¿DESPOJAR A LOS VERACRUZANOS DE LA OBRA DE JOSE ITURRIAGA?SERIA UNA TORPEZA.
POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA COLUMNA
Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo
No hablaré de la vida y acciones de Don José Iturriaga y Sauco,a quien se le respetará siempre como gran sociólogo, politólogo, historiador, escritor y asesor de grandes personajes mexicanos y hombre poseedor también de una gran cultura y calidad humana, querido en muchas partes de México pero en especial en el Estado de Veracruz y el pueblo de Coatepec,no porque no lo merezca, más bien quiero concentrar el contenido de este artículo para referir la preocupación que ha movido a su viuda y a la asociación “Amigos de José Iturriaga”, de luchar por una causa que a mi juicio considero justa: hacer valer la última voluntad de este personaje, para que su Biblioteca privada, una de la más importantes y bastas del país, NO se la lleven a la Cd.de México, por petición de su hija, y/o que por codicia y ambición, se despoje a los veracruzanos y en particular al Pueblo de Coatepec, de este patrimonio cedido públicamente por el propio Don José, como una forma de agradecer lo que recibió de este Estado y la ciudad que lo acogió hasta su muerte.
Y esa lucha, que me parece proba, tiene varios trasfondos que voy a tratar de explicarlos y que se sustentan en documentos, notas periodísticas y testimonios directos de quienes presiden la Asociación “Amigos de José Iturriaga”integrada por distinguidos Coatepecanos, además de los informes de revisiones e inventarios que han realizado el Seminario de Cultura Mexicana, y que me fueron proporcionados en la reciente visita que hiciéramos los miembros de “Otero Ciudadano, AC”a esas instalaciones, donde se dio la oportunidad de conocerles y compartir la mesa con ese grupo encabezados por la distinguida señora Doña Reyna Olvera viuda de Iturriaga, poblana de nacimiento pero: “veracruzana de corazón”.
Pero vámonos por partes. El asunto tiene tres trasfondos principales, que se interrelacionan pero que los describo por separado: 1) el legal-familiar, 2) el afectivo y, 3) el político.
El primero, se relaciona con la disputa legal que hace una hija de Don José: Yuriria Iturriaga, quien según ella “a nombre de los hijos de Don José Iturriaga”, reclama la biblioteca privada de su padre, con el alegato de que éste murió intestado y ello justifica el derecho sobre el área donde se ubica la Biblioteca (en Coatepec) y todo lo que en ella se encuentre.
Pero los motivos de carácter familiar provienen de tiempo atrás, y aunque son parte de la vida privada de Don José Iturriaga, lamentablemente hay necesidad de comentarlos, con el mayor respeto, para descubrir que tras de todo ese alegato legal, hay una ambición desmedida (no sólo de familiares) por quedarse con una joya valuada en varios millones de pesos, como ya se ha hecho público en diferentes medios y comprobado con los testimonios y documentos que poseen quienes están llevando el caso.
La disputa legal-familiar. “Don José tenía diversas propiedades en el DF, Cuernavaca y Acapulco, mismas que se hizo uso de ellas por años. Pero a inicios de la década de los 90, Don José se separa de su ex esposa doña Ma. Eugenia de la Fuente, y se otorgan poderes para que cada uno dispusiera de los bienes antes descritos.
“Pero los problemas se vienen, después del divorcio en 2005, a la hora de la repartición de los bienes con los hijos, porque nunca se llevó a cabo la disolución de bienes. Es decir, la extinción de la sociedad conyugal tenía que concluir con la adjudicación de bienes que no se concretó, porque prefirieron de común acuerdo, Don José y Doña María Eugenia, continuar disponiendo de los mismos por medio de los poderes que se otorgaron de manera mutua”(Entrevista a “Amigos de José Iturriaga”, 23/ agosto/2012).
Pero a la muerte de Don José, Yuriria ahora reclama derechos sobre el patrimonio cultural de su padre ubicado en la ciudad de Coatepec.
El asunto afectivo. “El terreno y casa de Coatepec, fueron adquiridos en 1993, por Don José. Se trata de la casona de la calle Nicolás Bravo no. 86 de esa ciudad, donde llega a vivir con su nueva pareja, Doña Reyna, con la que se casa posteriormente al quedar legalmente divorciado en 2005. Y en ésta propiedad, mandó hacer expresamente un galerón o edificio idéntico al que tenía en la ciudad de México, con las mismas medidas, instalando ahí su biblioteca y junto con su esposa la cuidaron y preservaron durante 16 años y fue su orgullo hasta el último suspiro de vida”(ibíd.)
