LA CRÓNICA DE HOY, PUBLICA

 

 

Premio Crónica 2012
"Me resultó muy difícil dejar la máquina mecánica", dice Jacobo Zabludovski
... pero el que no aprende a usar las herramientas se queda rezagado

Por Tomado de: / Juan Manuel Asai / Crónica

 

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=707495

“Me resultó muy difícil dejar la máquina mecánica. A los  ochenta años de edad tuve que aprender a escribir en computadora. Los nuevos aparatos son como novias esquivas”. La  revelación la hizo a Crónica el legendario periodista Jacobo Zabludovsky,  con 70 años  ejerciendo lo que él suele describir como el mejor oficio del mundo. Lo dice con tal convicción que tal vez sea cierto. El comunicador recibió de manos de su entrañable amigo, Miguel Alemán Velasco, el Premio Crónica 2012 en Comunicación  Pública, durante la emotiva ceremonia  realizada en el patio central del Club de  Banqueros.

Con ese motivo, para profundizar  en su visión del oficio periodístico, Crónica planteó una serie de preguntas que Zabludovsky respondió con  precisión de neurocirujano. Sus respuestas  permiten descifrar las claves de su prolongada vigencia profesional. El día de la premiación, durante su discurso de aceptación, El comunicador dijo que el Premio Crónica era especial, ya que el estímulo se  multiplicaba  al tratarse de un reconocimiento entre colegas periodistas.  Reconoce que hay una regla: el periodista que no aprende a usar las nuevas herramientas queda rezagado. Lo dice un profesional de la información acostumbrado a ser protagonista de despliegues técnicos asombrosos, como su histórica narración  de la llegada del hombre a la Luna,  hazaña que superó incluso lo imaginado por Julio Verne, pues no sólo el hombre fue capaz de trasladarse al satélite natural, sino que los que se quedaron en la Tierra lo pudieron ver por televisión, en la sala de su casa.

Pero no sólo eso. El día del fatídico temblor de septiembre de 1985, Zabludovsky pudo hacer su trabajo  y confeccionar una crónica que todavía hoy estremece,  gracias a que su automóvil era uno de los pocos que tenía teléfono y que seguía  funcionando. A pesar de esto, del rol fundamental de las herramientas, el comunicador es enfático al sostener que el periodismo es el mismo desde que el hombre narró la creación del mundo hace cuatro mil años. La fórmula es, y sigue siendo, narrar un acontecimiento de la mejor manera posible, ya sea la apertura del Mar Rojo o la conformación del nuevo gabinete. Vayamos a la entrevista.

—El semanario Newsweek anunció que abandonará su edición impresa  y se concentrará a su presentación electrónica, ¿qué piensa de este anuncio?

—Es un signo de los tiempos, el periodismo debe usar todas las posibilidades que le ofrece la técnica moderna.

—¿En qué medida los cambios técnicos afectan el ejercicio del periodismo?

—El periodismo es el mismo desde que un hombre narró la creación del mundo hace 4,000 años; cambian las herramientas y tendremos que adecuarnos a ellas, pero la esencia de la información es siempre la misma.

—¿Puede equipararse la aparición de las redes  sociales con el surgimiento de la televisión, en la década de los años  50?

—Tiene similitudes y diferencias, se parecen en que son instrumentos de impresionante eficacia y se diferencian  en que  la televisión significaba invertir mucho dinero para operarla y las redes sociales son gratis.

—¿Cómo logró  ser un buen periodista de esa época, de hace más de medio siglo, y seguirlo siendo en nuestros días?

—Lo único que sé es que pronto cumpliré setenta años de periodista y cada vez me gusta más mi oficio.

—La  capacidad de adaptación al cambio no es una cualidad general,  algunos de sus colegas no la tuvieron y se quedaron en el camino…

—El que no aprende a usar las herramientas se queda rezagado.

—¿Cómo es su relación con la técnica, con los aparatos, es amistosa o no?

—Me cuesta mucho trabajo adaptarme a los nuevos aparatos, pero no los considero mis enemigos,  para ser cursi diría que son como novias esquivas.

—¿Le resultó complicado pasar de las máquinas mecánicas de escribir a las computadoras?

—Me resultó muy difícil dejar la máquina mecánica. A los ochenta años de edad tuve que aprender a escribir en computadora.

—¿Está  consciente del papel que  jugó el teléfono de su auto que usó en la legendaria crónica  del temblor del 85?

—Es un ejemplo de la ventaja de tener a la mano los instrumentos de la técnica moderna. Pude transmitir el día del terremoto porque tenía un teléfono en mi coche.

—¿Cuando está al aire piensa en temas como la responsabilidad social de los periodistas?

—Cuando estoy al aire me concentró en el contenido de mi programa de radio o televisión. La producción está a cargo de los productores y la técnica a cargo de los técnicos; yo me ocupo del contenido periodístico.

—¿Qué piensa de la fama, le gusta o nada más  la soporta?  Usted suele ser más conocido y afamado que las personas que entrevista, ¿cómo lo toma?

—La fama  no me molesta. Me halaga y me estimula. Agradezco a todas las personas que se me acercan a pedir un autógrafo o una fotografía. Es una consecuencia de mi profesión y contribuye a estimularme para ser mejor cada día.

“Los nuevos aparatos son como novias esquivas”

Con precisión de neurocirujano, el Premio Crónica 2012 responde a las preguntas de este diario, resaltando que haber sido galardonado por colegas periodistas se convierte en un estímulo que se multiplica. Este profesional de la comunicación reconoce que hay una regla: el periodista que no aprende a usar las nuevas herramientas queda rezagado, ello porque afirma: “me resultó muy difícil dejar la máquina mecánica y a los 80 años tuve que aprender a escribir en computadora”

TV y redes sociales, similitudes y diferencias

De la similitud entre redes sociales y la llegada de la televisión en los años 50, el comunicador que narró la llegada del hombre a la Luna señala:

“Tienen similitudes y diferencias, se parecen en que son instrumentos de impresionante eficacia y se diferencian en que la televisión significaba invertir mucho dinero para operarla y las redes sociales son gratis”.

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