METAMORFOSIS, VIDA EN EL AIRE

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Por Víctor Manuel Estupiñán Munguía*

“Yo no sé muchas cosas es verdad. Pero me han dormido con todos los cuentos... Y sé todos los cuentos”

León Felipe

Un día, sin saber por qué ni para qué, de repente vi cuando lentamente se deslizaba dirigiéndose hacia mi corazón; era una larva gris, de aspecto reseco y sospechoso, además se veía algo asqueroso.

Parecía un moscón sin alas…inspiraba repulsión y ojos vigilantes, se encaminó como pudo y se introdujo colándose por el orificio de la aorta y se quedó a vivir allí.

La verdad es que pensé que era un ser o algo así como un virus de otro planeta, una especie de “aliens” intergaláctico.

A cada rato guardaba silencio mi bombeo, para ver si así escuchaba algo… ¡pero nada!...sólo una inexplicable paz salía de aquella breve averiguación. Parecía que alguien con sueño muy pesado y tapones en los oídos, dormía de noche y de día, en aquella caverna roja de cuatro salas.

No se exactamente cuantos días pasaron  así…pero sí recuerdo con plenitud que era una bella mañana, cuando sentí un gran dolor en mi corazón, un piquetazo como si me estuvieran abriendo de adentro hacia afuera.

Aquel agudo dolor me llenó de terror e inseguridad… claramente sentí cuando el músculo interno se me hizo trizas partiéndose en dos.

Me tuve que llevar las manos al pecho y, fue precisamente al instante cuando sentí entre los dedos una rara sensación de movimientos entre ellos. Luego, me di cuenta que algo se movía tratando de escapar entre las rejillas de mis dedos.

Los entreabrí y en el momento pude observar cuando de repente voló titubeante en aquellas olas de aire despejado y limpio.

Quedé sorprendido de su tamaño y majestuosidad… ¡era un hermoso pedazo de vida!... ¡frágil y con alas!... ¡nunca había visto volar un pedazo de corazón de vida!

Voló alrededor de mi cabeza y me distinguió con un saludo de mágicos colores tornasol…realmente fue la primera vez en la vida que me sentí importante.

Me sentí casi como un emperador de luces y soles, en ese momento hubiera querido tener alas para acompañarla en tan especial aventura.

Sus antenas parecían recibir mensajes del cielo…pareciera que pronunciaban su nombre en el cielo. Como que la llamaban a presentarse inmediatamente en las alas del viento, para que fuera parte importante en las pinceladas del magnífico cuadro con marco de vida dorada y, suspiros azules.

La saludé con los ojos de mi corazón y luego…la vi cuando subió a su aventura mágica, al vaivén de la marea del viento de la vida. Subió con gran valentía como el mejor marino trotamundos.

Se le notaba que llevaba entre sus alas, la firme decisión de recorrer los milagros de la vida y, los misterios cósmicos. Pareciera que era todo un lobo de ráfagas de aires de los cuatro puntos cardinales.

Era un cachito de vida alada, un pedazo de vida pintada con perfección de artista grandioso. De artista único, un verdadero trozo de vida soplada con el aliento divino de la milagrosa existencia.

¡Era una verdadera monarca! …¡un imperio con alas! ¡Una reina sin trono fijo!

¡Una reina con alas de milagro y brújula de aire! Aquella misteriosa criatura voló por todo el Cosmos para siempre…llevando la liviana carga de sus colores espirituales en dos pétalos tatuados. Dos pétalos unido por el medio por una varita de alianza de amor. 

Mientras que la roja crisálida dejó un pequeño espacio tibio para volver a alojar, a tan distinguida huésped vital.

* Víctor M. Estupiñán Munguía: Pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- 

Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora- “Por la paz del mundo”           victor-79@live.com.mx

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