LONDRES 2012 LOS DIOSES DEL OLIMPO Y CRISIS MUNDIAL

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Por Víctor Manuel Estupiñán Munguía*

“Si no importa quién gana o pierde en el juego, ¿entonces por qué llevan la cuenta en el marcador?  Vince Lombardi

MÁQUINAS HUMANAS, MODELOS ÚNICOS

Sin lugar a dudas que el deporte y la cultura física son inherentes al hombre y a los pueblos sanos. La actividad física es la garantía de una mejor calidad de vida. Sin embargo, lo que no vemos en las olimpiadas merece humildemente un análisis filosófico.

Una de las características de estas olimpiadas del 2012, consiste en el destronamiento de muchas marcas olímpicas, otra es el protagonismo de los  superhéroes olímpicos como “El señor del viento” o “El relámpago del universo”, “Los cuatros ventarrones”, “El rey Tritón”, “Las reinas de la garrocha”, “Las reinas olímpicas”, “Diosas del deporte”, “La bestia”, etc.

En Londres, los nuevos dioses del Olimpo se han posesionado de la cima del Monte Olimpo, destronando a los ya cansados y caducos, hoy, los nuevos herederos exigen su reconocimiento mundial.

Por ejemplo, ¿Qué decir de los 4 hombres más veloces, los “flas”, “Los hombres relámpagos” de toda la historia de la humanidad?  Las proezas olímpicas llueven por donde quiera.

Sólo como botones de muestra del destronamiento y de las nuevas marcas tenemos:

“Reino Unido ganó…la medalla de oro en la competencia ciclista de persecución por equipos para varones con un tiempo de 3:51,659, un nuevo récord…” 

“Francia conquistó su segunda medalla de oro en la natación de los Juegos…cuando su nadadora Camille Muffat estableció un nuevo récord olímpico, en la prueba de los 400 metros libres femenil…hizo un tiempo de cuatro minutos, un segundo y 45 centésimas”.

“La atleta etíope Tiki Gelana se llevó la medalla de oro de la prueba de maratón femenil de los Juegos…con lo además impuso nuevo récord olímpico con una marca de 2:23:07 horas”.

“El jamaiquino Usain Bolt ganó…medalla de oro de los 100 metros llanos de los Juegos de Londres 2012 con un nuevo récord olímpico, al clavar el reloj en 9 segundos y 63 centésimas”. La verdad que nos ocuparía mucho espacio enumerar todas las antiguas marcas destronadas y señalar las nuevas.

Sin embargo, dentro de los competidores “Tritones” y “sirenas”, así como en todos los Juegos Olímpicos, la figura central, “La gloria suprema”, el “Dios del Olimpo” es Michael Phelps, oriundo de Baltimore EE. UU., una verdadera máquina arrasadora de los Juegos Olímpicos.  

Con  18 medallas de oro y, 22 medallas en total, con nueva triple corona en una prueba de la natación, con 27 años de edad. Superando la marca de 18 de la gimnasta soviética Larisa Latynina. Calificado como un “Poseidón” o “Neptuno de las olimpiadas”; “El delfín olímpico”.

Para tener una idea, México en toda su historia no completa las 18 medallas de oro, que dicho atleta consiguió personalmente. Esto me trae a colación el recuerdo sobre todo, aquella serie de tv de hace algunas décadas denominada: “El hombre nuclear”, el cual podía correr como un bólido, levantar pesos extraordinarios, adecuar sus “ojos biónicos”, para reconvertirlos en una especie de telescopio, entre muchas cualidades más.

Pero ¿Qué hay detrás de la sana convivencia internacional de los juegos olímpicos? ¿Cuáles son los verdaderos intereses que predominan en tan magnos eventos?

Lejos de seguir con la antigua filosofía griega por el culto al cuerpo y a la mente, la cual se resumía en: “mente sana en cuerpo sano”, actualmente los países se han venido preocupando por la construcción de un nuevo producto, un hombre que más bien ha desencadenado en supermáquinas humanoides, es decir, la moderna generación limitada del modelo: “el guerrero deportista”.

Estos modelos son en todas las disciplinas posibles y, su utilización consiste en exponerlos a que compitan en las olimpiadas cada cuatro años y, en torneos nacionales e internacionales continuamente.

Pero como cuestan mucho su producción, no pueden ser fabricados masivamente, por lo cada país lo hace según sus posibilidades recurriéndose a la selección “natural”.

A estas criaturas se les separa y, los países más ricos no deparan en que las nuevas tecnologías apoyen a dichos proyectos. Desde la invención especializada de nuevos alimentos, hasta las más increíble máquinas involucradas para conseguir los objetivos de “altos rendimientos”.

Pasando por asesoramientos y técnicas psicológicas, con el afán de modificar conductas, metabolismos y autoestimas a cualquier precio. Estudio milimétricos de números de zancadas por metros, alturas de piernas, velocidades de brazadas, etc., toda una metodología de alta precisión para la adecuación de la “máquina humana” al modelo del éxito.

