PRD: RENOVARSE O MORIR

1610 Uriel Flores Aguayo

El PRD realiza un congreso nacional para tratar algunas cuestiones internas y ajustar su línea política; no hay mayores expectativas por la aparente decisión  continuista   -hasta regresiva- y por la representación entre artificial y formal de los delegados, obtenidos a base de votaciones fraudulentas o de papel (caso Veracruz). El momento que vive el otrora partido del "sol azteca" es especialmente crítico por su alejamiento brusco de sus bases sociales y de las banderas que le daban identidad, deslizándose consistentemente hacia la confusión y el oportunismo. Salvo  su postura sobre la propuesta de reforma energética de Peña Nieto, que es crítica y de alternativa, en el resto de la agenda del Gobierno Federal el PRD ha sido colaboracionista, primero se comprometió y luego buscada las justificaciones.

De seguir en esa ruta el PRD corre riesgos enormes de desdibujarse y entrar en una ruta de debilidad, únicamente sostenido por el apoyo mediático que le brinda el duopolio televisivo en tanto sea obediente y los recursos de los Gobiernos Estatales que lo sigan. Un partido es lo que el imaginario social crea o quiera, sobre todo en nuestro país donde las organizaciones políticas no gozan de mucho prestigio; en ese sentido, su comparecencia en las urnas periódicamente es un examen renovable y de resultados inciertos, estando sujeto a las coyunturas y a ciertas oportunidades; salvó el DF, por ejemplo, es difícil encontrar otra región donde con relativa certeza se pueda vaticinar un resultado electoral.

El PRD trae un rezago muy marcado de vida orgánica e institucional, es un modelo centralista, opaco y ultra burocratizado. No quiso o no pudo evadirse de la tendencia membretaria y corrupta del sistema de partidos Mexicanos, hechos al vapor y por interese facciosos; el PRD se adhirió alegremente a los usos y costumbres de la clase política tradicional. El desgaste en todos los sentidos es obvio, negado sin convicción por los beneficiarios del estado de cosas internas pero reconocido "en corto" y dejado a la inercia; es difícil creer que se pueda seguir así y pensar que algo mejorará o que la crisis perpetua se detendrá; no hay plazos inmediatos hasta que no lleguen las elecciones intermedias del 2015 pero nada pasa hasta que pasa.

El pacto por México, firmado oscura y unilateralmente, no tiene la legitimidad de haberse ofrecido en la plataforma electoral del PRD y su coalición, sin embargo es el mecanismo en que se basa la oferta reformista de Peña Nieto, y la sobrevivencia del núcleo dirigente del propio PRD. El pacto supone una especie de cogobierno donde la administración federal gana imagen y tiempo mientras que la oposición juega un papel secundario y polémico; realmente por muy poco las oposiciones le están ayudando al PRI a que se consolide.

Dada su descomposición es difícil que el PRD sobreviva como opción de poder, desde luego que pude mantenerse por un tiempo con alguna presencia, si no  tiene el talento y la voluntad de renovación. Es determinante la corrupción en sus filas, sin legalidad, sin debate y sin vida mínimamente institucional, como para hacer muy difícil de llevar adelante cualquier propuesta de rescate y renovación. Sin ese propósito, que debe salir de su propio seno y de sus grupos dirigentes, en una profunda autocrítica y con un valiente y honesto deseo de sobrevivencia, simplemente puede volverse inviable. En este momento el continuismo y el control burocrático es la mejor receta para el desastre; pero superar la soberbia y las ambiciones, en un escenario de condición política y humana a la vez, no es sencillo. Los administradores del PRD deberían invocar experiencias históricas de heroísmo y determinación como la que llevó al PCM a disolverse o, en un caso de otro tamaño, a la Unión Soviética a desintegrarse. Estamos ante una situación límite: seguimos en la simulación interna y nos convertimos en un partido " satélite " o rompemos con esa pesada carga que está haciendo inviable e inútil al PRD.

Coincido con muchas voces en el sentido que sólo la autoridad moral del Ing. Cárdenas o la presencia lúcida de Ebrard pueden lograr que el PRD se rescate como opción democrática y de poder. De lo que pasa con el PRD en Veracruz es ya muy poco lo que se puede decir en tanto que se perdieron las formas y niveles mínimos de decoro  llegando a niveles bochornosos de envilecimiento; la suerte local está condicionada por lo que se haga a nivel nacional; si se imponen en el control los mismos, el PRD seguirá en manos oficiales, en cambio, si se modifica el rumbo  actual, hay futuro para las inquietudes sociales y los ideales democráticos y de izquierda. La moneda está en el aire, pongamos nuestra parte para que caiga del lado del sol.

Recadito: Entré más veo a los del PRD- rojo más quiero a mi perro.

ufa.1959@gmail.com

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