AL ESTILO MATHEY DIA DE LOS BRUJOS
Al estilo Mathey* Día de los brujos
Gustavo Cadena MatheyBuen día apreciado lector:Este jueves a las 8.40 de la mañana conducía mi coche por 20 de Noviembre, frente a la iglesia de La Piedad, por allí donde don Agustín Acosta sentó las bases de la actual Casa de Gobierno.Tenía que llegar a la Avenida Rafael Murillo Vidal, así que por la gasolinera atravesé Xalapeños Ilustres y enfilé rumbo a la antigua calle de Corregidora, donde vivió el gobernador Rafael Hernández Ochoa.Como es mi costumbre encendí la Radio Capital y me encontré con el programa del Divo de Los Tuxtlas Fito Soler.El sanandrescano recordaba que hoy es el primer viernes de marzo, el día de los brujos, a los que ahora llaman “chamanes”.Me hizo mucho sonreir ese estilo tan especial de Fito para describir a detalle la forma de hacerse una limpia con hojas de albahaca, ruda y “huevos de gallina negra”.“Se siente bonito que te los restrieguen”, presumía Fito Soler.Sin embargo, lo primero que vino a mi mente fue al principio de los años ochenta cuando Tomás Montoya era el presidente municipal de Catemaco y decidió promover un Congreso de Brujos para atraer visitantes a ese paraíso irónicamente tan abandonado del gobierno y tan necesidado de turistas.Quienes tenemos raíces en ese pueblo (saludos donde estén a mis maestras las madres del Colegio Guízar y Valencia) siempre lamentamos que los gobernantes de apellido Alemán con todo y su poderío económico, cual candiles de la calle hubieran preferido promover Acapulco y no Catemaco.Decía mi padre que mi abuelo criticaba el hecho de que la gente de esa región en lugar de unirse para el progreso, como los cangrejos jarochos; “apenas veían que alguien quería sobresalir, lo jalaban y no lo dejaban salir de la olla”.De ahí la aplicación del cantar coincidente de la famosa coplilla española referente a la invasión musulmana, adecuada al pleito eterno entre catemaqueños y sanandrescanos:“Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos, que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos”. Quién sabe qué ha pasado y qué intereses han prevalecido, el caso es que con toda y la majestuosidad de sus montañas, de su vegetación, de su lago y de la costa vecina, Catemaco no ha podido avanzar turísticamente más allá de la fama de sus brujos, como Alvarado y sus palabrotas.Triste caso en serio de un lugar con tanta magia y encantos superiores a los de Acapulco e incluso de Cancún, que no tiene servicios, que no ha podido, que no ha querido ser impulsado por los gobiernos.Todo se nos queda en “brujerías” de quinta engaña bobos que en vez del alma lo único que logran limpiar es el bolsillo de los creyentes.En fin, es hoy el gran día del misticismo, de la magia y de tantas ilusiones y ni siquiera pudimos ver la enorme propaganda nacional que se debiera promover para llenar de turistas nacionales la bella zona de Los Tuxtlas.O, ¿acaso usted escuchó algún promocional en la tele, en la radio o de perdida en los periódicos?, claro que no, porque para que así hubiera sido se requería de gente que ame su patria chica.Quién sabe cuándo suceda; han pasado tantos años sin que se le dé a esa región llamada “la Suiza Veracruzana”, desde 1804 por su admirado visitante el gran naturalista Alejandro Von Humboldt, por la que poco se ha hecho, que me temo que seguirá así por los siglos de los siglos. Qué tristeza, Fito.Que tenga usted un feliz fin de semana. Si puede váyase a los Tuxtlas, a Santiago, a San Andrés y a Catemaco, serán los mejores días de su vida, promete Arturo Bermúdez Zurita.gustavocadenamathey@hotmail.com
Gustavo Cadena MatheyBuen día apreciado lector:Este jueves a las 8.40 de la mañana conducía mi coche por 20 de Noviembre, frente a la iglesia de La Piedad, por allí donde don Agustín Acosta sentó las bases de la actual Casa de Gobierno.Tenía que llegar a la Avenida Rafael Murillo Vidal, así que por la gasolinera atravesé Xalapeños Ilustres y enfilé rumbo a la antigua calle de Corregidora, donde vivió el gobernador Rafael Hernández Ochoa.Como es mi costumbre encendí la Radio Capital y me encontré con el programa del Divo de Los Tuxtlas Fito Soler.El sanandrescano recordaba que hoy es el primer viernes de marzo, el día de los brujos, a los que ahora llaman “chamanes”.Me hizo mucho sonreir ese estilo tan especial de Fito para describir a detalle la forma de hacerse una limpia con hojas de albahaca, ruda y “huevos de gallina negra”.“Se siente bonito que te los restrieguen”, presumía Fito Soler.Sin embargo, lo primero que vino a mi mente fue al principio de los años ochenta cuando Tomás Montoya era el presidente municipal de Catemaco y decidió promover un Congreso de Brujos para atraer visitantes a ese paraíso irónicamente tan abandonado del gobierno y tan necesidado de turistas.Quienes tenemos raíces en ese pueblo (saludos donde estén a mis maestras las madres del Colegio Guízar y Valencia) siempre lamentamos que los gobernantes de apellido Alemán con todo y su poderío económico, cual candiles de la calle hubieran preferido promover Acapulco y no Catemaco.Decía mi padre que mi abuelo criticaba el hecho de que la gente de esa región en lugar de unirse para el progreso, como los cangrejos jarochos; “apenas veían que alguien quería sobresalir, lo jalaban y no lo dejaban salir de la olla”.De ahí la aplicación del cantar coincidente de la famosa coplilla española referente a la invasión musulmana, adecuada al pleito eterno entre catemaqueños y sanandrescanos:“Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos, que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos”. Quién sabe qué ha pasado y qué intereses han prevalecido, el caso es que con toda y la majestuosidad de sus montañas, de su vegetación, de su lago y de la costa vecina, Catemaco no ha podido avanzar turísticamente más allá de la fama de sus brujos, como Alvarado y sus palabrotas.Triste caso en serio de un lugar con tanta magia y encantos superiores a los de Acapulco e incluso de Cancún, que no tiene servicios, que no ha podido, que no ha querido ser impulsado por los gobiernos.Todo se nos queda en “brujerías” de quinta engaña bobos que en vez del alma lo único que logran limpiar es el bolsillo de los creyentes.En fin, es hoy el gran día del misticismo, de la magia y de tantas ilusiones y ni siquiera pudimos ver la enorme propaganda nacional que se debiera promover para llenar de turistas nacionales la bella zona de Los Tuxtlas.O, ¿acaso usted escuchó algún promocional en la tele, en la radio o de perdida en los periódicos?, claro que no, porque para que así hubiera sido se requería de gente que ame su patria chica.Quién sabe cuándo suceda; han pasado tantos años sin que se le dé a esa región llamada “la Suiza Veracruzana”, desde 1804 por su admirado visitante el gran naturalista Alejandro Von Humboldt, por la que poco se ha hecho, que me temo que seguirá así por los siglos de los siglos. Qué tristeza, Fito.Que tenga usted un feliz fin de semana. Si puede váyase a los Tuxtlas, a Santiago, a San Andrés y a Catemaco, serán los mejores días de su vida, promete Arturo Bermúdez Zurita.gustavocadenamathey@hotmail.com
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