JESÚS EL SANADOR REBELDE
Por Víctor Manuel Estupiñán Munguía*
“Muchos le siguieron, y El los sanó a todos”
Mt 12,15
No nos queda la menor de las dudas de que necesitamos fomentar una Cristología científica, capaz de romper los eslabones de mitos, dogmas y, fanatismos. Es por ello que en estas fechas coyunturales de diciembre, más allá del consumismo esclavista y, de la embriaguez de la felicidad social inducida, no está por demás reflexionar sobre un “personaje” de la estatura de Jesús de Nazaret.
Puesto que sabemos que la iglesia romana se apropió reciclándolo, utilizándolo hasta la fecha como una puesta en escena al servicio de su poder y, también aliada del poder mundial.
Desgraciadamente, la Biblia y, su manejo ideológico-conservador, nos ha robado la santidad comprensiva, es decir, la espiritualidad objetiva. Por ello, urge historiar y sociologiar el re-encuentro de los pobres con el hijo de Dios.
Desde tiempo de Roma, la institucionalización de una religión oficial ha venido operando con visión y preocupación hegemónica, por lo que resulta necesario reflexionar sobre aquellos aspectos que se han cubierto con penumbras políticas-ideológicas y, sociales, sobre el verdadero compromiso filosófico de Jesús de Nazaret, a favor de los necesitados, explotados y enfermos.
Jesús fue un “profeta”, “curandero”, para otros, un gran “mago” o, el “gran iniciado” y, para la mayoría considerado como el “hacedor de milagros”, el “hijo de Dios”, el Mesías.
Así, tenemos a un Jesús capaz de sanar a muchos enfermos, según los registros de la Biblia y, otros documentos apócrifos. Incluso, en el Antiguo Testamento se “anunciaba” de las capacidades del “Ungido”, por ejemplo, en Isaías, 35, 5,6 tenemos que:
“5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán.
6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo;…”
Cualquier personaje que se maneje con capacidades de dios, debe de contar con poderes y, uno de ellos es la de poder realizar “gracias” a favor de la mayoría, como es el establecimiento de la salud, entre otros.
En San Mateo, 11, 2-6, tenemos que 5…“Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;..”
Su amor hacia los enfermos comprendió a epilépticos, enfermos mentales, a poseídos y, hace ver a ciegos de nacimiento como el de nombre Bartimeo.
Sabemos que las mayorías de las enfermedades tienen unos orígenes psicosomáticos, sin embargo, Jesús sano a ciegos de nacimiento. Tenemos en Jn 9, “Al pasar Jesús, vio un hombre ciego de nacimiento…
6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con lodo los ojos del ciego,
7…y regresó viendo.”
También cuando Juan el Bautista envía a dos de sus discípulos a Jesús y, son testigos de las sanaciones, San Lucas, 7,18-23; “22: Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, hacer saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados,..”
El historiador judío Flavio Josefo, también referencia los grandes poderes de sanación de Jesús.
En cuanto a ello, podemos concluir que dentro de la lógica documental, nunca se duda de su capacidad sanadora, ni por parte de sus enemigos, ni por sus allegados, sino que se le cuestiona principalmente por los fariseos por realizarlos en días sábados. Ya que según la tradición o “Tora” de los judíos estaba prohibida toda actividad en sábados.
Sin lugar a dudas, Jesús fue un trasgresor hasta en estos ámbitos y lógicas; su compromiso social con los pobres y enfermos era más fuerte que la Ley de Moisés. La ruptura jesuítica con el Antiguo Testamento, era obvia.
Por otro lado, en ese contexto se pensaba socialmente que las enfermedades eran causa del pecado o, de demonios, por lo que los enfermos estaban muy estigmatizados.
La cosmovisión de enfermo- sanador primeramente se daba en la familia, luego, la de Jesús fue pública y popular, ya que se realizaban en la calle y plazas. Además los enfermos creían fervientemente que su sanador al que habían escogido previamente, realmente los sanaría.
El poder de la fe era inmenso, debido a las propias condiciones sociales del enfermo, es decir, de pobreza extrema, su gran necesidad de amor y, de esperanza.
No hay que olvidar que en aquellos tiempos el territorio de Palestina vivía el sometimiento y explotación Romano. Los miserables y necesitados abundaban como siempre, ya que “se dan” en sistemas indistintamente donde el poder es imperial o, “democrático”.
