LA FE Y EL DIABLO

LA FE Y EL DIABLO Por Nina Salguero Copyright Primera Parte Todos los días me encuentro con el diablo, cuando no, con mis demonios interiores, reconozco que me molestan, me incitan, tenemos disensos y consensos, me han tratado de comprar mi alma, pero el diablo lo sabe, no se puede comprar lo que se pagó con sangre¡ Y que sangre! por lo que sus pactos con sangre ya sea de animal o de los seres humanos, es pura fantasía, digamos que tiene su matrix, nada es real y menos con la teoría de Schumann donde los días pasan tan rápido que como dice el tango, 20 años no es nada, años, en los que dura un pacto con el Señor de las Tinieblas; nombre impuesto malamente en estos días pues se ha acostumbrado a ver en la más absoluta claridad. El diablo vive en las iglesias, a veces se la pasa sentado en una banca, otras tantas en los antros o en cualquier café de moda, el diablo no es feo, pues sigue siendo un ángel caído, sigue siendo de belleza luciferina, no puedo negar que siempre me cuida Dios, pero a veces el diablo también lo hace a su modo. Después de todo mientras esté en éste mundo, la lucha entre el bien y el mal, será un combate espiritual. ¿ Y cómo me cuida el diablo? parece absurdo pero me muestra lo peor de mi entorno, reconozco que me ha tentado con una buena entrada de dinero, algunos lujos, pero su táctica es la siguiente: Veo en mi entorno personas religiosas con un carácter " del demonio" y veo personas que no van a los templos e iglesias y sin embargo su encuentro con Dios, es real, es personal,tanto Dios como el diablo, hacen detonar en mi un mecanismo que detecta, quien es quien vive en Dios y quien está en las manos de Luzbel, que trata de ganar adeptos, pues dice que en las legiones demoníacas Asmodeo, le lleva la delantera...pobre Luzbel,pobre diablo, hasta inspira canciones. Son muy pocas las mujeres dedicadas a la vida religiosa, cuya vocación es real, el hecho de ir contra natura y su mismo paso por la menopausia ya sea precoz o no, las envuelve en tormentas hormonales y entonces se vuelven soberbias, conozco a muchas aquí mismo en mi ciudad. sE sienten ungidas por el Creador, son groseras, prepotentes y le hacen daño a la iglesia católica, aunque no todas, pues un dedo no hace la mano, ni una golondrina verano. ¿Tiene Luzbel, fe?

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