LA DIETA DE LA ZONA DESCUBRIÓ LA CURACIÓN DE LA OBESIDAD Y LA DIABETES
Capítulo 1: origen de la obesidad
Por Héctor Medina Varalta
Guadalajara, Jalisco. El origen de la obesidad, no es el consumo exagerado de calorías, sino el hecho de que antes de que la persona ingiera bastantes calorías, obviamente, esto la lleva a una obesidad; si la persona tiene genes de obesidad, si consume muchas calorías, esa enfermedad crónico-degenerativa se va a desarrollar. Lo que se sabe actualmente es que la obesidad empieza en las células y que el fenómeno es más silencioso de lo que nos imaginábamos. Al organismo le toma un tiempo determinado para poder encender los genes de la obesidad en aquella persona que lo posee. El primer requisito para padecer obesidad, es tener genes de obesidad, y si esos genes vienen de la primera generación, es decir, papá y mamá; la segunda generación, los abuelos; la tercera generación y cuatro generaciones atrás pueden trasmitir los genes de obesidad. Ninguna persona puede tener obesidad sino tiene genes de obesidad. El segundo requisito, se sabe que antes de que la persona coma demasiadas calorías o alimentos chatarra, tiene que ver, generalmente tiene que ver con un fenómeno llamado inflamación celular. La inflamación celular es el origen de la obesidad y es el origen de muchas otras enfermedades, si la inflamación celular está ahí, silenciosa, sin poderse detectar, porque apenas hace aproximadamente 20 años nadie podía medir la inflamación celular, ahora la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, a la par con el laboratorio NDI (por sus siglas en inglés), están midiendo los niveles de inflamación celular.
Inflamación celular
La Dra. Silvia Orozco Aviña, directora de la Dieta de la zona en México refiere que en nuestro país tenemos la gran fortuna de tener un laboratorio canadiense (en Guadalajara) que mide la inflamación celular. La inflamación celular es un tema que está interesado mucho a los científicos y a los médicos porque antes no se sabía por qué se originaba, ahora se sabe que comienza ahí. El principal responsable de la inflamación celular es una gran deficiencia de nutrientes antinflamatorios. Esto es lo más básico y lo más importante, de los cuales existen las grasas Omega 3 de cadena larga, de origen marino, principalmente del pescado EPA ((ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), estas grasas son las que reducen la inflamación celular. Actualmente, no la tenemos en nuestro organismo porque hace 100 años comíamos un 80 por ciento más de pescado, ahora hemos bajado su consumo. Ahora lo que tenemos es una generación de jóvenes, niños y adultos que tienen muy poca cantidad de estas grasas por no consumirla por tres generaciones, por esta razón la inflamación celular se ha desatado como una epidemia, y nadie sabe que está ahí porque no la mide.
Las grasas vegetales no fueron diseñadas para comerlas
“Afortunadamente, el laboratorio NDI de medicina preventiva que se encuentra en México a través de la Universidad Canadiense ha traído mucha luz porque hemos hecho un protocolo con más de 200 mil pacientes, y hemos detectado que la inflamación celular está muy alta en los mexicanos; y que está más alta en los niños. Los niveles normales de la inflamación celular deberían de ser de 1.5 como los esquimales o los japoneses de las regiones de Okinawa, ahora resulta que estamos manejando inflamaciones hasta de 20 o de 30 en el mexicano. Entonces, esa inflamación celular sumada a que si la persona tiene genes de obesidad activa o dispara esos genes de obesidad, y empieza a activarse en el cerebro un deseo irresistible por comer alimentos chatarra o por comer muchas calorías. En la función celular se encuentra el origen de la obesidad y es el origen de muchas otras enfermedades crónicas-degenerativas. Pero a final de cuentas, esa inflamación celular producida por la gran deficiencia de ácidos grasos omega 3 se verá empeorada con los alimentos chatarra, porque éstos son ricos en azúcares, almidones, en grasas vegetales como: aceite de maíz, aceite de soya, aceite de girasol, aceite de canola. Estos aceites elevan una grasa que se llama ácido linoleico, el cual se convierte en ácido araquidónico, y eso sube la inflamación celular. Estas grasas vegetales no fueron diseñadas ni para freírlas ni para comerlas; son cómo si colocásemos en unas brazas ese aceite y el fuego estuviese mucho más encendido. Se sabe que nuestras abuelas cocinaban con manteca de cerdo, pero se sabe que la manteca de cerdo no contiene esta grasa tóxica e inflamatoria y había menos obesidad, menos diabetes y menos cáncer, pues también la inflamación celular produce la diabetes y el cáncer”-Refirió.
