PIDE RESOLVER ACUSACIONES SOBRE USO INDEBIDO DE RECURSOS, ATIENDAN QUEJAS: FCH AL IFE

En entrevista, el Presidente consideró que las autoridades electorales deben darnos a todos una respuesta

Por Tomado de: / Pascal Beltrán del Río / Excelsior

CIUDAD DE MÉXICO, 6 de julio.- El presidente Felipe Calderón pidió a las autoridades electorales atender las inconformidades con el proceso electoral, en particular las referentes al uso de recursos indebidos en las campañas, “que provocan una desigualdad”.

En entrevista con Excélsior, el Ejecutivo federal expuso que si estas acusaciones no son atendidas debidamente habrá razones para no aceptar el proceso o, por lo menos, para protestar.

“Mi mensaje es que se haga legalmente, por las vías institucionales”, aseveró Calderón, quien planteó que se considere la posibilidad de emprender una nueva reforma legal.

Recordó que, durante el mensaje que dirigió la noche del domingo, dijo que había señalamientos muy serios de preocupación de algunos partidos y candidatos y que tenían que ventilarse debidamente las inconformidades.

En ese contexto expuso que un señalamiento en el que coincidieron los candidatos Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota fueron los relativos a la inequidad y a la desproporción en el uso de los recursos para las campañas.

“Yo no puedo afirmar que la haya habido, pero sí creo, como Presidente y como ciudadano, que las autoridades electorales están obligadas a darnos a todos una respuesta sobre ello”, aseguró.

A pregunta expresa, el Presidente no descartó que el mal resultado que obtuvo la candidata presidencial de su partido en las elecciones del domingo haya tenido que ver con lo que hizo mal o dejó de hacer su gobierno, pero sostuvo que lo sucedido al PAN en esta campaña es “multifactorial”.

Destacó que la gente que más ha sufrido la violencia criminal es la que votó por Josefina Vázquez Mota, y puso como ejemplo los resultados que tuvo en Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz. Sin embargo, reconoció que el lema “diferente” acuñado durante la campaña generó confusión y tampoco se logró destacar avances de su administración en materia de salud e infraestructura.

Falló la equidad, señala Calderón

El mandatario llamó a las autoridades electorales a indagar las acusaciones sobre uso indebido de dinero en campañas, práctica que provoca desigualdad.

“Si esto no es atendido debidamente, habrá razones para no aceptar la elección o, por lo menos, para protestar en el proceso”, advirtió el Ejecutivo

Pasado el trance de las elecciones, que legalmente lo orilló al silencio y prácticamente a la inactividad en público, el presidente Felipe Calderón regresa a sus actividades.

Se nota que tiene ganas de volver a hablar, de participar en la vida pública sin temor de ser amonestado.

A punto de emprender su primera gira de trabajo en muchas semanas, concede una entrevista a Excélsior en la biblioteca del despacho presidencial, que hoy se llama “José Vasconcelos”, pero que quién sabe cómo se llamará después del 1 de diciembre, cuando tome posesión su sucesor.

“Ojalá que ya me dejen trabajar plenamente, como debe ser”, declararía horas después, en Xalapa, al inaugurar la carretera entre la capital estatal y Perote. “Me urgía ponernos a entregar obras”, añadiría el Presidente, quien está muy ufano de la infraestructura realizada durante su gobierno.

A pregunta expresa, Calderón no rechaza que el mal resultado que obtuvo la candidata de su partido en las elecciones del domingo haya tenido que ver con lo que hizo mal o dejó de hacer su gobierno, pero sostiene que lo sucedido al PAN en esta campaña es “multifactorial”.

Respecto del mensaje que pronunció la noche del domingo —después de que Josefina Vázquez Mota aceptara públicamente que las tendencias no le eran favorables y el consejero presidente del IFE diera a conocer los resultados del conteo rápido que realizó la institución—, Calderón afirma que lo hizo para reconocer el trabajo del IFE, así como para no dejar al ganador de los comicios sin un reconocimiento oficial, como le sucedió a él.

