DIALOGO CON LA LUNA

 

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Por Víctor Manuel Estupiñán Munguía*

“En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna”.

Gustavo Adolfo Bécquer

Mi abuela y demás familiares.

Anoche, en la madrugada me asomé por un lado de la reja de mi ventana y, al no ver aguililla depredadora, ni murciélago de mal agüero, ni vampiro callejero,  solté la paloma de mis ojos…

La seguí y la vi batiendo sus alas, en ese maravilloso jardín cuajado de rosas blancas…cuando de repente…oí  una voz luminosa que tocaba la puerta de mis ojos, al tiempo que me decía con su boquita llena de luz redonda:

¿Y tú quien eres? Emocionado y repleto de su luz en mi cara, le dije lumínicamente: ¡soy yo abuela!…

¿No te acuerdas de mí?-le volví a decir emocionado-…

Mmm-mmm…murmuró envuelta en el silencio de su traje majestuoso de bella luz…y en medio del jardín palpitante…

¿Y el sol?-me dijo-…Es el Cristo por otros medios-le contesté inmediatamente-

¿Y la tierra?-me volvió a arrojar la nueva pregunta hacia mi ventana-… ¡es mi Grandiosa Madre y la estamos agrediendo mucho a la pobre!... ¡Bendita seas tierra mía!...perdónanos porque no sabemos lo que hacemos…

¿Y el Cosmos?... me interrumpió como si ya supiera de aquel grave pecado ecológico-es el cuerpo y el alma del Padre en secreto…-le repliqué-, desde mi corazón gritón.

La verdad es que esto último no sé si logró  escucharlo…a la mejor “me tiró a lucas”-pensé- dudando de su sabiduría milenaria y, de su autoridad tan elevada y brillante.

Lo que sí es que la vi cuando jaló una gran sábana blanca azulada…que pasaba cerca de ella, la cual sin marca y sin dueño que la reclamara, rápidamente la jaló hacia ella y se cubrió de pies a cabeza, disponiéndose a dormir de una sola pieza redonda.

¡Adiós abuela!...que descanses- le grité- con la felicidad montada en los corceles obscuros y con alas del latido del corazón.

Y, como ya habíamos entrado en confianza, me atreví a soltarle una pregunta con timbre de ingenuidad y, que había guardado desde mi infancia:

Abuela… ¿Porqué brillas tanto?...

La obscuridad con su derecho eterno  de contestar  como le viniera en gana y, con presencia de saber hacer las cosas, por fin respondió con su silencio…

Y las estrellas en conglomerada alianza hicieron rebotar el eco luminoso…como pelota de pin-pong  en aquella gigantesca y enigmática  mesa celeste.

Al mismo tiempo,  no pude seguir aguantándome y le tiré un beso de madrugada. Mismo que se lo hice llegar con mi emoción nocturna y mi admiración, que por cierto, ya no me cabía en el alma…

¡Ya se quién eres!...entró la voz quedamente y en lo obscurito…poco antes de cerrar la ventana con mi espalda…

Luego, deposité mi cabeza  en la amigable e incondicional  almohada, al mismo tiempo que bajaba las cortinas de mis ojos… 

Los ensueños y los sueños agarraditos de la mano y con suaves pisadas de sandalias de terciopelo, abrían la puerta cerrada por la vigilia,  para su vuelo libertario…

Uno a uno se fueron formando, esperando sus respectivos turnos, tanto los sueños, como los sueños livianos.  En cambio, allá estaban divisándose arrinconados los sueños pesados, los luceros y también los ensueños; todos de la misma familia con alas azucaradas y poder vago, listos para visitar las estrellas, seres queridos y también al Padre en secreto…

Así, antes de que llegara completamente Morfeo y su barba negra, logré arrojarles los  buenos  deseos de su viaje a el mundo de los sueños y, encargarles   que se grabaran bien los detalles para que luego me los platicaran.

Luego nos vemos y me los cuentan…adiós…-les dije-…, apenas logré escuchar decir  la z…zzzz…, que por cierto, la última “z” alzó su brazo encetado  y apagó todas las luces…  

* Víctor M. Estupiñán Munguía: Pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.-  Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonor “Por la paz del mundo”           victor-79@live.com.mx

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