FIESTAS DEL PITIC… EL ÉXTASIS DE LOS ESCLAVOS

FIESTAS DEL PITIC… EL ÉXTASIS DE LOS ESCLAVOS Por Víctor M. Estupiñán Munguía “Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre.” Aldous Huxley “Un mundo feliz” El manejo de las emociones por medio de las drogas es muy antiguo. Pero no del alcohol y, menos por medio de la cerveza. Cuando desembarcaron los invasores trasatlánticos, no sólo desembarcaron mosquetes, arcabuz, pólvora, caballos, espadas, cruz, ballestas, picas largas, cuchillos, entre más; sino que también traían cerveza y alcohol. Los españoles rápidamente alcoholizaron a los indígenas como estrategia de dominación “paternal”. Una esclavitud etílica, una dominación pero “feliz”. Como señala Pablo Neruda: “Contra los indios todas las armas se usaron con generosidad: el disparo de carabina, el incendio de sus chozas, y luego, en forma más paternal, se empleó la ley y el alcohol.” Desgraciadamente en la actualidad, se sigue realizando con fines hegemónicos. Ahora bien, es bueno dejar pasar un poco de tiempo, tomando la distancia pertinente antes de realizar un análisis sobre todo a un acto cultural. Cultural con todos sus sentidos y contradicciones. No precipitarse, dejar que la conciencia y el conocimiento hagan su trabajo lo mejor posible. Con la Fiesta del Pitic, se le abonó a las estructuras añeja de la dictadura perfecta y, la manifestación lógica del éxtasis de los esclavos. Parafraseando a Aldous Huxley; con dichas fiestas se le abonó a la construcción de “un Sonora feliz”. Me tocó leer algunos halagos de supuestos críticos de la cultura y del arte. Abordajes de lo más funcionalistas y, de política fenomenológica aplicada a las fiestas del Pitic. Justificando el éxito de acuerdo a la gran asistencia ya que “lucieron muy bonitas” y “concurridas”. Sin embargo, dejando de lado metafóricamente “la zanahoria”, que se le coloca al caballo para que siga jalando la carreta, podemos obtener otro ángulo muy distinto. Es decir, dejar el análisis parcelario que empobrece la posible comprensión de un acto que bien aprovechado pudiera convertirse en una verdadera Pedagogía Artística y Cultural. En otras palabras, en un verdadero mecanismo y fórmula política para empezar verdaderamente a revolucionar las conciencias. En lugar de hacerlas adictas a espectáculos; jirones volátiles y fugaces que se atrapan y se atragantan con mucha cerveza en un jubileo dionisiaco. Por otra parte, como se dice en Sonora, “a golpes y sombrerazos”, se está tratando de organizar y programar su funcionamiento el Instituto de Formación Política de Morena (IFPM), el cual magníficamente contempla cursos, talleres, análisis, propagación de información valiosa, círculos de estudio (CE), entre más. Es decir, aprovechar cualquier espacio posible para generar conocimiento y conciencia política comprometida con la sociedad y, de tipo humanista. Esto, con la finalidad de ir avanzando en la conformación social y forjamiento de nuevas mentalidades que contemplen el saber, la comprensión y, explicación de las causas de los problemas sociales. Al mismo tiempo, que se va generando convivencia, solidaridad, respeto, comunicación, cultura de equipo, hacer sociedad, tolerancia, lazos comunitarios, valores, entre más. Es decir, humanidad, humanismo en sí. En cambio, cuando hablamos de la Fiesta del Pitic y, su naturaleza ya descrita; se contradice por la perturbación tan exagerada de la presencia del alcohol. Debemos ir contrarrestando a un vicio tan empedernido y perjudicial como lo es. Debemos recordar que Sonora se encuentra en los primeros lugares en consumo de cerveza a nivel nacional. También que muchas de las drogadicciones consideradas como “duras”, empezaron con la ingesta de cerveza. En Sonora se consume mucho más cerveza que leche. Y, existen más expendios que escuelas. “Al simpático no le podemos hacer cosquillas”. Sabemos que el alcohol se ha utilizado sobre todo, en la vida moderna de manera muy efectiva con el afán de manejar y tener sometidos a las masas. Programándoles su sistema de producción endorfínico y, así, inducidamente hacerlas sentir un estado de felicidad etílica. Al