¿Coquetea Cuitláhuac ahora con el PRD?

 Prosa aprisa

¿Coquetea Cuitláhuac ahora con el PRD?

Arturo Reyes Isidoro

Primero fue el Presidente, ahora el Gobernador el que se ocupó ayer de la alianza PRI-PAN, durante su comparecencia en el pleno de la Legislatura para glosar su 2º Informe de Actividades.

Ni duda cabe que les inquieta la suma de fuerzas de los dos adversarios históricos que han decidido hacer a un lado sus diferencias con tal de sacarlos del poder.

No dejó de llamarme la atención que no mencionó al PRD, que formaría parte del triunvirato político, y me pregunto si para no reiniciar la confrontación con ese partido luego del ofrecimiento de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, de que propiciaría una mesa de diálogo y negociación que los llevara a superar su confrontación luego de que los del sol azteca se quejaron de que desde el gobierno estaban amenazando a sus alcaldes para obligarlos a que trabajaran para Morena en el proceso electoral.

Pero también pudo ser una señal de que hay la intención oficial de tratar de romper la alianza tripartita buscando jalar a los amarillos (con los que supuestamente están más identificados ideológicamente), más cuando su aliado más fuerte, el PVEM, ha sufrido una seria merma luego de los serios señalamientos de una investigación internacional en contra de su líder Fidel Herrera Beltrán.

Si es que acaso hubiera algo de esto último, los morenos estarían intentando lo mismo que pretendió Javier Duarte siendo gobernador, que en dos ocasiones buscó romper la alianza del PRD con el PAN (de los Yunes entonces), lo que logró en el primer intento, pero no en el segundo.

Cosa de hacer memoria y de comentar hechos poco conocidos hasta ahora. En 2015, para la elección de diputados federales, a base de cañoneos económicos para los entonces dirigentes estatales y de ofrecimientos muy atractivos para los nacionales, el gordo paró la alianza. 

En 2016, una historia más conocida, de nuevo hizo todos los intentos para evitar que los amarillos se aliaran con los albiazules a fin de lograr que Miguel Ángel Yunes no ganara la gubernatura. Hay diversas versiones de que de nuevo pudo planchar a los dirigentes locales, pero no lo logró con la cúpula nacional.

Los enterados cuentan de que aparte de que supuestamente ofreció enviar 100 de los grandes y que el enviado solo entregó 10, otra versión de quienes vivieron de cerca los hechos desde el lado amarillo dice que además los dirigentes nacionales le dieron un no rotundo porque nunca les cumplió los ofrecimientos que les hizo en 2015. Tomaron venganza, así, se aliaron con Miguel Ángel y ganaron la elección.

Perredistas comentan que si Duarte hubiera cumplido, en 2016 no hubieran apoyado a Miguel, el PRI hubiera ganado y continuado en el poder y el gordo no estuviera hoy en prisión, pero esa es otra consideración.

Hoy pareciera que los del PAN y el PRI dialogan, se entienden, ignoran a veces al PRD tal vez porque lo ven chiquito (pero es la segunda fuerza política municipal después del PAN, con 40 ayuntamientos), intentarían darle solo una pequeña parte del pastel, pero no se estarían dando cuenta de que lo estarían orillando a ceder a alguna pretensión del poder si les hacen un ofrecimiento atractivo, que el poder (político y económico) es muy tentador, y entonces se fragmentaría la todavía no conformada alianza. Y ya no sería lo mismo.

Sin duda, Cuitláhuac está aprendiendo o lo están asesorando bien, y está en plan de sumar. El martes, de visita en Martínez de la Torre, declaró que existe diálogo con los alcaldes amarillos y que se ha llegado a “un entendimiento institucional” con el partido que lidera Sergio Cadena Martínez.

Ayer dejó claro que sus objetivos están muy localizados: azules y tricolores. Nada me extrañaría que en el altiplano intentaran negociar con el dirigente nacional Jesús Zambrano, le ofrecieran bajarle la luna y las estrellas y lo tentaran. En política todo es posible. Por lo pronto, en su comparecencia no los tocó.

Tal vez porque se han dado cuenta de que su permanencia en el poder está en serio riesgo, de pronto el cuitlahuismo se volvió todo amor con el senador Ricardo Ahued y con el súper delegado Manuel Huerta, las dos más fuertes fuerzas políticas de Morena en Veracruz, contra los que traían fuego amigo en forma abierta y tenían preparada mucha metralla en su contra.

A Manuel ahora ya lo invitan a todos los actos, cuando antes no solo lo ignoraban y lo cortaban de las fotos o buscaban los ángulos donde no apareciera, además de que armaban conferencias de pre


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