EL JURAMENTO ...CON EL CORAZÓN EN LA MANO

El juramento… con el corazón en la mano Por Víctor M. Estupiñán Munguía* Se habían conocido en un restaurante en sus años de estudiantes de secundaria y, desde que se trataron supieron que sus vidas estarían unidas en el futuro. Ambos se habían casado muy enamorados y habían sido muy felices en sus 23 años de casados, pese a que se había jurado amor estando aún jóvenes. Puesto que habían contraído matrimonio cuando tenían ambos 26 años. Todos esos años habían marchado muy bien con sus altas y bajas normales, salvo que desde hacía algunos meses, ella, Soledad Ballesteros había estado encontrado ciertas manchas rojas en las camisas de su esposo. Así como otros indicios que le alertaban que muy probablemente su esposa le era infiel. Se había aguantado porque no le parecía lógico que su esposo Roberto Cortés le pudiera ser infiel, ya que su conducta le parecía la más normal. Un día en que era una calurosa tarde, fue cuando encontró la camisa nueva que recientemente le había regalado a su esposo en su cumpleaños, debajo de la cama y, también cuando comprobó que unos calcetines tenían ciertas manchas que al tentarlas se sentían grasosas como si fueran hechas por lápiz labial. Pareciera que con ellos se había intentado limpiar aquella camisa azul celeste, que presentaba una mancha entre rosa y amarillenta. Además, olía a perfume de mujer que no era ninguna de las que ella utilizaba. De repente no pudo más, su coraje le nublaba la vista, sus sentidos ya agudizados por tanta adrenalina y cortisol en su sangre, decidió a hablarle a su esposo. No pudo esperar a que él llegara a su casa y, así poderlo enfrentar directamente. Decidida tomó el teléfono y le marcó a su trabajo. La espera para que le contestara le pareció una eternidad, misma que aprovechó para agarrar aire para poderle hablar de manera firme. Era la primera vez que se presentaba un problema de esa naturaleza y por ello, no sabía cómo abordarlo. Por fin, al otro lado del teléfono se escuchó una voz de hombre maduro que contestó con tono seguro el famoso “bueno…bueno…” Como si fuera un trueno chasqueando en voz, llegó el látigo del tono sin más ni más: _¡Qué bueno ni que la chingada!-…_¡ aquí estoy con la camisa nueva que te regalé manchada de mierda labial y polvo de ojeras!_ _ ¡Ahora mismo me vas a decir quién es la vieja prostituta con quien te acuestas!_ Desde hacía tiempo que su esposa Soledad Ballesteros le había estado recriminando veladamente sobre sospechas de infidelidad. Sin embargo, nunca le había gritado en ese tono como lo estaba haciendo en ese momento. Su esposo, Roberto Cortés le dijo de inmediato a su esposa que lo que sospechaba era algo totalmente infundado: _ ¿Qué dices...? ¡no sé de qué hablas...¡tranquilízate mujer!_ _ ¡Sí sabes cabrón!- _Mira…no seas tontita…si tuviera alguna mujer ya te lo hubiera dicho desde hace mucho tiempo… me acosas tanto que ya no puedo más…no sé qué hacer para queme creas. Me siento cansado con todo este desgaste constante en que me tienes desde hace tiempo_ _Mira Soledad…recuerdas el día en que nos casamos…ese día yo te juré ante el altar mi amor por ti…tú bien sabes que lo hice con el corazón en la mano..._ Ella rápidamente lo interrumpe y le dice: _¡sí, entonces júrame otra vez que mis sospechas son infundadas!_ _Bueno…esa es la única vez que lo he hecho…pero si quieres te lo vuelvo a jurar por segunda vez…aunque no acostumbro hacerlo, pero por tal de que me creas estaría dispuesto a volverlo a hacer una vez más- Soledad al oír a su esposo con voz segura y recordarle aquellos momentos en que se habían casado; al tiempo que sus imágenes se presentaron envolviéndola, perfumando el presente tan amargo en que se desenvolvía con aquella acusación y, que sólo tenía como pruebas las manchas de la camisa y de los calcetines, sintió que sus sospechas estaban a punto de deshacerse ante la fuerza de un posible juramento. Sin embargo, rápidamente se repuso a la flaqueza de los recuerdos y, acorralando a su esposo una vez más le dice: _ ¡Ya sé que eres muy creyente y que el juramento lo tienes como algo muy especial… A ver…si es cierto…tú que dices que no jurarías jamás en vano…júrame que mis sospechas están equivocadas y, si me lo juras jamás te volveré a molestar_ _Bueno sólo te pido que nunca lo olvides lo que me acabas de decir y prometer…es más, tú también júrame que no me vas a volver a molestar con tus celos infundados_ A lo que Soledad dijo categóricamente: _ ¡Sí lo juro!_ _ ¿Lo dices con el corazón en tus manos Soledad?..._le replicó su esposo_ _ ¡Sí, con el corazón en las manos! _ Contestó Soledad en un tono ya más tranquilo_ _ ¡Ahora te toca a ti…júrame también con el corazón en la mano!_ _ ¡Claro que sí te lo juro en este momento con el corazón en la mano mi amor!... _ ¡Que si es falso lo que te estoy diciendo, que me explote en mil pedazos el corazón con el que te he hecho el juramento en este momento que lo tengo en la mano!_ Al oír dicho juramento, Soledad se sintió apenada al tiempo que sintió como el metabolismo se normalizaba y el aire pasaba ya sin dificultad a los pulmones. No pudo más que agregar y darle las gracias a su esposo y…decirle que lo esperaría con la cena y un buen vino. _Bueno allá nos vemos entonces y no pienses cosas que no son… le voy a seguir, tengo mucho trabajo…Adiós y cuídate; _ dijo Roberto antes de apretar el botón del teléfono, no sin antes oír el otro adiós de su esposa, antes de hacerlo. En ese momento en que colgaba el teléfono, se abre la puerta y entra su jefe y le dice: _ ¿Qué pasó Roberto? … ¿Cómo vas con esa autopsia…ya casi terminas?_ _Si jefe…de buena suerte me entretuvo este corazón infartado pero ya terminé…le detecté dos infartos graves y así lo voy a reportar…Tiene dos cortes profundos y además tenía crecimiento; pero a mí me ha salvado de otras heridas no menos graves…_ *Víctor M. Estupiñán Munguía: Artesano de la palabra, escultor de ideas, danzante de emociones, arquitecto de sentimientos, pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, chingólogo y sonorólogo, amigo del “Río Sonora”, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora “Por la paz del mundo” victor-79@live.com.mx

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