La ciencia deportiva se ha desarrollado en función del mismo proyecto de “superatleta”, estas máquinas recubiertas de músculos, en construcción y perfeccionamiento permanente, deben de estar bien lubricadas para que puedan competir en el modernísimo circo romano mundial.

Explotando el modelo de arquetipos del “héroe deportivo” con funcionamientos cada vez más espectaculares y consumistas. También en las inauguraciones, los países anfitriones compiten para dar el mejor espectáculo de bienvenida y,  tratar de superar al anterior.

Puesto que muchos de ellos son los mismos que nos encontramos en anuncios de las propias firmas que se encargaron de diseñarlos y construirlos. Las mismas firmas envenenadoras de de la población de países enteros, los responsables de la enfermedad social y contaminación del planeta. Anuncian indistintamente desde comida chatarra, hasta zapatos deportivos, camisetas, sudaderas, pants, máquinas ejercitadoras, bebidas energetizantes e, infinidad de artículos.

Así, mientras que los gobiernos invierten cuidadosamente en conseguir la construcción divina de estos seres dignos del Olimpo; seres de “alta exposición”, ya sea  por sus musculaturas, fuerzas, destrezas, velocidades, estaturas, entre más; el mundo entero en términos generales sufre y muere de sobrepeso, diabetes, colesterol, triglicéridos,  hipertensión, estrés, contaminación, ataques del corazón, entre otros.

Por ejemplo, mientras que los países del tercer mundo mueren de hambre literalmente, los países del primero y segundo, lo hacen por consumir de más calorías, grasas, refrescos, azúcar y sal. Es decir, de consumismo.

Pero lo más trágico y paradójico de todo esto, es que son generalmente las mismas firmas trasnacionales y/o capitales, las que se encuentran en ambos lados.

Desgraciadamente  los beneficios archimillonarios son el verdadero trasfondo de las olimpiadas y, su lógica general es en función de costo-beneficio por atleta, por espectáculo, por trasmisión, en otras palabras, por consumismo.

Y es que como lo sostuvo Henry Hazlitt de que: “En una economía sin trabas, en la que salarios, costos y precios quedan a merced del libre juego de la competencia, las perspectivas de beneficio deciden cuáles serán los artículos que se produzcan, en qué cantidades y cuáles los que no han producirse en absoluto”.

Precisamente, dichas reglas de la economía general, son las que también entran en los criterios para la fabricación de las mercancías de hombres-objetos.

Los grandes capitales mundiales-transnacionales son los mismos que “fabrican” indistintamente refrescos e invaden al mundo con comidas chatarra, frituras, cervezas, automóviles, electrónicos, relojes, yates, aviones, armas, explotación, contaminaciones y más. Siendo los mismos que “fabrican” ya sea directa o indirectamente, a las supermáquinas humanoides, es decir, a “Los dioses del Olimpo.

Así, mientras que miles de espectadores asistentes directamente a los Juegos Olímpicos o, como espectadores en los sofás, salas y camas, son generalmente los pacientes y enfermos.

Es decir, los grandes consumistas que decía anteriormente, en cambio, los súper atletas junto con “Las diosas del deporte”, “Las reinas de los juegos”, “Tritones”, “rayos” y “flachers”, son y constituyen la materia prima del entretenimiento espectacular, la otra cara antagónica pero de la misma moneda.

Se argumenta que la filosofía de las olimpiadas es para sembrar la hermandad, solidaridad entre los pueblos, como entre los atletas, sin embargo, lo que vemos es la celosa competencia, el culto egocéntrico, la presión desmedida por ganar a como sea.

Lo que se promueve es el personalismo, el culto a la figura vencedora, al dominador y rey absoluto de la técnica y la estética. Lo comprobamos cundo vemos el desplome desmesurado, los ataques de llantos ahogados, las mímicas de los vencidos y de los vencedores, es allí donde calibramos la verdadera naturaleza y fondo competitivo de dichos “juegos.”

Mediante las olimpiadas, una  nación tienen la oportunidad de proyectarse en la medida de que se corone campeón olímpico, según las medallas ganadas, el prestigio internacional se verá aumentado.

Es un escaparate oportunista por asociación, para enviarles el mensaje  a las masas mundiales de que todos sus productos, incluyendo la cultura, economía y sistema político son buenos.

Los países campeones se posicionan mediante el apoderamiento psicológico. Es una forma de “registrarse”, es decir, de en-marcarse mundialmente. 

LAS OLIMPIADAS DE LAS ENFERMEDADES, PARADOJAS.

Revisemos algunos datos escalofriantes sobre los principales azotes de la humanidad, una epidemia que amenaza y da muerte a la humanidad entera y, que las trasnacionales están metidas en todo esto. Las mismas fabricantes de “los Dioses del Olimpo”.

