BANANEROS PERO FELICES

BANANEROS PERO FELICES Uriel Flores Aguayo El que ignora no sabe de riesgos y consecuencias, simplemente disfruta o padece los efectos de sus actos o los de otros. Hay mucho de aventura con dosis de locura en esas rutas de las inercias. Hacer o ser porque si, válido para todo pero muy visible y drástico en la vida política. Así vemos que se declara y actúa en los márgenes de los proyectos o creyendo que se está en lo correcto como parte de una línea o inspiración. Ahora hablo de la coyuntura política de cambios en nuestro país y en Veracruz, con acento en mi entidad en tanto ámbito cotidiano de vida y motivo de mis mayores preocupaciones cruzadas con compromiso y aspiraciones. Los neo actores políticos afirman su identidad o la buscan, en mucho con inventos y simulación. Se muestran con voz débil, con poca trayectoria de valor, y hacen lo mismo que hacían otros en el pasado. En bastantes casos fantasean con una trayectoria que resulta falsa. Es suficiente oírlos para saber que no están a la altura de un proyecto de regeneración. Son toscos y de bajo nivel cultural. Sus discursos son pobres y muy limitados. Sus prácticas recuerdan la vieja política, la tradicional. Abusan de sus cargos en forma de nepotismo y persecución, son corruptos. Sin ser conscientes del todo, aunque varios si lo saben por su pragmatismo, van degradando el servicio público y deterioran las áreas que les asignaron por cuota o por cuates. Hay una grave consecuencia práctica en todo esto, en los servicios que prestan o deben prestar, de baja calidad, y una falla ética. Cunde el mal ejemplo, crece la impunidad y el oportunismo. Tarde o temprano tendrán que pagar las consecuencias de su falta de visión y compromiso democráticos. Así vemos a un titular de Educación en papel de Fiscal, creyendo que esas son sus banderas para un proyecto político mayor. Sus temas son casi exclusivamente denuncias de supuesta o real corrupción. Es extraño escucharle algo de la educación, del estudiantado, de las Escuelas, del magisterio, de la pedagogía, de los retos para VERACRUZ. Si su imagen tuviera que inspirar a la niñez y la juventud, el resultado sería decepcionante. Así vemos al titular de Seguridad priorizar su imagen sobre resultados, siendo parte del debate político incorrectamente. Al ser ajeno a nuestro Estado es posible que sus intereses estén en otros lados; simplemente si las cosas salen mal se despide y se va. Así vemos al secretario de Salud, prácticamente de adorno ante una grave realidad de epidemias y estrechez de todo en el sistema de salud; es ilustrativa su vestimenta de los criterios que utiliza en su labor. Algo similar pasa con el secretario de Gobierno, poco respetuoso de la legalidad y el pluralismo, proclive a un discurso pendenciero. Hasta ahí se puede decir algo, el resto del Gabinete local brilla por su ausencia. Es delicada la situación que se crea con esos perfiles, tanto de errores graves como en la gobernabilidad de VERACRUZ. No dan para más y pueden empeorar sin control y colocados en sus propias aspiraciones. De la incompetencia surge la corrupción. La sensación general de nuestra vida política es de una condición bananera. Así se decía de los países centroamericanos en su relación con los Estados Unidos, que los trataba como patio trasero y con desprecio. Algo de eso se observa en el ambiente local. Al bajo nivel, de perfiles menores, se une la soberbia, la actitud sin democracia y altura. Cada ocasión que declaran algo es para empobrecer el debate. Son funcionarios que se creen eso de ser intérpretes del pueblo y excluyen a quienes para ellos resultan poco menos que enemigos. En esa ruta, sin cambios drásticos, van al fracaso y nos llevan a la ruina política, social, económica y ética. Nos queda como ciudadanos ser participativos, exigir resultados, criticar las fallas, alentar el debate, defender la pluralidad y hacer que nuestros derechos sean eso, derechos ejercidos en libertad. Son tiempos de dignidad y orgullo. Luchar por una forma de pensar, resistir a ser absorbido por la masa. Hay mucho que hacer. No nos debemos permitir bajar las banderas que siempre hemos defendido. Con estos u otros, del color que sean, siempre la cara limpia y de frente. A cada uno de ellos les tocara el momento de cubrir las cuentas de sus abusos y torpezas. Recadito: a qué sabrá la lucha desde la izquierda con o contra de un gobierno de supuesto cambio. Es pregunta. ufa.1959@gmail.com

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