Pero además Jesús aparece no sólo como simple sanador, sino también como el que realiza exorcismos y, milagros, como mediador entre las enfermedades y, el poder de Dios (Padre).
Jesús, el sanador popular
Su proximidad a los marginados y oprimidos, nos habla no sólo de su amor general, sino también de su preferencia o, si se prefiere, de su compromiso social. Es decir, de su filosofía de “posición de clase social”. Muy lejos de un Jesús que nos presenta la iglesia oficial como neutral, apolítico, romántico y, hasta con delicados rasgos europeos y/o híbrido-afeminado, es decir, “a la holibudense”.
Continuando, tenemos que en Mateo 11, 22,23, nos encontramos que fue en Corazín, Betsaida y Cafarnaún o Capernáum, donde Jesús realizó mayormente sus sanaciones.
En los Evangelios Canónicos aparecen 24 milagros de sanaciones, 7 de curaciones de espíritus inmundos en Geresa, llamados Legión y, que entraron a un trochil de cerdos: Mt. 8, 28-34, Mc 5, 5-20, Lc, 8, 26-29
El exorcismo del mudo, Mt, 9, 32-34; el endemoniado que era ciego y mudo Mt, 12, 22-23, Lc, 11, 14-15
La hija de la madre cananea Mt, 15, 21-28, Mc, 7, 24-30
Recodemos que los discípulos no pudieron sanar al niño epiléptico, por falta de fe, sin embargo, Jesús sí lo realizó. Mt, 17, 14-21, Mc 9, 14-29, Lc 9, 37-43
El de Cafarnaúm, en sinagoga y, en día de reposo, Mc, 1, 21-28, Lc 4, 31-37 Además a María Magdalena Lc, 8, 1-3, de la cual salieron 7 demonios, además a Juana y, Susana, entre otras.
De tal forma que Jesús sanó a 5 paralíticos, 4 ciegos, 2 de Cafarnúm Mt, 9, 27-31; 2 leprosos, uno de Galilea Mt, 8, 1-4, Mc, 1, 40-45, Lc, 5, 12-16, registrado en el Corán.
Diez leprosos, ver Lc, 17, 11-19, los cuales fueron curados por medio de la palabra.
Además, encontramos que se mencionan sanaciones en forma genérica: En Galilea, Mt, 4, 23-25, Lc, 16, 17-19; cuando el sol se ponía; Mt, 8, 16-17, Mr, 1, 32-34, Lc, 4, 40-41; junto al mar de Galilea, Mt, 15, 29-31; en el templo Mt, 21, 14-15 y, en el mar con sus discípulos Mc, 3, 7-12
En los 4 evangelios canónicos se narran 27 milagros, 14 son curaciones y, 5 exorcismos.
La suegra de Simón Pedro padecía fiebre y, tomándola de la mano la sanó, Mc 1,29-31; Lc 4, 38,39
Ahora bien, recuerdo que hace apenas unos 15 años que empezaron a llegar y difundirse libros sobre “reiki”, sin embargo, es una técnica amorosa milenaria. Jesús nos da cuenta de ella. Mediante la palabra y el contacto de su mano sanó a un leproso galileo, Mc 1, 40-45; Mt 8, 1-4; Lc 5, 12-14
Otra, Jesús sanó a un paralitico Mt. 9, 2-8; Mr. 2, 1-12, Lc 5, 17-26
Sin embargo, la Biblia nos relata de sanaciones mucho más complejas, puesto que un hombre con la mano seca, fue sanado en sábado mediante la palabra por el sanador de los pobres, he aquí: Mc 3, 1-6; Mt 12, 9-14; Lc 6 6-11
Además, Jesús no sólo curó y sanó a hombres, sino también a mujeres. La mujer que padecía flujo de sangre desde hacía 12 años, sanó al tocar el vestido de Jesús, Mc, 5, 25-34; Mt 9, 18-26, Lc, 8, 40-56
La saliva puesta o, mediante el escupitajo fue un instrumento primordial en las sanaciones de Jesús. Según la Biblia, los enfermos de Jesús fueron de los más diversos, puesto que también sanó a un sordomudo en la Decápolis, mediante el procedimiento de meterle los dedos en los oídos y, escupiéndole, al tiempo que le tocó la lengua y diciéndole: “Efata”, que significa “ábrete”, ver Mc 7, 31-37
En Batsaida sanó a un ciego, mediante saliva que le escupió en los ojos y, al tiempo que le colocaba sus manos, Mc 8, 22-26
El ciego de Jericó llamado Bartimeo, hijo de Timeo, fue sanado por Jesús, según Mt 20, 29-34; Mc 10, 46-52; Lc, 18, 35-45
Lo que hoy nos dicen los libros sobre medicina alternativas, en tiempos de Jesús ya la realizaba y, con una efectividad a toda prueba.