tiempo que se recauda intensamente; esto, ante la incapacidad política de autoridades y funcionarios para proporcionarles bienestar social; tanto en lo económico, político y cultural, como sistema de vida digna. Este esquema no es nuevo, los gobiernos y autoridades lo han venido utilizando desde que los españoles pusieron el primer pie, como lo comenté anteriormente. Es decir, durante la invasión de los españoles a tierras mexicas. Después de 500 años de sometimiento, se sigue aplicando para “amasar” políticamente a las sociedades, al mismo tiempo que se recauda enormemente. El “negocio” resulta sumamente redituable. Tanto en lo político como en lo económico. Cada vez el modelo se sigue utilizando más. Se notó el gran esfuerzo de la organización del evento, desgraciadamente también el estímulo institucional a la intensidad del consumo de la cerveza principalmente. Según, tanto las fotos, como testimonios y presencia a los principales eventos como la de “Los Ángeles Azules” y, los que se celebraron en “La Ruina”; seguramente sin temor a equivocarme se rompió récord en el gran consumo ámbar. Al paso que vamos, posiblemente ya se le gane o, se empate con la Expogan. La cual como sabemos ya es reconocida como “la cantina más grande de Sonora”. Las fiestas del Pitic, con dichos tratamientos puede que ya sea “la segunda cantina más grande de Sonora”. Se tiene que empezar a deconstruir el motivo masificador del “éxtasis de los esclavos” y, no reforzarla como se hizo con la Fiesta del Pitic, 2019. Se pudo haber empezado a recortar el horario de la venta de la cerveza (quizá unas 2 o 3 horas menos), en lugar de sostenerla varias horas después de la media noche y, dejar que se desborde con las parrandas masivas. Con estos eventos se contribuye a encadenar más al alcoholismo a los hermosillenses y sonorenses y, asistentes en general. Al alcohol se le debe de dar un tratamiento con mucha moderación, la cerveza también. El alcoholismo no debe de ser estimulador bajo pretextos “culturales”, como se hizo. Sabemos que los adolescentes y niños cada vez inician su consumo a más temprana edad y, más, con estos reforzadores tan intensos y placenteros. Por otra parte, la “visión gerencial” en la cultura no es buena como fondo. Sólo como herramienta operativa. Buena para que funcione; pero sólo después de haber escogido y diseñado una estrategia que contenga el compromiso de una filosofía cultural de lo que queremos lograr con ella. Tenemos que reconocer que el principal producto no fue el material cultural, sino el alcohol. Como sostuvo el clásico: “El medio es el mensaje”. En la Fiesta del Pitic pasada, pudimos constatar que no existió una filosofía comprometida con una cultura humanista, liberadora, de identidad, pertenencia y reconocimiento con las raíces mexicanas y latinoamericanas. Tampoco de crear conciencia humanista. El alcohol lo invadió todo. Todo lo emborrachó a más no poder. Lo indígena, una vez más fue utilizado como una variedad más de folclore, de relleno, para legitimar una presencia más. El espectáculo consumista debutó rotundamente una vez más. El fondo tomó el poder sobre la forma. Consumimos un espectáculo altamente dinamizado por el alcohol. La principal actividad y masivamente fue de con-vivencia; sin embargo, desgraciadamente se logró por medio del alcohol, el consumismo, las borracheras extensas e, intensas. Sabemos que los sonorenses consumimos grandes cantidades de ella y, de alcohol en general. Nos tienen esclavizados a dichas adicciones. Por ello, la Fiesta del Pitic, vino a contribuir al éxtasis de los esclavos. Creo, a reserva de mejor opinión, de que es preferible la asistencia de muchos menos, pero con convicción de que se asistirá a un evento planificado bajo otras premisas. Sin reforzadores y directrices alcohólicas. Bajo un Plan preconcebido no consumista. Aunque después se opine que “estuvo triste” “con muy poca asistencia”; eso tiene que suceder ante el enfrentamiento de una realidad objetiva. Pero a partir de allí, empezar a formar nuevos públicos; realistas, auténticos, familiares, de oficio, con pasión y no, “de relleno” y de disimulo