BOLETIN DE UNIVERSIDAD VERACRUZANA
En el Instituto de Neuroetología,UV evalúa efectos de ansiolíticos y
antidepresivos de origen natural
● Pueden ser altamente peligrosos, más que un medicamento
● Controlan niveles de estrés, depresión y ansiedad ocasionados por
reducción de hormonas ováricas
● Impacta en mujeres durante menstruación, postparto, menopausia y
climaterio
Claudia Peralta Vázquez
Especialistas del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana
(UV) evalúan, de 2007 a la fecha, el efecto benéfico o colateral de
antidepresivos o ansiolíticos de origen natural, con el fin de orientar a la
población acerca de su posible uso, principalmente a las mujeres, quienes
muestran descontrol en su estado emocional durante la menstruación,
postparto, menopausia y climaterio, ocasionado por la reducción de hormonas
ováricas.
La idea de estos experimentos es identificar o refutar su empleo, resaltó
Juan Francisco Rodríguez Landa, integrante de la Línea de Generación y
Aplicación del Conocimiento (LGAC) “Neuroesteroides en la ansiedad y en la
depresión”.
El investigador del Instituto de Neuroetología desde hace 11 años,
comentó que esta LGAC tiene la intención de analizar los estadios fisiológicos
que ocurren en la mujer, como el síndrome premenstrual, postparto, climaterio
y menopausia; sobre todo para entender cómo la reducción de hormonas
ováricas (estradiol y progesterona) impacta de forma negativa en su estado
emocional.
“Siempre podemos identificar que cinco días antes de su menstruación
se ponen irritables, tristes, con cierto grado de ansiedad, y cuando es muy
severo puede presentar cierto grado de depresión.”
Dada la importancia de la investigación, con el apoyo de estudiantes de
la Facultad de Químico Farmacéutica Biológica (QFB), así como de la
Maestría y Doctorado en Neuroetología, actualmente llevan a cabo la
caracterización en ratas de lo que ocurre en la mujer, en una simulación de lo
que podría ser la menopausia.
“Sabemos que esta etapa se presenta entre los 45 y 50 años de edad y
hay una oscilación en la cantidad de hormonas, que disminuye paulatinamente
hasta que ya no hay un número considerable, es entonces cuando se origina
una serie de problemas como la osteoporosis, los típicos bochornos, estados de
irritabilidad, tristeza, ansiedad y depresión.”
Esto también se ha observado en la “menopausia quirúrgica”, que es
cuando por alguna patología clínica les extirpan los ovarios aún en edad
reproductiva. A este procedimiento se le conoce como ooforectomía y
ocasiona la caída brusca de los niveles hormonales, principalmente de
estradiol y progesterona; de igual forma, se le asocia con mayor grado de
irritabilidad, ansiedad y depresión.
Por ello, a las ratas se les practica la ooforectomía y se les evalúa a lo
largo de 15 semanas. Se ha observado que poco a poco aumentan los
indicadores de ansiedad y depresión, asociados a la caída de los niveles de
hormonas.
En un primer plano, esto sirve para caracterizar el papel de las
hormonas, también para evaluar algunas sustancias que pudieran tener una
actividad ansiolítica o antidepresiva.
El especialista indicó que aunque una de las LGAC se enfoca a estudiar
el efecto de fármacos que ya están en el mercado, como ansiolíticos
(benzodiazepinas o diazepam) o antidepresivos (prozac y fluoxetina), éstos se
utilizan como controles farmacológicos de otras sustancias que pudieran tener
efecto ansiolítico o antidepresivo.
Rodríguez Landa precisó que son derivados o extractos de plantas que a
nivel de la población se recomiendan con los fines antes citados. Sin embargo,
no se ha evaluado si las consecuencias son benéficas o dañinas.
Una de esas sustancias es la genisteína, que es un fitoestrógeno (similar
a los estrógenos humanos) derivado de la soya. Sus efectos son muy parecidos
al estradiol u hormona que produce el ovario; no obstante, la consecuencia
negativa es que hay varios tipos de cáncer dependientes de estrógenos, como
el de mama o útero.
“Si una mujer consume la genisteína asociado a su nivel hormonal,
podría estar en riesgo de desarrollar esta patología.”
