AGUSTIN LARA: CANTÓ AL AMOR Y A LA BELLEZA

 

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POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

 

Dra. Zaida Alicia Lladó  Castillo

Como el poeta o el pintor que ve en el paisaje, la mujer, hombre, niño, mar, cielo, flor, naturaleza, etc., el sentimiento de la hermosura, igual lo es el compositor que embriagado de emoción, hace un homenaje a todo aquello que le inspira.

Así era para mí, el mejor compositor de música romántica que ha dado México al mundo: Agustín Lara, quien el 6 de noviembre pasado cumpliera 42 años de haber fallecido.

La vida de Agustín Lara estuvo llena de pasajes violentos y apasionados y no podía ser para menos, porque ésta estuvo ligada primordialmente a la música y a las mujeres. Pero, ambos hábitos los adquirió por formación.

Agustín Lara nació un primero de Octubre de 1897 o 1900, en el seno de una familia acomodada. Aunque se disputa su natalidad entre la Cd. De México y Tlacotalpan, Veracruz., la realidad es que es más factible su natalidad veracruzana, porque su familia estuvo ligada por cuestiones de negocios al Puerto de Veracruz. Fueron sus padres el doctor Joaquín Lara y María Aguirre del Pino y el niño fue bautizado con el nombre de: Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso Rojas Canela del Sagrado Corazón de Jesús. Estudió en el Liceo Fournier del puerto de Veracruz. Su pasión por la música, comenzó en edad temprana, al oír a su padre tocar el piano en casa. En 1906 la familia se fue a radicar a la Ciudad de México, llegando a vivir con su tía Refugio, en cuya capilla existía un armonio que fue el primer instrumento con el que Agustín tuvo contacto formal con la música, ya que  al descubrírsele sus aptitudes musicales, lo pusieron a estudiar piano.

Y desde esa tierna edad, como dijera Beila Zider 1en una preciosa metáfora, Agustín Lara “convierte al piano en el Rocinante que lo hará cabalgar el camino de su vida real”. 

Y Agustín toma al piano con vocación logrando estudiarlo y perfeccionarlo junto a varios maestros, pero finalmente decide continuar de manera autodidacta. Siendo casi un niño, ingresa al Colegio Militar y a los 13 años deja la escuela. Al abandonar su padre el hogar, Agustín, se obliga a trabajar y lo hace en lo que sabía hacer muy bien: tocar el piano, componer canciones y cantar, y comienza a desempeñarse como pianista en los burdeles.

Luego entonces, de lo que el joven Lara se alimenta desde esa edad hasta su juventud, es del ambiente compuesto de licor, tabaco y amores. Y se satisface de la música y de ver féminas hermosas, algunas sufriendo  otras disfrutando “de vender su amor”. Y aprende las artes de la seducción al observar a los varones su acercamiento con las “damas”, las que por dinero ofrecen sus caricias, noche a noche.  Y en ese medio, también corre riesgos al enamorarse las mujeres del él, a tal grado que una de ellas un día lo agrede por celos.

El propio Agustín  Lara narraba en su momento,  de la siguiente manera el hecho:

“En el año de 1927 empecé a trabajar en un cabaret de Santa María la Redonda. No era,  desde luego, un lugar de postín, pero corrían tiempos diferentes a los de mi niñez y juventud… Trabajaba en un cabaret una chica bastante guapa llamada Estrella – o al menos con ese nombre se le conocía- que estaba encaprichada conmigo. Pero a mí no me interesaba…. Cierta noche la invité simulando que estaba muy interesado en otra mujer. Ella cegada por los celos se abalanzó sobre mí, armada de una navaja, y me cortó la cara”.

Sin embargo poco le  acomplejó su cicatriz en la cara, por el contrario, le afianzó en su virilidad y era algo de lo que podía presumir. Y en ese ambiente Agustín Lara, se inspira y se especializa entonces como trovador de lupanares, pero ve en esas mujeres a sus musas y les hace un homenaje en sus canciones; de ahí nacen, Farolito, El organillero, La prisionera, Pecadora, Rival, Te vendes y una de las más sentidas: Aventurera:

“…Vende caro tu amor, aventurera

da el precio del dolor, a tu pasado

y aquel que de tu boca la miel quiera

que pague con brillantes tu pecado…

y aunque la infamia de tu ruin destino

marchitó tu admirable primavera

haz menos escabroso tu camino

vende caro tu amor aventurera...”

Durante la década de los años 20 comienza a tocar en las salas de cine donde sus canciones son interpretadas por los cantantes de moda: Juan Arvizu y Maruja Pérez.  
En la década del 30, con su orquesta El Son de Marabú, comienza a presentarse en la radiodifusora XEW, de reciente creación. Al poco tiempo tuvo el programa "La Hora Azul". En esta emisión apoyó y dio oportunidad a diversos artistas que iniciaban su carrera; varios de ellos, con el tiempo, se convirtieron en famosos intérpretes, entre ellos: Pedro Vargas, Alejandro Algara y la extraordinaria Toña la Negra.

