EL BULLYING Y LA TEORÍA DE LA IMITACIÓN DE MODELOS

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POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

 

Dra. Zaida Lladó Castillo

Albert Bandura, psicólogo canadiense, que desarrolló sus teorías sobre el aprendizaje social por imitación en las más importantes Universidades de los Estados Unidos, como las de Iowa, Kansas y Stanford, aunque fue en un inicio un Psicólogo conductista estricto, desarrolló sus propias teorías para poder demostrar, que en el moldeamiento de conductas humanas y animales, existían elementos adicionales que son significativos y que se generan a partir de la observación de las conductas de otros y, que al repetir los modelos, si éstos son reforzados o castigados, pueden repetirse o inhibirse en otros escenarios.

Es decir, el añadido de este nuevo conocimiento, permitió a Bandura teorizar más allá del conductismo ortodoxo de Skinner probando que las personas pueden adquirir conductas también por dos elementos adicionales: el aprendizaje por observación (modelos) y la auto-regulación.

Pero antes de adentrarnos a la explicación--muy sencilla--, de estas dos posiciones, es bueno aclarar por qué sale a colación el tema: el aumento significativo en los casos de bullying en los centros escolares que llega ya a proporciones preocupantes, lo que obliga a tomar medidas no sólo desde la escuela sino de las fuentes mismas donde se crean las conductas, en este caso: el hogar y el medio social.

En el hogar, porque está probado que existe una íntima relación entre las conductas agresivas del hogar (pareja, familia)--que han ido también en aumento--, y las conductas violentas de los hijos y que se repiten en la escuela y en la sociedad. Pero hay algo que es peor que la realidad viene demostrando, que las nuevas generaciones de jóvenes--muchos de ellos hoy unidos o casados incluso ya con hijos--, están heredando la agresividad de los padres y abuelos y han trascendido de generación en generación. Lo que es verdaderamente riesgoso y es necesario detener esa inercia.

En el medio social, porque hoy tenemos una sociedad agresiva, bombardeada por los modelos que proporcionan los medios de comunicación, aunado a las situaciones estresantes producto de frustraciones o de situaciones angustiantes en el medio: personalidad disfuncionalidad, problemas laborales, adicción a los videojuegos y películas o imágenes de violencia en TV y cine, masificación de las ciudades, etc., eventos que se asimilan desde edades tempranas; por lo que no nos extrañe entonces el porqué de los comportamientos violentos en las primarias, secundarias y preparatorias, especialmente, donde los niños y jóvenes dan rienda suelta a sus emociones (frustraciones) canalizándola con el ejercicio de presión y agresividad hacia sus compañeros (as), novios (as) , incluso maestros y directivos.

Tales conductas no pueden verse como problemas superficiales o de resolverse con medidas de supervisión –hecha por los mismos niños y jóvenes--, como recién lo leyera en algún medio de comunicación, lo que veo grave porque entonces se está delegando la responsabilidad a los alumnos (autodefensas juveniles), lo que le corresponde a los directivos y maestros en el centro escolar y ello, tarde o temprano, también puede generar otro problema, que los niños o jóvenes aprendan lo que es tener poder y estatus frente a los demás, cuando que son las edades en donde aún no conocen del todo sus límites.

Pero volvamos a los elementos que Bandura, explicaba como determinantes de adquisición de la conducta agresiva por modelaje social o llamada también por imitación: a) el aprendizaje por observación de modelos y b) el aprendizaje por autorregulación.

El primer elemento, lo analizaba y probaba en sus estudios, poniendo un video en el que aparecía un modelo— una chica pegándole a un muñeco inflable con gran fuerza y además gritándole: “¡¡estúpido!!, en forma repetida —y se lo pasaba a niños del kínder entre 4 y 6 años. Después de un tiempo de ver el video, se les colocaba a los niños un muñeco inflable frente a ellos, y se observaba que la mayoría (90%) se comportaba de inmediato en la manera en que había actuado el modelo del video. Pero no quedaba ahí, si la conducta agresiva de cada niño era reforzada, la misma se repetía después de varios días, ya no sólo con el muñeco inflable, sino con todo lo que se pareciera al mismo: globos, llantas, pelotas, incluso compañeros de escuela.

Y eso es justamente lo que sucede con los niños cuando en sus hogares observan de sus padres o hermanos, actos violentos y agresivos en forma constante y son reforzados con video-juegos. Adquieren las conductas por observación y si los modelos sociales son significativos o son reforzados en el tiempo, tenderán a repetirlas en otras situaciones o espacios, entiéndase: escuela, deporte, noviazgo, matrimonio, trabajo, etc.

Pero así como se puede lograr la imitación de conductas negativas por observación de modelos sociales, también se pueden adquirir las positivas. Para ello, Bandura explica el proceso de adquisición de conductas –agresivas, fóbicas o asertivas o de afecto, etc.--a través de modelos sociales, y propone hacerlo a través de cuatro fases: a) atención, b) retención, c) reproducción y d) motivación.