“Yo nunca tuve, durante varios meses, un reconocimiento claro. Nadie se atrevió a reconocer, claramente, la victoria  que sí tuve. Y quien padeció eso, realmente, fue el pueblo de México”.

Sobre las inconformidades que expresan los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador sobre el presunto abuso de recursos económicos — “y que también ha hecho suyas Josefina”—, Calderón no tiene duda en decir que deben ser atendidas por las autoridades electorales, y que si esto no resulta suficiente, deben dar lugar a reformas legales que ataquen la inequidad en las campañas electorales, particularmente por el tema del dinero.

“Lo que necesitamos, en cualquier caso, es construir  o reformar las leyes y las instituciones, de manera tal que ese señalamiento no surja más en nadie que quiera expresarse con honestidad o con veracidad”, opina.

Durante la entrevista, Calderón vuelve a insistir en su propuesta de que México tenga una segunda vuelta en la elección presidencial cuando ningún candidato alcance la mayoría absoluta. La ausencia de ella, asevera, condena a muchos electores a tener que optar por una candidatura que no les satisface a fin de tratar de evitar un escenario que les resulta insoportable.

Anfitrión de una reunión de líderes panistas que se llevó a cabo el martes pasado en la residencia oficial, Calderón se pronuncia por una reforma a fondo de su partido, en la que se revise todo, desde el mensaje hasta la membresía del partido, porque en el PAN “no estamos todos los que somos y no somos todos lo que estamos”.

Eso incluye renovar a la actual dirigencia panista. “Cuando yo hablo de reconstruir el edificio completo, es un poco absurdo cuestionarnos si va a quedarse ahí, en pie, la recámara principal o no”.

El siguiente es el texto de la entrevista:

—Los resultados de la elección del domingo pasado, y el tercer lugar del PAN, hay quien los interpreta como el resultado de una mala elección de candidata, como el producto de una mala campaña por parte del partido, y hasta como un referéndum al gobierno que usted encabeza. ¿Cuál es su propia lectura?

—A mí me parece que todos los factores influyen. Ésta es una elección cuyos resultados son multifactoriales para el PAN. 

“Tiene que ver, por supuesto, y yo lo reconozco, con el rol fundamental que tiene mi partido; la desilusión o la falta de cumplimiento de expectativas en mucha gente.

“Para algunos, será por falta de resultados; para otros será porque no supimos comunicar esos resultados a la gente. Para otros más será el tema de la estrategia de campaña, que si debió haber sido una del tipo que llaman los estadunidenses del incumbent, que defiende la postura del partido gobernante, o debió ser una campaña diferente.

“Habrá para quienes sea, desde luego, la postulación de candidatos. Creo que en el PAN tenemos un problema crónico en materia de la capacidad que hemos ido perdiendo para postular a los mejores candidatos en las alcaldías, en las municipalidades, en las gubernaturas.

“No creo que sea un asunto de mala elección del candidato. Fue el único proceso democrático, además, donde Josefina ganó claramente. Hay electores, desde luego, a quienes les gusta un candidato o una candidata y hay a quienes no. De eso tratan las elecciones realmente.

“Pero todos esos factores influyen. El punto es que hay que verlos desde esa perspectiva.

“Y en lo que toca al gobierno, formalmente no lo fue (un referéndum). Ojalá pudiéramos algún día tener verdaderamente en México algún tipo de referéndum sobre lo que hace el gobierno. Lo único que tenemos, que se le aproxima, son las encuestas de aprobación o desaprobación de la gestión pública gubernamental, y en la mayoría de ellas hay una clara aprobación de la gestión del gobierno”.

—Llaman la atención los resultados en Nuevo León y Tamaulipas, dos estados golpeados por la violencia, en los que la candidata del PAN llega en primer lugar. ¿Usted los interpreta como un aval a la política de seguridad del gobierno?