Fenómeno metabólico después del daño celular
La resistencia a la insulina, es que nuestras células, normalmente reciben la hormona insulina cada vez que comemos carbohidratos, nuestro páncreas produce insulina; los carbohidratos son todo lo que crece sobre la Tierra: frutas, verduras, harinas, cereales y granos, mientras más azúcar tiene ese carbohidrato, porque todos los carbohidratos están compuestos de azúcar, más se eleva la insulina. Entonces, la inflamación crónica, la falta de omega 3 y el alimento continúo de grasas linoleicas tóxicas inflamatorias y de carbohidratos de alta carga de azúcar como panes, harinas, cereales, granos, chocolates, dulces, refrescos, galletas, es una bomba para las células, y eso es lo que produce lo que se conoce como resistencia a la insulina: primero hay inflamación celular y luego resistencia a la insulina. Es decir, la insulina que es la transportadora del azúcar ya no entra a la célula, entonces, el cerebro manda un mensaje al cuerpo de que no a recibido azúcar. Es algo así como comer y nunca saciarse; la complicación más terrible de la inflamación celular a corto plazo se llama, un apetito irresistible, un antojo por comer, un comportamiento compulsivo por comer alimentos chatarra, harinas, cereales, refrescos azúcares o grasas linoleicas. Por eso yo creo que antes era muy simple: bajábamos las calorías y el paciente bajaba de peso, pero veíamos que el paciente ganaba peso de nuevo. Ahora lo que entendemos, es que primero hay que cambiar la inflamación celular, medirla (a través del examen de inflamación celular, el médico mide la inflamación, el paciente empieza a recibir una dosis correcta de omega 3, pero que no esté contaminado, que no contenga mercurio, dioxinas, PCB, metales pesados, y esa grasa omega 3 empieza a reducir la inflamación celular. Eso sería el primer paso para curar la obesidad; al bajar la inflamación celular, los genes se empiezan a apagar. Así como se enciende y se apaga un switch, ahora se sabe que la ciencia de genonutr ición o multigenómica, que los genes se pueden silenciar o activar. Al controlar la inflamación celular a través de una buena dosis de omega 3, que sea para consumo humano, libre de contaminantes porque los aceites de pescado la mayoría están contaminados: tienen químicos, dioxina, TSDS, metales pesados, sale más caro el remedio que la enfermedad, pues cuando una persona consume estos ingredientes incrementa más la inflamación, y el riesgo a cáncer, diabetes y a muchas enfermedades crónicas.
Cuidado con el Omega 3 que consume
Las asociaciones ambientalistas de los Estados Unidos en el Estado de California han entablado ocho demandas en este momento para ocho compañías que venden Omega 3 en ese país, que están produciendo tóxicos por los tóxicos que tienen. Por lo tanto, alertamos a los lectores para que visite una página Web que se llama: www.omega3consumohumano.com.mx
El proceso de limpieza y purificación del aceite es muy caro, sin embargo, nosotros hicimos cuentas y llegamos a la conclusión que si hiciéramos una campaña en todo el país para reducir la inflamación celular en toda la población, tendríamos que dar dos cápsulas de Omega 3 para consumo humano, que sea libre de contaminantes, que no dañe al paciente y que baje la inflamación celular para empezar a reducir los genes de la obesidad, y eso es posible. La cantidad que tendría que invertir un mexicano sería 10.56 pesos. Esa cantidad la tiene la mayor parte de los mexicanos, y si las instituciones de salud pudieran ofrecerlo para la comunidad, ahorrarían muchísimo dinero y se evitarían mayores enfermedades como las cardiovasculares, diabetes, insuficiencia renal, algunos tipos de cáncer, enfermedades autoinmunes, entre otras. Ahora nos explicamos porque el paciente con obesidad padece tantas enfermedades. Lo curioso del caso es que el paciente delgado no engorda. El paciente delgado no tiene genes de obesidad y tiene mucha inflamación celular, y ese paciente también padece diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Por eso es tan importante, tanto al paciente delgado como al paciente obeso medir la inflamación celular. Estábamos luchando contra un agente desconocido y ahora sabemos que el principio para manejar la obesidad es reducir la inflamación celular a través de un gramo de Omega, que son dos cápsulas, pero es muy importante que sea para consumo humano.
El 24 de noviembre se lanzará la tecnología más avanzada para curar la obesidad
Ahora nos encontramos ante una disyuntiva, ya bajamos la inflamación, ya dimos dos cápsulas de Omega 3 para consumo humano, ahora lo que sigue es vencer la resistencia a la insulina. La resistencia a la insulina en palabras muy sencillas, traducidas al español para que la mayor parte de las personas lo entienda, es que cuando uno tiene resistencia a la insulina no se puede parar de comer. El paciente empieza una dieta pero siempre se le van a antojar otros alimentos y la va a quebrar. Ese es el círculo vicioso en el que está envuelta la mayor parte de la gente que padece obesidad en nuestro país, que es el 70 por ciento, y no se puede salir de ese círculo vicioso, porque las compañías que venden productos para bajar de peso, es una droga que produce efectos colaterales que son peligros, y que a final de cuentas son temporales. Cuando dejan el medicamento, como el paciente tiene resistencia a la insulina, el cerebro quiere comer, comer y comer. Desafortunadamente si el paciente no cambia su alimentación, la resistencia a la insulina puede llevar a las complicaciones más fuertes que tiene la obesidad: los ataques cardiacos, enfermedad cardiovascular, hipertensión, la diabetes y el cáncer. Considero que lo primero que se tiene que hacer, es abrir la boca y tomar un gramo de Omega 3 para consumo humano, y lo segundo, es que el Dr. Barry Sears, creador del concepto de la Zona en Estados Unidos e investigador del Instituto MEAT (Instituto Tecnológico Massachusetts Investigador en Lípidos), que también fue el creador del concepto de la Zona Antinflamatoria, que es un concepto de estilo de vida, que lleva la combinación de un buen plan de alimentos que reducen la inflamación celular: un poco de Omega todos los días, un poco de ejercicio moderado y el control del estrés, ahora tiene una herramienta muy importante para los mexicanos. La noticia es la siguiente: el 24 de noviembre en la ciudad de México (es una primicia) se lanzará la tecnología más reciente para curar la obesidad.
(0133) 3640-4900/01 www.zonediet.com.mx
Estimad@ lector, no deje de leer la segunda parte de esta interesantísima entrevista, puede salvarle la vida.
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