SEXY Y PODEROSO: EL PRESERVATIVO FEMENINO

 

Por: Anne Cé | 26 de noviembre de 2013

Poder porque, ante todo, la decisión de ponérselo corre, exclusivamente, por cuenta de la mujer. Sexy porque ella se siente segura y más libre (y a él no le aprieta). Con el preservativo femenino, ella tiene en sus manos la opción de cuidarse de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual, e incluso puede colocárselo hasta ocho horas antes del acto sexual. 

 

Diseño de indumentaria con preservativos femeninos para crear conciencia sobre su uso, vía designtaxi.com.

Aquel lema del 'póntelo, pónselo' se actualiza en estos días, a las puertas de la celebración del Día Mundial de Lucha contra el Sida (el 1 de diciembre), un día que algunas asociaciones extienden a toda una semana de concienciación, que ya ha comenzado. 

Oportuno, entonces, volver a hablar de preservativos (la última vez, presentamos aquí del 'Easy way' de Control) y mencionar algunas campañas de sensibilización como la que promueven Durex y MTV: Someone Like Me ('alguien como yo'). #Someonelikeme es una acción para que los jóvenes, a partir de 18 años, hablen y den ideas para mejorar su educación sexual, por un mundo libre de VIH.

#Someonelikeme vídeo de presentación de la campaña de Durex para crear una 'conversación global' sobre sexo seguro entre los jóvenes. 

Tatiana Escobar contaba en este mismo espacio, el año pasado, que el uso del condón masculino venía declinando y que los más reticentes al condón solían ser los"amantes senior", por aquello de "nosotros no estamos acostumbrados a estas cosas". También sabemos que hay zonas del planeta donde los hombres se niegan con bastante ahínco a usarlo. De ahí el valor de contar con un preservativo que puedan ponerse las mujeres. 

Recomendado como un método de barrera, tan eficaz como el condón masculino en la anticoncepción y en la prevención de enfermedades, el preservativo femenino está en el mercado desde 1993, pero sigue siendo difícil que las farmacias españolas lo tengan en sus estanterías, por ejemplo. 

Para los que no hayan oído hablar del profiláctico: se trata de una funda de nitrilo, lubricada pero sin espermicida (apta para alérgicos al látex), de unos 17 centímetros de profundidad, una boca flexible de unos siete centímetros y dos aros que facilitan su introducción en la vagina y su extracción segura, y evitan su desplazamiento. Cubre incluso los labios mayores de la mujer, lo cual ayuda a prevenir las enfermedades de transmisión sexual como el VPH o el herpes simple. Aunque, justamente por su tamaño, suele escucharse entre los usuarios la queja de que resulta algo más antiestético que el profiláctico masculino.

Campaña por el uso del preservativo femenino en Kenya Citizen TV.

En España se venden unas 3.000 unidades al mes (o sea que su uso no representa ni el uno por ciento de las ventas del masculino), pero la cifra se ha mantenido estable desde principios de los años 2000, y aunque lentamente, siempre va en aumento, según nos comenta Carlos González, el director comercial de Perfelena, la empresa que los importa desde EE.UU. Perfelena disribuye condones femeninos, desde hace algo más de una década, a mayoristas farmacéuticos, sex shops y tiendas eróticas.

González recalca la importancia que tienen las campañas de salud pública en la extensión del uso de este preservativo: hace dos años, el Ministerio de Sanidad encabezó una acción de promoción del producto y entre el fabricante y los distribuidores recortaron su precio. Así, durante los seis meses en que los preservativos femeninos se conseguieron a un euro en toda España, las ventas se multiplicaron por cinco o por seis. Algo similar sucede actualmente en Francia, un país en el que el preservativo femenino está bien implantado gracias a las ayudas estatales.

El preservativo femenino puede colocarse hasta ocho horas antes del acto sexual; esto es, no hay que esperar hasta el momento de la erección del hombre ni interrumpir los juegos preliminares (por cierto, no ajusta el pene). Y hasta hay quien asegura que el roce del anillo externo con el clítoris aumenta la excitación. Además, se adhiere a la pared vaginal, adquiriendo su temperatura en pocos instantes. Si se necesita lubricación extra, se aplica por dentro y nunca debe combinarse su uso con un condón masculino porque el riesgo de rotura es mayor.

Un interesante corto sobre el tema, rodado en Mozambique. 

Hasta ahora se ha venido mencionando como 'el gran olvidado de los métodos anticonceptivos'. De hecho, ninguno de los dos gigantes de la fabricación y distribución de condones en España, Durex y Control, lo producen actualmente, aunque creemos que no lo descartan... Y es que en los últimos tiempos ha vuelto a hablarse con fuerza a favor de un dispositivo que pone en manos de la mujer su propia protección. Es una reivindicación de sectores feministas, que claman por el acceso universal y a bajo coste. De hecho, en algunos países de África, gobiernos y ONG divulgan su uso entre mujeres que no pueden convencer a sus parejas de utilizar condón.

Vía hercampus.com.

Eso sí: es algo más caro que el condón masculino (cada uno cuesta alrededor de 2 euros y la caja de tres, 6 euros, en tiendas eróticas), aunque sus usuarias son fieles. De su mayor penetración (en el mercado) depende, por supuesto, el que bajen los precios.

http://blogs.elpais.com/eros/2013/11/preservativo-femenino.html