EL CISNE BLANCO...

 EL CISNE BLANCO…PODER SOLAR Y RACISMO

Por Víctor M. Estupiñán Munguía*

“La historia de las luchas por el poder, y en consecuencia las condiciones reales de su ejercicio y de su sostenimiento, siguen estando casi totalmente oculta. El saber no entra en ello: eso no debe saberse.” M. Focault, Microfísica del poder.

Otro símbolo compañero de la paloma y del cordero blancos, tenemos a otra gran ave de mucha belleza: el cisne blanco. 

El cisne blanco también pertenece a los símbolos solares. Blanco y fecundo. Compañero de Apolo, es decir, del sol.

Es el símbolo del druida con vestido blanco. Recordemos que Zeus se trasformó en cisne para poder contactar a Leda. Representa el isomorfismo de la luz y de la palabra, es decir, el propio verbo, la vibración. 

La trilogía solar compuesto por la paloma, oveja y cisne promueven profunda y fuertemente el racismo desde la cultura simbólica cromática. 

En la Biblia encontramos un poder constituido, un Poder Teocromático que ha socializado dicha filosofía en forma jerárquica  y racista.

Los colores también son política, también son ideologías. Son arquetipos antiquísimos. Son reordenamientos de las ideas desde una perspectiva “inocente” y “normal”. 

Sin embargo, sabemos que no es así. Los colores también son los que nos pintan la vida presentándonosla de determinada manera. El modelo lógico cromático forma parte de que “El poder está en todas partes” y sólo debemos “hacer visible lo invisible”.

Ahora bien, en Deuteronomio 14:16, no aparece como ave inmunda. En cambio en otras versiones bíblicas sí y, por lo tanto no se deben consumir. 

Leda con el cisne.

Las asociaciones históricas es que se le tenía muy cerca de la música y a Apolo. Pitágoras decía que era un alma que jamás muere. Platón coincidía. 

Ovidio los coloca en los campos Elíseos, mientras que Zeus se transformó en cisne para conquistar a Leda. También los celtas lo tenían como un animal de gran poder y belleza. 

Era un símbolo de la pureza. Su cotidianidad estaba saturada por el poder de dicha ave solar. Igualmente entre los griegos entre otras muchas culturas antiguas.  

La realeza espiritual y belleza estaba depositada en dicho animal solar. Su blancura atrae irremediablemente. A la vista su silueta es un deleite y un atractivo sorprendente.

Su legado mítico mágico aún perdura ya que encontramos  Vírgenes y catedrales que llevan su nombre. Su celebración es el 8 de septiembre. Las reminiscencias se hacen presentes. 

La fidelidad del animal fue un atractivo para las religiones, igualmente la limpieza de su blancura en su plumaje.

Además su canto coincidía con su muerte. Es decir, sólo canta una sola vez. Su influencia fue profunda. Hay registros de las “Orden de los Caballeros del Cisne”. En 1596 se establece el “Culto a la Virgen del Cisne”.

En Ecuador está la Basílica de “El Cisne” (gótico”). Dedicada a la “Vírgen del Cisne”.

 

La cuestión es que en Europa antigua nadie había conocido un cisne negro. Se creía que sólo existían los de color blanco. Y, para hacer énfasis en algo contrario y negativo se utilizaba lo del “cisne negro”. Es decir, como una metáfora maligna.

 Fue hasta el año de 1697 que se descubrió un cisne negro australiano. La metáfora perdió fuerza existencial aunque no funcionalmente.

Existen novelas y películas con dichos términos. En otras palabras, se utilizan como se hace con el famoso “caballo negro”.

Sin lugar a dudas que su opacidad posterior fue el descubrimiento de dicho ejemplar de color negro. También la carga tan fuerte de tipo erótico, ya que su largo cuello es muy  elocuente falo-eróticamente. 

Recordemos que el cisne es muy famoso por Leda y su conquista.

Los colores no son neutrales. Arrastran imágenes, historias por otros medios, estructuras narrativas, versiones, ideologías violentas  y sobre todo consignas. 

Estas imágenes míticas no le convino a la iglesia y mejor escogieron la Paloma blanca y el Cordero para propagar a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Es muy difícil encontrar al cisne blanco en altares, allí está la Paloma sobre todo. 

Nunca he visto ovejas negras y cisnes negros en capillas, iglesias y catedrales. Mucho menos deben existir en ningún rincón del vaticano. Sin lugar a dudas sería un “Sacrilegio Teocromático”.

La trilogía simbólica se ha encargado de sembrar subconscientemente la semilla que ha caracterizado a la larga noche del racismo en el mundo.

A la violencia simbólica la debemos descolonizar ya que ha cobrado millones de vidas en la historia de la humanidad. 

Mientras que no se comprenda los procesos formativos, estructuras y lógicas operativas de este tipo de símbolos opresivos, independientemente que por tradición se les asocia a la idea de divinidad; seguirán satanizando la cultura de la negritud.

 

*Víctor M. Estupiñán Munguía: Artesano de la palabra, escultor de ideas, danzante de emociones, arquitecto de sentimientos, pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, chingólogo y sonorólogo, amigo del “Río Sonora”, polemista dialéctico, ideólogo y promotor del pensamiento crítico, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora “Por la paz del mundo” victor-79@live.com.mx