueblo. Sabemos porque es verdad pública que el gran maestro en el arte del travestismo político es el que proviene del que en su tiempo, en lugar de haber apoyado a Cuauhtémoc Cárdenas que era la lógica congruente de izquierda en aquellos tiempos; mejor decidió apoyar a Vicente Fox que se perfilaba eminentemente como el ganador. Ese apoyo lo catapultó a ser secretario particular del orate de Fox. Sin dejar por fuera el gran salto que lo hizo aterrizar en el PRD. Desde donde utilizando su trampolín del sol azteca volvió a saltar con gran maestría a Morena, en el cargo de Secretario de Seguridad Pública. El Pueblo necesita congruencia y ética política en lugar de ambiciones y prácticas oportunistas ruines. En Sonora se ha resucitado el burlesque victoriano; el hombre trasvestido de una marca ideológica que no le corresponde de origen e identidad. Utilizando un artificio para modificar su apariencia para no ser reconocido y así poder ocultar o disimular una abominación, una sátira política. Se les pide fidelidad y que escenifiquen las nuevas acciones en el nuevo libreto del operador que lo contrató. Es decir, que adopten las actitudes, roles y discursos designados. El teatro exige eso y las contraprestaciones también. Se dice que hay que desaparecer al Prian, sin embargo, el método utilizado es engulléndolos. Es decir, incorporarlos, hacerlos parte del cuerpo político de Morena. Desgraciadamente Morena se llenó de travestis sin Ideología Progresista sino más precisamente con ideologías mercantilistas, calculadoras, oportunistas y rentables. Que contradicción tan más basta. Siendo una burla para el Pueblo, para los morenistas de a pie, y para los simpatizantes con ideología genuina progresista. Siendo un desfiguro, un profundo desatino, un maquillaje que seguramente el Pueblo con dignidad cobrará factura a la hora del dar el voto. *Víctor M. Estupiñán Munguía: Artesano de la palabra, escultor de ideas, danzante de emociones, arquitecto de sentimientos, pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, chingólogo y sonorólogo, hijo y amigo del “Río Sonora”, ideólogo, polemista, promotor del arte, cultura y del pensamiento crítico, seguidor de la teoría de la complejidad y dialéctica, simpatizante de Jesús alias el “Cristo” y amigo de su Padre: el Uno, el Cosmos; víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora “Por la paz del mundo” victor-79@live.com.mx

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