SONORA, PROMOTOR DE CULTURA OBESODIABÉTICA

 

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14 de noviembre día internacional de la diabetes

 

Por Víctor Manuel Estupiñán Munguía*

“La comida basura o comida chatarra contiene, por lo general, altos niveles de grasa, sal, condimentos o azúcares  (que estimulan el apetito y la sed, lo que tiene un gran interés comercial para los establecimientos que proporcionan ese tipo de comida) y numerosos aditivos alimentarios, como el glutamato monosodico (potenciador del sabor) o la tartracina (colorante alimentario).  Wikipendia

POLÍTICAS PÚBLICAS DEFICIENTES

Ante tan grave situación por la que pasa la sociedad sonorense, el Estado y gobierno ha sido incapaz de implementar estrategias eficientes contra tales epidemias que sigue azotando a la población de niños, jóvenes y adultos.

Contrariamente, se siguen fomentando con el apoyo del gobierno  el consumo despiadado de toda clase de productos chatarra y bebidas gaseosas. ¿Y qué decir del fomento intensivo y de sobreoferta de la cerveza y alcohol, en todos los rincones de Sonora?

Las políticas permisivas del aparato publicitario, no son controladas debidamente por el Estado. Contando aquella con todos los medios posibles para masificar y enajenar a los niños principalmente, reciclándolos en un “ejército de estómagos” de consumo, de toda clase de chatarra posible.

Por ejemplo, tenemos el consumo de glutamato monosódico MGS, el cual es altamente cancerígeno y, además, se utiliza para manipular el gusto ya que funciona como detonador en el funcionamiento de las papilas y, del mecanismo de insalivación, enviando mensajes al cerebro para que se sigan “antojando”. De allí se desprende: “a que no puedes comerte solo una”. 

Incluso, la creación de la “ley churro maíz” para frenar el consumo de chatarra en las escuelas, tan sólo fue una puesta en escena más del momento coyuntural, puesto que se siguieron vendiendo abierta o discretamente.

Lo mismo sucede con el consumo de refrescos gaseosos, a los cuales no se les restringe su intensa promoción por parte del Estado, sino que se les apoya con todo tipo de políticas posibles distintivas. Recordemos que Sonora ocupa el primer lugar en la república, en consumo de “sodas” por persona.

En la misma cadena química encontramos a los carbohidratos y al alcohol, ambos huéspedes distinguidos de las autoridades de Sonora, los cuales los apapachan sin recato.

Ahora bien, lo mismo podemos decir del consumo de cerveza, en la cual el Estado de Sonora ocupa el primer lugar de toda la república mexicana. Ya que el promedio es de 48.5 litros por habitante al año, sin embargo, en Sonora es de 68.5 litros por habitante. Ambas propician la diabetes y todas sus terribles secuelas.

Independientemente de que se trate de un semi-desierto, la verdad es que detrás del gran consumo se encuentra la sobreoferta permitida por parte del Estado. Su gran apoyo a las compañías cerveceras y refresqueras es muy notorio, dejando de lado la salud social, incluyendo la diabetes, cirrosis, sobrepeso, hipertensión arterial, ceguera, mutilaciones, gota, colesterol, infartos, alcoholismo, entre otras enfermedades.

En lugar de implementar políticas estratégicas articuladas, como por ejemplo, promover toda clase de deporte libre de alcohol, apoyar decisivamente a los maestros deportistas, crear escuelas de alto rendimiento, promover premios dignos en las competencias, promover torneos y competencias todo el año, apoyar la creación poco a poco de gimnasios en cada una de las colonias funcionando como colectivos, con cobros populares y autosuficientes, entre más.

Por ejemplo, contrariamente y mediante instituciones, organismos, apoyadas por el Estado se fomenta “orgullosamente”  el consumo de carne asada, ya que recordemos que Sonora posee el primer lugar en “récor Guines”, de la “carne asada más grande del mundo”, la cual se realizó en el año del 2009, consumiéndose 6 toneladas.

Es de todos sabido el problema que causa la grasa y aceites de cárnicos y frituras chatarras, sobre todo en el renglón de los niveles de colesterol, el cual Sonora desgraciadamente es el que también posee los niveles más altos de toda la república mexicana. Estos rituales sociales de poder, sancionados por el Estado funcionan como reforzadores psicológicos que impiden la salud social de los sonorenses. 

Cada vez son más los sonorenses a los cuales les faltan ya sean uno o, los dos miembros inferiores. Tan sólo basta darse una vuelta por los hospitales, para comprobar que se trata de una gran epidemia. Por ejemplo, constantemente escuchamos en la radio la solicitud de sillas de ruedas que por cierto, no dan abasto para las personas que han perdido sus dedos, pies o piernas. 

También son muchos los que han perdido los ojos o, aquellos a los que vemos con “bolsas”, debido a que no les funcionan bien los riñones, etc.

La verdad es que sale mucho más caro todos los gastos que se requieren para poder tratar a tantísimo enfermo, que invertir en políticas públicas de prevención.

Sin embargo, los compromisos con las empresas y los capitales se anteponen a las verdaderas políticas públicas de salud social que beneficien a los mexicanos y sonorenses; ya que la enfermedad es un factor industrial que genera riqueza (reciclado), en unas cuantas manos a costa de más miseria y muerte.

A continuación algunos cuadros-esquemas , para tener una aproximación al proceso de desplazamiento de alimentos y leche por parte de refrescos y, el impacto en la obesidad del mexicano.

* Víctor M. Estupiñán Munguía: Pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- 

Miembro de  S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora- “Por la paz del mundo”,      victor-79@live.com.mx.

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