Tenemos que la población mundial que padece sobrepeso y obesidad había alcanzado para el año 2005, los 1.000 millones de individuos, superando así a los 800 millones de gente desnutrida.

Pero si siguen las tendencias en el mismo sentido, para el año 2015, aumentarán a 1, 500 millones de enfermos. 

Existen más personas con exceso de peso que falta de peso. En gran mediad se debe a que la comida basura es más barata y accesibles que las frutas y vegetales. Es decir, existen sobreofertas y estímulos para promocionar de sobremanera, tanto por parte de los gobiernos como por presiones y regalías de las trasnacionales de la basura.

Mientras que el hambre ha disminuido, el sobrepeso y la obesidad han aumentado vertiginosamente. Han dejado de ser enfermedades de países ricos y ambientes urbanos, para generalizarse también en países pobres y rurales.

La disminución de trabajo físico, más horas de tv, el aumento de consumo de comida basura y, más transporte mecanizado, son algunas causas de tal epidemia.

La ecuación es directamente proporcional con las cardiopatías y “accidentes” vasculares cerebrales.

Pero no es todo, tendríamos que reconsiderar el otro azote entrelazado: la diabetes. Sólo por mencionar un dato, en México se calcula conservadoramente que existen más de 10 millones de enfermos, y, muchos más que no lo saben o son iniciados diabéticos.

Según la OMS, la diabetes es la cuarta causa de muerte en el mundo y, la segunda en México. En cambio, Sonora se encuentra entre los 10 primeros estados con más diabetes y, es la tercera causa de muerte de todas las edades.

Hace dos años la diabetes se gastaba alrededor del 12% mundialmente. Se calcula que para el año 2030 superará los 490 billones de dólares.

Se calcula que en el mundo hay unos 300 millones de personas con diabetes, más del 85% del tipo “2”, cobrando 4 millones de vidas al año, siendo la principal causa de ceguera, disfunción renal, ataques cardiacos, infartos y amputaciones.  

La FID predice que si el actual índice continúa creciendo sin control, el número total excederá fácilmente los 435 millones en el 2030.

Son las mismas firmas las que nos venden comida basura y, los mimos que nos venden medicamentos para la diabetes, sobrepeso, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y, todas las demás. Ejemplo, hay mayonesas que poseen hasta 40% de azúcar, similarmente las salsas “cátsups”, que más bien parecen mermeladas.

¿Cómo no considerar grandes fetiches a los campeones olímpicos?, si ellos sí se mueven más, como relámpagos, mientras que nosotros a penas nos movemos, estamos muriendo  de inactividad, pasivamente.

Ellos si comen bien, mientras que nosotros comemos basura. Mientras que ellos son los dioses del Olimpo, nosotros sus admiradores, sus propiedades, sus rezadores de ultratumba.

Así, los atletas son inventarios, partes integrantes del engranaje mundial de la libre empresa deportiva espectacular.

Thomas Hobbes hizo la aportación diciendo que: “La competencia por alcanzar riqueza, honores, mando o cualquier otro poder lleva al antagonismo, a la enemistad y a la guerra. Porque el modo como un competidor consigue sus deseos es matando, sometiendo, suplantando o rechazando a quien compite con él”. Por ejemplo, el equipo de básquet bol de los EE. UU., vale según los contratos con sus integrantes, la cantidad de 900 millones de dólares! Por tan sólo unos cuantos años (algunos por 3, otros por 4 u 5 años), sin tomar en cuenta el valor de “la bolsa de mercado del equipo”.

Ahora bien, sin lugar a dudas que la filosofía competitiva que se estimula en las aulas, mediante el sistema educativo, de evaluación de “puntitos y numeritos”, “estampitas”, medallitas, trofeos y, también socialmente; se ve fortalecido, alineado y estimulado por dichos espacios espectaculares de competencias de “alta precisión”, de “alto rendimiento”, “de dedicación profesional”, etc.

Lejos de ayudar a los participantes y al público internacional a fomentar realmente la tolerancia, solidaridad y humanismo; los Juegos Olímpicos (bueno, más bien los intereses transpuestos), con estas características agresivas de origen, como es el materialismo económico, acumulación sin límites, consumismo y manipulación, atentan velada y subterráneamente, contra los más elementales sistemas de valores y respeto al cuerpo humano. Es decir, éste como la síntesis de la humanidad entera y, como expresión de la naturaleza.

Por ello, constituyen un violento y auténtico atentado lúdico y espectacularmente más, al ecosistema del hombre, en otras palabras, al humanismo.

Como lo dijo el maestro de la gran paciencia, meditación y, del lugar más alto del mundo:

“El enojo, el orgullo y la competencia son nuestros verdaderos enemigos”. Dalai Lama

* Víctor M. Estupiñán Munguía: Pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- 

Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora- “Por la paz del mundo”           victor-79@live.com.mx

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