fiestero. Estos, sólo ven la oportunidad de tomar, de emborracharse, de enfiestarse en eventos efímeros, “muy bonitos”, muy “a la moda”, consumistas, y, buscando el calificativo de que estuvo “muy asistido”. Desgraciadamente así se califica el éxito superfluo. El vino, el alcohol es parte de la civilización, eso me queda claro; el problema es la cantidad, el uso perverso de la producción y administración de las endorfinas mediante el mismo. Y, que las autoridades y gobierno lo estimulan con fines recaudatorios y, para manipular a las masas. Los esclavos al alcohol se divierten principalmente por él, no por los actos y actividades culturales. Es tan fácil de comprobarlo, que si no se vende alcohol, la asistencia decae enormemente. Sin embargo, ante un proyecto genuino y, el impulso creador de una verdadera “Pedagogía Cultural Transformadora”, resulta preferible que eso suceda en lugar del disimulo exitoso. Es preferible la poca asistencia, preferible “el fracaso”, si se quiere; ante la visión fenomenológica y comprometida con la filosofía consumista; pero que sea de gente que realmente busca y necesita el arte y la cultura para crecer, para decodificar su esencia, comprender el pasado y el presente, llegar a comprender e indagar sobre sus raíces y del Universo; transitar a la cultura holística de la humanización. Es tiempo de plantearnos si los recursos de la sociedad deben de servir para seguir avivando el vicio o, para plantear nuevas posibilidades realmente formativas. Si queremos seguir con una Pedagogía del Alcohol o, cambiarla por una auténtica Pedagogía Cultural. Las fiestas del Pitic, se convierten en eficaces reforzadores psicológicos para la socializar el alcohol. Recordemos que el alcohol es el precursor de la violencia familiar, accidentes de tránsito, golpes y pleitos, asaltos, asesinatos e, infinidad de problemas de todo tipo. Pero lo poco que se presentó a manera de “representación democrática”, de “raíces nuestras”, se transforma en folclor fiestero. Para señalar que se incluyó todos los gustos. Sin embargo, ante una ausencia de un Plan Cultural apegado a una Filosofía Pedagógica Cultural, todo se volatiza, se consume y, el claroscuro es la fórmula vencedora del alcohol. Lo que importa es la visión de la muchedumbre, de la masa, de hacer bulto, de reír, de no dejar de reír al consumir para recaudar. La formación a través del arte y la cultura pasa a ser comparsa de último grado. Es triste que esta sea la lógica que siga subyaciendo en dichos festejos. El modelo alcoholizador ya se encuentra normalizado, por ello, muchos no lo detectan. Es decir, se ha reconvertido en invisible. No se vale seguir echándole gasolina al fuego. No se vale promover supuestamente la cultura como un bien social, promoviéndolo sobre todo bajo el arropaje del alcoholismo. Puesto que con dicha lógica, “sale peor la medicina que la enfermedad”. Recordemos que la fórmula operativa en Roma era “pan y circo”, “coliseo y gladiadores”, “leones y cristianos”; lo importante era “entretener” a las masas, hacerlas felices para que no se revelaran; en cambio hoy, el asistente, el sustentador es cultura del alcohol. Morena debe de iniciar la transformación a fondo, de verdad; no importa que sea poco a poco y, no continuar con el modelo doblemente consumista que los partidos anteriores habían estado impulsando. Por un lado el alcohol y, por otro, el espectáculo fugas. No debemos de olvidar que el arte y la cultura bien dirigida a un modelo liberador, democrático y, de identidad, se reconvierte en una herramienta muy eficaz para revolucionar las conciencias que tanto nos hace falta. Sin lugar a dudas, si somos honestos, desgraciadamente “el éxtasis de los esclavos”, se llevó las palmas en las Fiestas del Pitic… *Víctor M. Estupiñán Munguía: Artesano de la palabra, escultor de ideas, danzante de emociones, arquitecto de sentimientos, pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, chingólogo y sonorólogo, amigo del “Río Sonora”, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora “Por la paz del mundo” victor-79@live.com.mx

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