LA TRISTE HISTORIA DE CINCO BOLILLOS QUE PARECÍAN PEPINOS
Por Nina Salguero
Por un buen tiempo, fue mi panadería preferida, pero un buen día para ser exactos ayer 30 de enero de 2020,acudí con un familiar a comprar bolillos, les juro que se me hacía agüita la boca, para degustar los bolillos crujientes, ricos, hasta me compré mis latitas de frijoles bayos enteros, la panadería está en una esquina cerca del Hotel Sara, les juro que caminaba de más, para comprar ese delicioso pan de sal, pero resulta que al abrir la bolsa, porque además nos los despacharon detrás de una vitrina por lo que, no pudimos ver los bolillos, nos aseguraron que eran del día pero no fue así, y si así hubiera sido, pues estaban fatales.
Ya por la madrugada, que me empieza a dar hambre,¡ Oh Dios mío! cuando fui abriendo la bolsa, los bolillos parecían pepinos, flaquitos, esbeltos, mini baguettes, no sé, algo así... era tanta mi hambre que no me importó probar uno...¡ Ay madre mía! no tenían nada de sal, no puede ser, no puede ser, tan excelente producto y tan bien que iban, pero no solo eso, sino que al comprar pan de dulce, lo entremezclan con pan duro,de acuerdo a unas clientas.
Esta es la triste historia de cinco bolillos flaquitos y sin sal, esperamos que el dueño, del cual nos consta ha instruido a sus empleadas, que den el pan calientito y del día, pues no le han hecho caso.
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