IRREVERENTE PERO FELIZ ESCUCHANDO A JOHNNY MATHIS

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Por Nina Núñez Salguero
Todos los días religiosamente me levanto al despuntar el alba, voy directo a la computadora para buscar las noticias del día, pero no me confío mucho en ella porque de repente se apaga y la práctica hace que ante tal circunstancia, cuando me toca emitir mi comentario en la radio lo que quedó grabado en mi memoria, lo expreso ante un buen público de la región y más allá.
No me sabe el día si al despertar no escucho a Johnny Mathis, las horas se tornan insípidas , así que vía computadora elevo mis oraciones con el fondo musical de su voz, pero he llegado más lejos aún, grabé sus melodía y las llevé hasta donde la Virgen de Fátima se encuentra; si ese talento viene de Dios, es justo que la Madre de Cristo, disfrute como un homenaje a su condición de Madre de la humanidad.
Las melodías las escuchamos con un volumen bajo, y digo las escuchamos porque se acercó una señora y me preguntó que quien cantaba, le dije que Johnny Mathis; no quedamos mucho tiempo  escuchando a Johnny Mathis, y entre melodía y melodía, un rezo.
¿Que no tengo nada que hacer?  ¡¡Claro que tengo muchas cosas que hacer, por eso mi tiempo lo escojo y lo dedico para hacerme feliz!!  me hace sumamente dichosa   escuchar al mejor cantante de los tiempos!!… después, puede ser la entrevista al funcionario o la queja ciudadana y el ejercicio de ponerme a pensar que plasmar en mi próxima Columna para el Diario de Tuxpan, durante el tiempo que viví en unión libre no se me permitía comulgar, lo primero que hice cuando quedé sola fue el acercamiento con Dios, no soy ninguna beata,  soy una irrespetuosa e irredenta ;cuando visito el altar no tengo más que ofrecer que mis faltas, mi naturaleza imperfecta no puede ofrecer más de mi…
Después de la Serenata diurna en la Iglesia, me voy pero pongo la última melodía y a trabajar, me pregunto…¿ Cómo puede una voz ser el combustible de tu vida?  Mis papás que están en el cielo saben perfectamente que la melodía que marcó mi vida fue  “Extraños en el Paraíso” la cual desde niña fue la primera preferida… –Papá, cuando cumpla mis quince puedo bailar el Concierto No. 1 de Tchaikovski y después Extraños en el Paraíso?  ¡  Ah, si ¡   parece que fue ayer cuando navegué en la ternura de mis papás, por esos arroyos que más tarde convertidos en ríos inevitablemente van a la mar.

Y a quien tenga la posibilidad de escuchar a J.Mathis, acudan a escucharle que eso es un privilegio.



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