· Atención. Para que una conducta sea aprendida, debe estar la persona en condiciones concentradas de atención, es decir, sin que haya algún elemento que la limite o algún estimulo que la distraiga. Alguna de las cosas que influye sobre la atención tiene que ver con las propiedades del modelo. Si el modelo es colorido, dramático, significativo, parecido o familiar, etc., despertará mayor atención.

· Retención. Los individuos somos capaces de retener o recordar aquello que nos llama más la atención. Aquí es donde los modelos toman su significado porque “guardamos” en nuestro “archivo” mental, imágenes, descripciones, figuras o modales, etc.

· Reproducción. Dichas imágenes, descripciones, figuras o modales, tendemos a reproducirlas, ya sea con nuestros actos o con nuestros pensamientos y expresiones verbales. En la medida de que dichos actos o pensamientos se repiten, se convierten en hábitos y tienden a ser parte de nuestros repertorios verbales y sociales y por ende de nuestra personalidad.

· Motivación. Todo aprendizaje, se mejora si es motivante lo que se hace. No imitaremos a nadie a menos que nos motive hacerlo, es decir, que tengamos buenas razones para hacerlo. Por ejemplo, si un niño observa que su padre agrede a su madre diariamente, se habitúa a verlo como normal, como un signo de superioridad, y sobre todo si observa que la parte pasiva –la madre--no responde para defenderse; entonces el niño, es probable que lo “entienda”, como que es una compensación a su sacrificio y tienda a actuar de la misma manera con la madre o tome el papel del personaje pasivo o el activo en el futuro.

Pero, así como los modelos agresivos pueden ser aprendidos socialmente, también éstos se pueden desasociar echando mano del proceso de autorregulación.

Respecto a este segundo elemento, Bandura sostenía que la autorregulación permite al individuo operar su capacidad para desechar aquellos modelos sociales que le pueden afectar, pudiendo lograrlo, controlando sus propios actos. En la medida que la persona madura (emocionalmente) o se le ayuda para que madure, podría lograrlo con más facilidad, por lo que proponía 3 aspectos para desarrollarla:

· Autobservación, cuando somos capaces de valorarnos a nosotros mismos con objetividad.

· Juicio, cuando solemos comparar nuestros actos, con otros que son correctos o que producen éxito, lo que nos permite medir nuestro grado de error, y nos lleva a corregir lo necesario para mejorar.

· Auto respuesta, es decir en la medida de que nos autobservamos o enjuiciamos y obtenemos un resultado, entonces emitimos respuestas compensatorias o correctivas o de castigo o auto-sanción para hacer las cosas mejor.

Luego entonces, tratar de describir toda esta teoría en sólo unas cuantas líneas es difícil, pero quizás sirva de algo lo escrito para que las personas interesadas busquen leer sobre el tema o se acerquen a la ayuda profesional, para tener más elementos de solución en los problemas de agresión, violencia o bullying.

Porque muchas de las causas de este último, que hoy es una amenaza en las escuelas, están en los modelos antisociales aprendidos por observación, y el problema es que: “no hay consciencia del problema”. Porque hoy las peleas de los niños y jóvenes no son como las de los años 70. En aquellos niños o jóvenes existían ciertos códigos –conscientes o inconscientes—tales como: defender --frente a frente--a una hermana o novia, sacar la casta, resguardar lo propio, la dignidad o ganarse el respeto; incluso a veces se terminaba dándose la mano. Hoy desgraciadamente, los jóvenes guardan más resentimiento y canalizan sus aprendizajes violentos con objetos, armas de fuego y la intención ya no es defenderse, sino destruir o liquidar a un “enemigo” como lo hacen en los videojuegos.

Es decir, en las agresiones que reproducen las nuevas generaciones, están presentes sentimientos y estados de ánimo bipolares, de intolerancia, venganza, perversidad y odio. A veces, ni siquiera media un motivo para golpear al compañero, sólo es la satisfacción de verlo humillado, dañado o aniquilado, porque representa poder o estatus frente a otros.

Por eso el intervenir desde el hogar, la escuela y el medio social, haciéndose cargo el Estado de hacer su parte, es urgente, para frenarlo y crear ambientes más serenos donde los niños y jovenes aprendan a convivir en paz y armonía. Y sobre todo el saber transmitirles valores sobre el respeto a los demás y las formas honestas de ganarse la confianza de los demás.

Porque no creo que el crear “autodefensas infantiles o juveniles en las escuelas—como recién lo leía--, remedie el problema, sino se va hasta el fondo de las causas que lo provocan.

Gracias y hasta la próxima

Bibliografía

Bandura, Albert., Fundamentos sociales del pensamiento y acción (1986); Teoría del aprendizaje social (1977); Aprendizaje social y desarrollo de la personalidad (1963); Agresión y análisis del aprendizaje social (1973).

Boerre, George (2010) , Albert Bandura 1925-presente, en Teorías de la personalidad http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/bandura.htm

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