PROSA APRISA

Prosa aprisa
AMLO, priista “setentero”, “autoritario”, dice Urzúa
Arturo Reyes Isidoro
La nueva edición de EL PAIS México publicó ayer una extensa entrevista con el
exsecretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, en la que habla de
la ignorancia económica del presidente Andrés Manuel López Obrador, al que
califica de autoritario y de quien recuerda que fue un priista “setentero” que
tenía ideas de Echeverría y de López Portillo.
Afirma que el estado de nuestra economía es mala y que el covid-19 nos hundió
pero que ya se venían enfrentando problemas desde el año pasado.
Expresa que entender lo que está pasando, en términos económicos, no es difí
cil porque está muy bien diagnosticado desde tiene mucho tiempo: esencialmen
te, que no hay dinero porque la recaudación es muy baja, pero también porque
la inversión pública ha ido reduciéndose por falta de confianza en el Gobierno
federal.
Sobre la baja recaudación, aterriza: “López Obrador ha sido muy claro desde
siempre. Él no quiere impuestos. Creo que no lo debía haber dicho, pero lo
dice y lo repite todo el tiempo. Una de las razones por las que lo hizo fue obvia
mente para ganar votos”.
A la pregunta sobre cuáles son los mayores riesgos que enfrenta México en
materia económica, responde que lo que se nos viene encima va a ser suma
mente complejo por muchas razones.
El mayor riesgo que ve es el enfrentamiento, que está germinando pero que
eventualmente se va a dar muy pronto, entre el Gobierno federal y los estata
les por la falta de dinero. 
Argumenta: La gran mayoría de sus ingresos provienen de las participaciones
federales, pero estas dependen de cuánto se recauda y eso depende de la
dinámica que tiene la economía, y en este momento todo se está cayendo. 
“Todavía no hay cifras respecto a mayo, por ejemplo, pero seguramente el
impuesto sobre la renta y el IVA, se desplomaron. Eso, desde un punto de vista
de la Ley de Coordinación Fiscal, significaría que también las participaciones
disminuirían de manera dramática, no solo las del Gobierno federal”.
Reconoce que hay dos fondos, uno de estabilización de ingresos estatales, de
60 mil millones de pesos, y otro federal, de unos 150 mil millones que pueden
ayudar a paliar un poco la situación, “pero no mucho”. Un segundo riesgo que
ve, “muy preocupante”, y del que estaban muy conscientes desde el inicio,
es el asunto de las pensiones, “que a final del día es una bomba de tiempo
que va a estallar”.
A su juicio, hay falta de conocimiento económico en el Gobierno federal, pero
sobre todo de solidaridad social. Afirma que el gasto que tiene dedicado el Go
bierno a paliar este problema “es cualquier cosita, básicamente nulo”.
Señala con contundencia: “la política fiscal ha sido muy mala”, no se ha cuidado,
y señala que todavía no se ha entendido la importancia del sector formal en
México. “Estamos castigando la formalidad en México, y ahora a los empre
sarios y a los trabajadores”.
Sustenta: “seguimos insistiendo en que deben estar cotizando en la seguridad
social cuando no tienen dinero, cuando muchos de ellos no tienen capital de
trabajo, están mermando su propia riqueza, la poca que van a tener en el futuro
, y posiblemente pongan en riesgo incluso su situación de servicios médicos
cuando estén viejos”.
Para él, se debió haber subsidiado el empleo formal, el Gobierno hubiera
pagado las contribuciones del trabajador y del empresario hasta cinco salarios
mínimos, y también ayudado a la gente que está acudiendo a sus afores,
dándole lo que está retirando, o al menos cambiando la ley para que no se
necesiten tener 1,250 semanas para poder tener servicios médicos cuando
esté en su vejez.
En cuanto a la decisión de no endeudarse, lo atribuye al estilo personal de
gobernar del presidente: “es muy autoritario y él, en particular, creo que tiene
menos interés en escuchar a economistas que el que mostraban muchos
presidentes anteriormente”.
Recuerda la época de Luis Echeverría, cuando llegó un momento en que la
presidencia decidía en materia económica. “Algo así está sucediendo ahora.
Creo que es un poco por ignorancia, con todo respeto para el presidente,
él no tiene por qué saber mucho de economía, la verdad”. 
Pero también cree que porque fue una de sus banderas: no alzar impuestos y
porque: “’No se apuren, todos estos déficits y deuda que hemos tenido es sim
plemente porque hay una corrupción dentro del Gobierno federal, porque se
dan unos lujos que nosotros no vamos a tener’. Entonces, es susceptible a
creer en estas ideas que no tienen mucho fundamento”.
Comenta que López Obrador está confundido con respecto al Fobaproa al no
distinguir entre banqueros y “casa bolseros” y que en la actual crisis no
entendió realmente la petición de las empresas. “Una cosa es que venga a
pedirte el sector financiero que lo rescate y otra cosa es que venga el sector
real a decirte: ‘¿Sabes qué? Ayúdame a que no tenga que despedir a tanta
gente. Ayúdame con costos de seguridad social, costos laborales’”. 
Sobre el enfrentamiento con el sector privado, expresa que sería casi la puntilla
para la economía si se entra en el camino de no retorno. Comenta que la baja
de la inversión privada es el signo más desalentador y más peligroso, aparte
del asunto humano, el desempleo y la pobreza. 
“Es una cifra dramática porque eso explica la falta de confianza por parte del
sector privado. Yo tenía una gran esperanza en que pudiera ser un buen
Gobierno y por eso acepté integrarme de nuevo a su equipo”. 
Cree que el momento en que todo cambió fue en la decisión que tomó AMLO
de detener el aeropuerto de Texcoco. “Creo que esa fue una idea errónea
. Nosotros se lo decíamos dentro del Gabinete”.
“Es algo que yo creo que nunca se debió haber hecho. ¿Por qué lo hizo? La
verdad, no sé, pero fue una muy mala decisión. Creo que fue la peor decisión
de todas, junto con su discurso, que la verdad también…
Él ya había ganado y ya era presidente. No entiendo todavía este discurso
diario que es tan polarizante, tan maniqueo, ¿no?, que simplemente no le
ayuda a un presidente en ningún lado, ni siquiera a Trump en Estados Unidos”.
Sobre el tema del desprecio por la energía limpia, del que ha escrito, apunta
que  cuando el presidente y la gente de la Secretaría de Energía hablan de
autosuficiencia energética, hay una ignorancia absoluta. 
Se refiere a Manuel Bartlett. “Creo que él es un político muy astuto”. Señala
que es una persona que tiene un desconocimiento absoluto acerca de la CFE,
pero que es un hombre sumamente astuto, un hombre que, en cierta medida, refleja parte de lo que siempre fue López Obrador. 
“López Obrador fue un priista cuando era joven, pero un priista setentero, que
tenía estas ideas de Echeverría, de López Portillo. Creo que Bartlett ha jugado
muy bien su juego”.
Uno de los mayores desplantes que usa no solo el presidente, sino buena
parte de su gabinete o afines, es acusar de neoliberal, de conservador, a todo
el que discrepa, pero, ¿acaso la economía mexicana no es neoliberal también?”, le hacen la última pregunta.
Claro. Yo diría que él usa la palabra ‘neoliberal’ como un insulto. Es decir, en
lugar de decir ‘pendejo’ o ‘chinga tu madre’, dice ‘neoliberal’ porque él general
mente no dice malas palabras. Creo que es absurda la manera en cómo él y
cómo Morena, en general, emplean el término. La economía mexicana es muy
neoliberal… es totalmente neoliberal”. 

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