Por eso, Don José, previendo lo que se podría venir en caso de morir, (que la Biblioteca fuera la manzana de la discordia entre los hijos), y por lo mucho que sentimentalmente significaba para él ese patrimonio, decidió definir su legado cultural:
Por una parte, hacer una separación de los dominios de la casa de Coatepec, y de la biblioteca; es decir, cada una tiene escrituras aparte. El dominio de la casa fue cedido por Don José: “ a Erick Valdez Olvera, hijo de Doña Reyna (y su hijo de crianza) y se realizó a través de una compra-venta, protocolizada por la notario de Coatepec, Georgina Kawas de Tellez, el 8 de enero de 2011, tres meses antes de su muerte, donde se enajenan mil 745 metros cuadrados de los dos mil diez de esa propiedad, “dejando sólo los 265 metros que ocupa el inmueble donde se halla la biblioteca, sin adjudicarle a ésta el terreno circundante”. (Escritura 8004, Serie D, Folios 279188). Y por la otra, expresar su voluntad públicamente; legar al Pueblo de Veracruz su acervo cultural, como lo hizo saber en la sesión del Congreso del Estado del 3 de diciembre de 2010”, en cuya intervención mencionara: “En memoria de Don Adolfo Ruiz Cortines he decidido donar a Veracruz, mi biblioteca y hemeroteca particular que consta de más de 30 mil volúmenes junto con el inmueble que lo alberga, en nuestro querido Coatepec. Mi deseo es que ahí se puedan formar más jóvenes afines al ideario ruizcortiniano”. (Diario de los Debates Congreso del Estado de Veracruz, entrega de la medalla “Adolfo Ruiz Cortines a Don José Iturriaga, 3 de Diciembre de 2010).
Incluso, en respeto a ese pronunciamiento público, su propio hijo Renato (quien no pudo asistir a la ceremonia en la que fue condecorado su padre por el Congreso), pero que el 15 de agosto de 2011 publica una carta abierta en el Diario de Xalapa, que dirige al Gobernador Javier Duarte de Ochoa, y a los 2 gobernadores que le precedieron (Miguel Alemán Velazco y Fidel Herrera Beltrán) a las autoridades de la Universidad Veracruzana y a las autoridades del cabildo de Coatepec, la que trascribo aquí de forma íntegra:
“En mi calidad de primogénito de José E. Iturriaga Sauco, y en relación con su biblioteca en la cd. De Coatepec, manifiesto: Mi Padre pasó parte de su niñez en Veracruz, y decidió transitar la última parte de su vida en este Estado de la República. Sus últimos cuatro lustros, los vivió muy feliz en Coatepec. Su cariño entrañable por las tierras jarochas era conocido por sus familiares y amigos…En reciprocidad a la hospitalidad brindada por la comunidad de Coatepec, mi Padre públicamente manifestó que le daría a su tierra adoptiva el privilegio de ser usuaria de su legado bibliográfico…Mi Padre no le dio importancia al requisito de formalizar la donación ante Notario Público. Para él, tenía mas peso su palabra expresada públicamente frente a dos gobernadores, frente al Congreso del Estado y frente a la comunidad de Coatepec.
De igual modo, aunque sus familiares sabíamos cuales eran sus deseos, él, no los plasmó en un testamento…La ausencia de una formalidad jurídica, disparó acciones absurdas y perversas que pusieron en entredicho la forma de su muerte y ponen ahora en entredicho la voluntad de donar su biblioteca al Pueblo de Veracruz. Públicamente repudio esas acciones y me deslindo de su autoría…El desenlace de esta situación está en manos de las autoridades judiciales competentes…A nombre de mi Padre, Don José E. Iturriaga Sauco, pido disculpas a todos sus amigos veracruzanos por el retraso en concretar la donación por él anunciada. Tengo la confianza que por los cauces legales eventualmente se cumplirá su voluntad: Donar sus libros como un testimonio de su amor y gratitud a Veracruz”. (Renato Iturriaga de la Fuente, Diario de Xalapa, Sección primera, Pág. 15. Lunes 15 de Agosto del 2011).
El pasado 21 de abril, durante la develación del busto de su padre en la glorieta que lleva el nombre del ilustre en Coatepec, Renato Iturriaga, al pronunciar un discurso, (no sin antes subrayar que asistía en su carácter de primogénito, y no en representación de toda la familia), manifestó a los medios de comunicación que lo entrevistaron posterior a su alocución: “Yo afirmo que la voluntad de mi padre es que esa biblioteca se quedara en Veracruz, en Coatepec, yo no veo ninguna razón por la cual no se quede aquí. El que no haya una acta firmada ante notario es lo que los abogados de los hijos de mi papá están alegando, yo estoy seguro que la voluntad de mi padre no depende de eso”.(Revista Proceso No. 1853, 6 de mayo de 2012 pág. 79).