Pero las sanaciones de Jesús también fueron “a distancia”, según quedó registrado en Mt 8, 5-13; Lc, 7, 1-10, Jn 4, 43-54, Jn 4, 43-54; cuando el centurión intercede por su criado, el cual estaba postrado-paralítico y, grave.
Otra mujer que fue sanada en sábado mediante la palabra y, la imposición de manos, fue la que padecía encorvamiento y no podía enderezarse, Lc 13, 10-17
A un retenedor de agua, es decir, a un hidrópico, lo curó en sábado y, lo peor del caso que fue en la casa de uno de los principales fariseos, es decir, un gobernante, Lc 14, 1-6
Otra vez encontramos a Jesús retador, rebelde, desafiando al poder en sus formas y contenidos, todo un heterodoxo.
Pero también pudo sanar a varios enfermos al mismo tiempo, como sucedió con los 10 leprosos que encontró de camino a Jerusalén. Los sanó mediante el poder de la palabra y, la fe; Lc 17, 11-19
Por muy difícil que se le presentaran enfermos los pudo curar, puesto que allí está el ejemplo del individuo de Jerusalén que tenía 38 años enfermo y, que por cierto, también lo sanó en día sábado, Jn 5, 1-9.
A un ciego de nacimiento le hizo ver, untándolo lodo y saliva propia, para luego ordenarle que se lavara en Silóe, Jn 9, 1-12
A estas alturas resulta interesante detenernos para averiguar cuáles fueron los “instrumentos” o medios con que Jesús realizó las sanaciones. Ellos fueron indudablemente, mediante la fuerza de la verdadera fe, la energía de la palabra o verbo, el reiki= o sanación mediante tocamientos de las manos y, cuya palabra se traduce como poder sobrenatural, fuerza milagrosa, influencia espiritual, inteligencia, poder, bellas montañas, espíritu, alma, cuerpo etéreo, energía, atmósfera, emoción, “chi”, energía vital, misterio.También utilizó la saliva y, el lodo (tierra amasada con su propia saliva).
Sociológicamente es de llamarnos la atención de que todas las curaciones registradas pertenecen a individuos pobres, miserables y explotados. Aún cuando se habla genéricamente de que “…Él los sanó a todos”, obviamente de que se trata de la misma clase social. Jesús no sanó a nadie directamente que fueran ricos y poderosos, con los que no simpatizaba. Puesto que el verdadero evangelio era para los pobres, no para los ricos.
Puesto que en aquellos tiempos, las clases sociales media y la de “arriba”, contaba con médicos y sanadores “certificados” por la experiencia. Además por seguridad debían ser bien conocidos en la región (estar establecidos) y, algunos eran de cabecera de por vida (fidelidad). Además sus métodos no coincidían con los de Jesús, por lo que de este, constituían una amenaza a los “saberes hegemónicos” de la época y, de la región.
El otro aspecto es que insistentemente las sanaciones las realiza en días sábados, es decir, precisamente el día en que según la “Tora”, “tradición o Ley judía, prescribía ese día como de descanso total. Era considerado un gran pecado mayor desobedecer al Supremo. Jesús, desafió muchas veces las estructuras formales y oficiales del poder.
Jesús fue un “ruido aleatorio”, un verdadero rebelde en una época donde el poder vigilaba recelosamente en todos sus frentes posibles, las formas y contenidos del sometimiento. El imperio además de la espada, tenía mil ojos y mil oídos, para sus enemigos.
Tercero, las curaciones podían realizarse en espacios abiertos, plazas, calles o, sinagogas, las cuales estas últimas podían ser indistintamente sólo un lugar llano o, una clase de edificio.
Lo paradójico es que mientras que Jesús el sanador de los pobres, liberaba de enfermedades, la religiones e iglesias hasta la actualidad, nos enferman ideológicamente cada día más, al distorsionar la realidad y, con ello lograr el sometimiento.
La verdadera fe continúa, las sanaciones también…
* Víctor M. Estupiñán Munguía: Pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora- “Por la paz del mundo”, victor-79@live.com.mx
Comentarios
Publicar un comentario