A María Antonieta del Carmen Peregrino Álvarez, más conocida como Toña “La Negra”, Agustín Lara la descubre en 1932 y le impresiona su voz y estilo incomparable. Como el lo decía: "En 1932 escuché a una joven cantante desconocida. Abrir ella la boca y abrirla yo también, pasmado, fue todo uno. Cuando la oí cantar en aquella fiesta me levanté para preguntarle quién era, de dónde había salido. Me respondió que le decían Toña La Negra y que era de un barrio del puerto. Impresionado, la invité a comer al día siguiente, para descubrir que había llegado una nueva musa a mi vida. Escribí «Lamento jarocho» sólo para ella”. 2         

Y con “Toña”, le canta a Veracruz, de manera sublime y crea los himnos dedicados a esta tierra rumbera y jarocha, trovadora de veras: Veracruz, Lamento Jarocho, entre tantas. Pero también le canta al amor con canciones como: Amor de mis amores, Arráncame la vida, Dueña mía, Estoy pensando en ti, Piensa en mí y Noche de ronda, etc.,

“Noche de ronda  
qué triste pasa  
qué triste cruza  
por mi balcón.  
noche de ronda  
cómo me hiere  
cómo lastima  
mi corazón”.

Las musas de Agustín Lara  fueron sus compañeras sentimentales. Carmen «La Chata» Zozaya, Clarita Martínez, Viayney Larraga, Yolanda Gasca y María Félix (una de las mujeres más bellas del mundo) y Rocío Duran, la última mujer de las por lo menos 10 estables que tuvo Lara.

Por eso le cantó tanto a sus mujeres, porque siendo tan bellas y el tan poco agraciado, sólo con declarárseles en sus canciones las conquistaba y no se le resistían, porque su música fue siempre un obsequio a sus caricias: Dueña mía, María bonita, Palabras de mujer, Santa, Volverás, Solamente una vez y una de las más famosas: Mujer,

Mujer, mujer divina  
tienes el veneno que fascina en tu mirar.  
mujer alabastrina,  
tienes vibración de sonatina pasional,  
tienes el perfume de un naranjo en flor,  
el altivo porte de una majestad.  
sabes de los filtros que hay en el amor,  
tienes el hechizo de la liviandad,  
La divina magia de un atardecer,  
y la maravilla de la inspiración.  
tienes en el ritmo de tu ser,  
todo el palpitar de una canción.  
eres la razón de mi existir, MUJER.

Como igualmente cuando dedicó sus canciones a la Madre Patria con sus célebres schotis “Madrid”, “Valencia”, “Sevilla”, “Navarra”, “Toledo”, “Murcia” y la preciosa : “Granada”; 

Granada manola,  
cantada en coplas preciosas  
no tengo otra cosa que darte  
que un ramo de rosas,  
de rosas de suave fragancia  
que le dieran marco a la virgen morena.  
Granada,  
tu tierra está llena  
de lindas mujeres  
de sangre y de sol.

Entre otras también: Silverio, Clavel Sevillano, Novillero, la Carmen del Chamberí, Cuerdas de mi Guitarra, Sultana, Suerte Loca y Españolería, etc.

Agustín Lara, el genio, el enamorado, el incorregible. Un hombre que puso muy en alto la música romántica mexicana, inigualable, incomparable, que vivió intensamente, cantándole al amor y a la belleza. Para mi gusto, como músico, único.

En 1967 su salud comenzó a flaquear y Lara se retira poco a poco del mundo artístico. En octubre de 1970, se fractura el fémur y al estar en tratamiento le vino una recaída y le provoca una insuficiencia respiratoria y el 6 de noviembre de ese mismo año por las complicaciones en sus pulmones, fallece a los 73 años de edad. Sus restos reposan en la Rotonda de los Hombres Ilustres3, pero su música vivirá siempre en cada corazón inspirado o enamorado.

La música de Agustín Lara, seguramente pobló  el planeta y la República Mexicana, porque fue artífice de una época plena de romanticismo e inspiración para conquistar a la mujer con la palabra, con el gesto, con la sonrisa, con la música hecha poesía. Porque está probado, que a una mujer a la que le hacen sentir hermosa (aun sin serlo) y se le da respeto en cada frase cercana, no se le resiste a un verdadero hombre, jamás. Porque para Lara , todas las mujeres fueran lo sea, eran puras, santas:

Aparta, de mi senda, todas las espinas  
Calienta, con tus besos, mi desilusión  
Santa, santa mía  
Alumbra con tu luz, mi corazón

Por eso y mucho más, gracias Agustín Lara por tanto amor. Hasta la próxima.    

1 Zider, Beila (2007). Una pasión y dos quijotes. Don Quijote de la Mancha y Agustín Lara. (San José de Costa Rica, Editorial Universidad Estatal a Distancia (EUNED), p. 7)

2 (http://biomusica.blogspot.com/)

3 Morillo Vilches, Luis.  Agustín Lara , El flaco de oro”     http://www.angelfire.com/ga/garnata/LARA.html

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