—No tiene otra interpretación. La verdad es que en los estados más lastimados por la violencia en este momento, las condiciones más duras son las que genera la lucha entre Los Zetas y El Golfo. Éstos fueron enquistándose en el noreste del país en algunos casos por el temor, otras veces por la aquiescencia de las autoridades locales o, en su tiempo, las federales. La gente que más ha sufrido la violencia criminal, es la que más apoyó al Partido Acción Nacional.

“Esto echa por tierra una buena parte de la argumentación de que haya sido (el resultado electoral) por un rechazo al tema de la estrategia en materia de seguridad.

“Yo no digo que la estrategia sea fácil, ni que sea placentera para mí. Es algo muy duro, incluido, desde luego, para el propio gobierno. Pero más dura es la violencia de los criminales, y eso es lo que no se ha entendido.

“La gente que sí lo sufre, la gente que sí está bajo el acoso permanente de Los Zetas y El Golfo, ellos sí entienden de qué se trata, y ellos votaron contundentemente, no sólo en Tamaulipas y Nuevo León, sino también en Veracruz a favor de la candidata. Y hay otros estados donde ganaron candidatos al  Senado por el PAN, como Coahuila.

“Creo que es un reflejo de que, donde se está viviendo esa problemática, precisamente, se buscó una respuesta que permitiera la continuidad de ese esfuerzo”.

—Presidente, una de sus facetas es la de un estratega electoral. ¿Qué hizo mal o qué dejó de hacer el PAN en esta campaña presidencial?

—No soy un estratega electoral, salvo en los casos en que he sido candidato, cuando he puesto todo lo que he podido. En este caso, creo que la campaña y el partido tomaron su propia directriz. Y a mí no me parece que sea correcto que los panistas, y menos el Presidente de la República, públicamente nos estemos señalando ahora qué falló o qué fue insuficiente, etcétera.

“En todo caso, mi interpretación es que hay una discusión de fondo en las estrategias electorales. Y la primera decisión que debe tomarse en cualquier campaña, la primeritita, es, cuál es el eje: cambio o continuidad.

“Cuando se es partido gobernante, en cualquier nivel, el eje debe ser de continuidad. Pongo el caso del presidente Obama. ¿Cuál es su lema de campaña en Estados Unidos? Es ‘Forward’. Es decir, ‘sigamos adelante’.

“Las campañas de quienes no son incumbents, es decir, de los opositores, buscan alternativas de cambio. En el caso de México, es muy claro que mucha gente buscaba alternativas de cambio, es cierto, pero también, era cierto que había dos ofertas políticas muy claras proponiéndolo.

“Y, sin embargo, aun con el rechazo que, desde luego, todo gobierno tiene, el porcentaje de aprobación de este gobierno a sus políticas públicas era bastante razonable.

“No sé cómo esté ahora, cómo haya terminado, porque finalmente, prácticamente toda la campaña se fue en críticas o señalamientos al gobierno. Pero el hecho es que el porcentaje de aprobación era bastante razonable, arriba de 60 por ciento en muchas encuestas.

“Y es asumible suponer que al menos una parte de esa población que acepta o apoya al gobierno en turno, hubiera podido aceptar o apoyar al partido político que gobierna…

—…que, sin embargo, utilizó la palabra “diferente”, como lema de campaña.

—Sí, aunque, Josefina fue muy enfática en que su diferencia no era respecto de mí, no era respecto del gobierno, y personalmente fue muy clara al respecto, en las plazas, y, sobre todo, en el segundo debate. Muy clara.

“Y creo que le fue bien cuando asumió ese mensaje de continuidad. Yo creo que no fue un problema de ella.

“Quizá el lema en sí mismo sí generaba cierta confusión, porque si estás eligiendo Presidente de la República y tu lema es ‘Diferente’, la inevitable primera sucesión de ideas del elector es ‘diferente respecto al gobierno’.

“Y, entonces, entró una campaña muy difícil de explicar, una campaña en que se dice: ‘Soy diferente’. Se es diferente en esto, pero no se es diferente en lo otro, etcétera, lo cual lleva una serie de matices muy, muy complejos. Y, probablemente… aunque creo que es un pequeño detalle.

