LA VERDAD AL CHILE -LA HISTORIA DE UN CARRO MIADO-

 

niño orinando auto

 

 

Por Nina Núñez Salguero

Para  el señor del carro miado

12 de marzo de 2014

Decidí escribir y publicar lo que vivo diariamente, quizá no sean ya las entrevistas a los políticos, no las charlas de café, me endilgaron a mi nieto y una cosa es “Juan Domínguez” y otra  “No la Chingues”, disfruto mucho sus ocurrencias pero la responsabilidad total es de los padres o compartida con la otra abuela.

Antes amanecía con un libro, pues me dormía leyendo y lo primero que hacía al despertar  era tomar el mismo libro y continuar , excuso decirles que este ritual  era de madrugada pues tenía que ir a trabajar, hoy, amanezco con un muñeco Barny de peluche o un oso del mismo material, casi no puedo salir sola pues me da temor dejar solo a un niño de cinco años al que se le pueden ocurrir mil cosas con peligro que se accidente o me pase algo a mi y no pueda regresar a tiempo para atenderlo.

Pues bien… les platico lo que me pasó hoy entre 6.30 y 7 p.m., el niño estaba sufriendo por orinar, con la facilidad de ser varón decidí que en un lugar al que consideré discreto, pero cual sería mi sorpresa que el dueño del auto rojo  estaba dentro y si me la mentó ochenta veces fue poco, le toqué el vidrio varias veces para disculparme y pagarle la lavada del carro; ¡ Que pena me dio!  sobre todo porque no estaba dando un buen ejemplo al niño, pero le daña el aguantarse los deseos de orinar por eso fue que rompí los esquemas y otra…que habiendo comprado algunas cosas ya no tenía dinero como para entrar a un restaurante y llevarlo exclusivamente a ello, quise hablar con el señor dueño del carro rojo para ofrecerle mis disculpas y si él así lo consideraba pertinente llevara su auto a un lavadero y le pagaba el servicio, pero su mirada cargada de molestia y la mía de vergüenza, tornó el momento muy difícil.

Al tiempo se saben las cosas, lo que pasó hoy me recuerda una lección, mi papá siempre nos sugería salir de casa con la vejiga y los intestinos vacíos, la urgencia de un niño con un padecimiento me hizo actuar de una manera que yo misma no apruebo, pero fue eso una urgencia.

El señor dueño del auto, quizá era hermano de un influyente; pues su actitud así lo demostró, quizá se le olvidó que fue niño y ojalá tenga empatía cuando en un futuro una mamá con el mismo problema cometa una falta igual, agarró su celular con la intención de tomarme una fotografía y quizá me la tomó pero de espaldas.

Le recuerdo al mismo señor, que quizá algún perro un día alce su pata para orinar su auto  y ni cuenta se dará ; en éste caso era un niño “ EL CULPABLE”  , o quizá algún junior pasado de copas haga lo mismo en su carro…quizá el mismo señor hizo lo mismo de estudiante o recientemente; suele pasar.

El niño se espantó mucho, si se espantó, regresó llorando y  yo, narro lo sucedido no fue lo correcto , el niño solo miccionó, había remedio y reparación del acto; pero…y los políticos que la cagan en público  y la seguirán cagando  ¡¡ Qué !! a ellos quien les dice algo.

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