Sin embargo pasado más de un año y medio de la muerte de Don José, aun no se puede resolver el problema de la Biblioteca lo que se antoja que existe entonces un trasfondo político que lo impide.
El trasfondo político.Inicialmente se tuvo el intento de ceder a la Universidad Veracruzana en 2009, la biblioteca, pero se vio frustrado debido a que la institución no disponía de los recursos necesarios para hacerse cargo del acervo, pero ofrecía gustosamente la USBI para recibirlo, lo que Don José, no lo aceptó en su momento y se buscó que fuera el patronato de la Fundación de la UV los que lo recibieran, situación que tampoco fructificó. Posteriormente decidió que fuera donada al Pueblo de Coatepec, a través de una Asociación Civil que se denominaría “Centro de Estudios José E. Iturriaga Sauco”y para el efecto, Don José Iturriaga comenzó el proceso de donación de su biblioteca a través del notario N. 6 de la ciudad de Xalapa, Rafael de la Huerta Manjarrez quien tenía la encomienda de protocolizar dicha asociación, lo cual no se concretó.
Los “Amigos de José Iturriaga”, invocando la disciplina del derecho, han consultado a especialistas en la figura jurídica de Legados: “hemos consultado a abogados que nos han dicho que tiene validez la palabra de don José ante el Congreso del Estado”. (Vázquez, E. 2012 Excélsior). Pero los trámites no avanzaron con rapidez y ello a dio tiempo para que su hija promoviera su reclamo en el que se antoja que está muy bien asesorada, por gente que tiene otros intereses.
Porque hasta un ciego podría percibir las claras intenciones de la Sra. Yuriria Iturriaga. No le fue suficiente, la casa de Coyoacán, valuada en 11 millones de pesos actualmente, que también le ha provocado encono entre los mismos hermanos, por el hecho de que extrañamente doña María Eugenia de la Fuente quien padecía Alzheimer, la nombrara apoderada legal del inmueble de Coyoacán y antes de la muerte de ésta, le fuera escriturado el mismo a su favor, sin considerar a los hermanos.
No le fue suficiente también, a esta señora, que su propio padre, le expresara a cada momento su absoluta negativa ante su insistencia de llevarse la Biblioteca a la casa de Coyoacán, tema que provocaba en Don José Iturriaga irritación con su hija y por ese motivo la dejó de ver por mucho tiempo, lo que obligó a Yuriria, en un intento de limar asperezas con su padre de comunicarle en una carta: “que jamás intentaría entrometerse en los asuntos de la biblioteca y de su casa de Coatepec”. (Dicha carta está en poder de Doña Reyna Olivera Vda.de Iturriaga y en su momento se hará valer junto con las pruebas que ya se acumulan hasta el día de hoy).
Actualmente, el Seminario de Cultura Mexicana, a través de los Dres.Rina Ortiz (catedrática de la UNAM y autora de diversos libros) y Enrique Arriola Woog (responsable del traslado del Archivo General de la Nación a sus actuales instalaciones en lo que antes fue la antigua cárcel de Lecumberry), se han dado a la tarea de hacer el inventario de este acervo bibliográfico y que prácticamente está concluido y por obvias razones no se descubre, hasta que el juicio así lo reclame. Pero sin duda estamos hablando de una obra que debe estar valuada en millones, lo que con mayor razón, la hace una joya codiciada por aquellos que la ven con signo de pesos y lo que menos les interesa, es la riqueza cultural, importancia, variedad de su contenido y menos pensar en lo que le conviene al pueblo de Veracruz.
No hay que olvidar que Don José Iturriaga y Sauco, se movió en la esfera pública toda su vida. Y por ello se dedicó al estudio acucioso de estadísticas, censos, revistas de economía, obras sobre el pensamiento económico, social y político del país, entre muchas otras. Su atención también la centró en los estudios de la problemática de la relación de los Estados Unidos y nuestro país, donde él expresaba siempre su preocupación por preservar el patrimonio cultural y detener la influencia de la vecindad norteamericana sobre nuestras costumbres y no perder nuestra identidad como pueblo valioso y rico en tradiciones.
En fin, todas estas razones hacen importante el sentido de la lucha emprendida por nuestros amigos Coatepecanos y nosotros nos unimos a ella, y pedimos al Gobierno del Estado de Veracruz, actuar en consecuencia para hacer valer la última voluntad de Don José Iturriaga: que su adorada Biblioteca se quede para cultivar a las nuevas generaciones de veracruzanos. Por lo tanto, el Gobierno del Estado de Veracruz, tiene la última palabra…para ayer.
Gracias y hasta la próxima
Comentarios
Publicar un comentario