LAS PALABRAS DEL SILENCIO

 

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Por Víctor Manuel Estupiñán Munguía*

 

“La muerte, para llamarla por su nombre, es la real finalidad de nuestra vida. Por ello…he hecho relación con esta verdadera amiga del hombre.”

Wolfgang Amadeus Mozart

El psiquismo también sabe vestir de negro intenso, de profundidad de abismo. El imaginario cuenta con un guardarropa lleno de arquetipos de los más íntegros para cada ocasión, en que se disparan los resortes de la sensibilidad y, la detonación sentimental.

La sublimación de la palabra negra corona la filosofía de la vida, al contrastarla con el silencio de la muerte. El murmullo de la nada nos avisa del tiempo de la nada, del beso escarchado de la muerte.

La palabra muerte, murmullo desalmado, nos previene de la miel de tuétano que sella los labios para siempre. Del pan remojado con sombras sin dueño, amasijo de huesos oxidados, de los suspiros pegados en hojas de arbustos de panteón.

Nos aproxima a los olores de flores sin posibilidad de tierra, a los crujidos de ramas sin pisar, palabras de rezos con alas de encajes negros y, temblores blancos.

Así, la esencialidad del misticismo abre los sótanos del mundo posible y sínico. La intensidad de la palabra “muerte”, es proporcional a la respiración de la vida cultural del pueblo en que se inscribe y, del sujeto que la objetiva de una y mil maneras.

Ahora bien, su carácter, personalidad y su acta de nacimiento, constituyen su grafía genética social, pero también poética. La magia de la palabra la sepulta pero también la resucita, juega con ella y, se deja querer en novenarios perennes, sólo mientras haya vida pronunciable, porque la palabra la hace presente, la fertiliza en sus fundamentos.

A continuación 3 poemas de mi inspiración de los denominados “acrósticos”, creados y dedicados a esa señorona destellante de tinieblas llamada Muerte. La cual es la más antigua y legítima interesada en cada uno de nosotros, he aquí:

DESDE PRINCIPIO A FIN

Mísera monigote, momia milenaria de esta y de la nada, perfecta médium

Ultima penumbra antes que la nada, nido de huesos, mayorista de tinieblas, asqueroso menU

Envuelves la vida carroña trasmuda, clavas tus huesos de sable en tierra perpetua, intolerablE
Rimas macabramente en noches repletas de obscuridad, con tu blanqueaR

Terrible anunciada de silencio figura, visita señal de inframundo interneT

Envidias las horas, pasiones, olores, colores de vida; porque así opaca eres tú la muertE

ALMA Y CUERPO DE LA MUERTE
Mirarte de reojo apenas me atrevo, aMarte de cuerpo entero jamás he podido,

Úrgeme desterrarte de este pueblo grande que es la vida, pues Urdes pendejadas de las

prohibidas

Etérea eres pero te detecto, te inhalo aunque no quiera, Ente de muy dudoso origen y de muy

concreto fin.

Resta eres, ahorcas doble, dejando patalear el cuerpo de la duda, aRrematas, a hombres y

almas.

Te coquetean haciéndote caravanas, te bailan y se Te olvida el ritmo mientras llega el

macabro.

Entre espada y pared te presentas, empuñando filoso acero con El que descuartizas la vida de

cuerpo entero.

TRÉBOL NEGRO…LOS ECOS DE LA MUERTE

Muerte, mujer milenaria con misma cara,

Mujer pérfida, descarada, nunca faltas a tu cita sagrada,

Madre última, ojerosa, descarnada, a veces convocada, otras rechazada.

Ulcera que unges con olor fétido, a

Ultranza husmeas entre pedazos de sagrada vida,

Urdiendo último atraco al girón de alegría; cualquier labrador de estos días.

Eterna mujer de ayer hoy y de siempre,

Estampa colgada de cualquier hora, mes y año,

Estampa opaca de las más muertas y sollozantes tinieblas.

Remanente de ágil paciencia,

Reina de todos los mares y confines existenciales,

Remas a lo largo y ancho, finita turbulenta vida, fulminantemente aplastándola en la

sepultura.

Troyana, samurái, gladiadora, faraón que vences a la vida sin capitular la nada,

Tijeras mortales que rasgas de lado a lado con doble dolor el cuerpo y el alma,

Títere funesto, destino que laboras sin descanso, últimas penurias, vida lánguida.

Emisaria que llegas nítidamente al alma, dolor de vida, a la recóndita duda,

Emisora única del espejismo del último color suspirante del arco iris de la vida, Estación diferente a primavera, verano, otoño, invierno; tierra; nuevo hogar por

amueblar y habitar, colonia mágica conceptual,...

muerte triangular... andando pues,

andando, hasta arriba y,

hasta el final.

* Víctor M. Estupiñán Munguía: Pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- 

Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora- “Por la paz del mundo”           victor-79@live.com.mx

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