Ahí se nota cómo una sustancia aparentemente natural y que todo
mundo pensaría que no tiene un efecto negativo, puede ocasionar un daño
antidepresivos de origen natural
● Pueden ser altamente peligrosos, más que un medicamento
● Controlan niveles de estrés, depresión y ansiedad ocasionados por
reducción de hormonas ováricas
● Impacta en mujeres durante menstruación, postparto, menopausia y
climaterio
Claudia Peralta Vázquez
Especialistas del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana
(UV) evalúan, de 2007 a la fecha, el efecto benéfico o colateral de
antidepresivos o ansiolíticos de origen natural, con el fin de orientar a la
población acerca de su posible uso, principalmente a las mujeres, quienes
muestran descontrol en su estado emocional durante la menstruación,
postparto, menopausia y climaterio, ocasionado por la reducción de hormonas
ováricas.
La idea de estos experimentos es identificar o refutar su empleo, resaltó
Juan Francisco Rodríguez Landa, integrante de la Línea de Generación y
Aplicación del Conocimiento (LGAC) “Neuroesteroides en la ansiedad y en la
depresión”.
El investigador del Instituto de Neuroetología desde hace 11 años,
comentó que esta LGAC tiene la intención de analizar los estadios fisiológicos
que ocurren en la mujer, como el síndrome premenstrual, postparto, climaterio
y menopausia; sobre todo para entender cómo la reducción de hormonas
ováricas (estradiol y progesterona) impacta de forma negativa en su estado
emocional.
“Siempre podemos identificar que cinco días antes de su menstruación
se ponen irritables, tristes, con cierto grado de ansiedad, y cuando es muy
severo puede presentar cierto grado de depresión.”
Dada la importancia de la investigación, con el apoyo de estudiantes de
la Facultad de Químico Farmacéutica Biológica (QFB), así como de la
Maestría y Doctorado en Neuroetología, actualmente llevan a cabo la
caracterización en ratas de lo que ocurre en la mujer, en una simulación de lo
que podría ser la menopausia.
“Sabemos que esta etapa se presenta entre los 45 y 50 años de edad y
hay una oscilación en la cantidad de hormonas, que disminuye paulatinamente
hasta que ya no hay un número considerable, es entonces cuando se origina
una serie de problemas como la osteoporosis, los típicos bochornos, estados de
irritabilidad, tristeza, ansiedad y depresión.”
Esto también se ha observado en la “menopausia quirúrgica”, que es
cuando por alguna patología clínica les extirpan los ovarios aún en edad
reproductiva. A este procedimiento se le conoce como ooforectomía y
ocasiona la caída brusca de los niveles hormonales, principalmente de
estradiol y progesterona; de igual forma, se le asocia con mayor grado de
irritabilidad, ansiedad y depresión.
Por ello, a las ratas se les practica la ooforectomía y se les evalúa a lo
largo de 15 semanas. Se ha observado que poco a poco aumentan los
indicadores de ansiedad y depresión, asociados a la caída de los niveles de
hormonas.
En un primer plano, esto sirve para caracterizar el papel de las
hormonas, también para evaluar algunas sustancias que pudieran tener una
actividad ansiolítica o antidepresiva.
El especialista indicó que aunque una de las LGAC se enfoca a estudiar
el efecto de fármacos que ya están en el mercado, como ansiolíticos
(benzodiazepinas o diazepam) o antidepresivos (prozac y fluoxetina), éstos se
utilizan como controles farmacológicos de otras sustancias que pudieran tener
efecto ansiolítico o antidepresivo.
Rodríguez Landa precisó que son derivados o extractos de plantas que a
nivel de la población se recomiendan con los fines antes citados. Sin embargo,
no se ha evaluado si las consecuencias son benéficas o dañinas.
Una de esas sustancias es la genisteína, que es un fitoestrógeno (similar
a los estrógenos humanos) derivado de la soya. Sus efectos son muy parecidos
al estradiol u hormona que produce el ovario; no obstante, la consecuencia
negativa es que hay varios tipos de cáncer dependientes de estrógenos, como
el de mama o útero.
“Si una mujer consume la genisteína asociado a su nivel hormonal,
podría estar en riesgo de desarrollar esta patología.”
Ahí se nota cómo una sustancia aparentemente natural y que todo
mundo pensaría que no tiene un efecto negativo, puede ocasionar un daño
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