“Pero, como ese, vale la pena que entre todos revisemos lo que pasó, porque es multifactorial. E insisto, sin pretender, en ningún caso, evadir la responsabilidad del gobierno federal que yo encabezo, y que, por supuesto, la tenemos”.

—La mayor cercanía discursiva que tuvo con usted Josefina Vázquez Mota durante la campaña ocurrió prácticamente en el cierre, cuando lo propuso a usted como procurador general de la República. Quiero preguntarle cómo surgió esa idea y si usted la hubiera aceptado, en caso de haber ganado ella.

—Comienzo por lo segundo. En el caso de haber ganado Josefina, sí lo hubiera aceptado, claramente. Porque, como dije por esos días, toda mi vida he luchado por cambiar y por renovar instituciones. Y he tenido un compromiso muy claro con el Estado de Derecho, cuando estuve en la oposición y como Presidente de la República, y creo en ello.

“Y si Josefina me lo hubiera pedido, como de hecho me lo pidió, si me lo hubiera propuesto siendo Presidenta de la República, por supuesto que hubiera aceptado. Porque sé que ella sí tiene un compromiso muy claro, ha sido muy valiente y creo que hubiéramos hecho una muy buena mancuerna para terminar de limpiar todas estas instituciones que encontré, en su mayoría, podridas en muchas áreas.

“Y, por otra parte, hubiéramos acabado todo este proceso de transición a un nuevo estadío de seguridad, de instituciones públicas, de cumplimiento de la ley, eficientes, honestas, confiables”.

—Su mensaje del domingo por la noche, señor Presidente, genera polémica. Hay quien dice que ocurrió cuando todavía estaban contando los votos, hay quien dice que usted se veía demasiado contento o satisfecho. ¿Cuál fue su propia experiencia? ¿En qué momento decide hacer este mensaje, frente al retrato de Francisco I. Madero? ¿Por qué lo hace y cuál fue su evaluación?

—El tener de fondo la figura del presidente Madero era un mensaje fundamental, que había decidido mucho antes.

“Madero es un Presidente demócrata que, incluso, lucha por la democracia en México, por el sufragio efectivo. Es Presidente por la vía democrática y muere en una traición a la democracia. Para mí, es una figura muy importante del papel que tiene que hacer un Presidente en la democracia, y que es simple y lisamente reconocer los resultados y respetar el voto de los electores.

“También me queda muy claro que yo nunca tuve, durante varios meses, un reconocimiento claro. Nadie se atrevió a reconocer, claramente, la victoria  que sí tuve. Y quien padeció eso, realmente, fue el pueblo de México.

“La verdad es que la incertidumbre que se generó en 2006 no se la merece nadie. No me refiero a un candidato u a otro. No se la deseo a ningún ciudadano.

“De manera tal que, para mí, era muy importante decir lo que estaba viendo el gobierno. Y, además, darle su lugar a las autoridades electorales, pues, en realidad, el IFE hizo su tarea en lo que toca al conteo.

“Y, también, hay cosas que yo dije en el mensaje que, a lo mejor, no han sido analizadas. Dije, por ejemplo, que había señalamientos  muy serios y de preocupación de algunos partidos y candidatos; que tenían que ventilarse debidamente las inconformidades y que nuestra democracia, claramente, requiere perfeccionarse. Tiene muchas cosas que corregir y las tres cosas, hoy, las sostengo”.

—Déjeme preguntarle por eso. Es una pregunta que tenía preparada. ¿Cuáles son los puntos, después de la experiencia vivida en este proceso electoral, en los que habría que avanzar, en términos de reforma política?

—Siempre hay un propósito inalcanzado. Creo que en el momento que hicimos la reforma de 96… Por cierto, el presidente Zedillo y yo, como presidente del PAN, fuimos participantes en esa mesa, avanzamos mucho en términos de equidad. Y creo que en eso ya no hemos avanzado más.

“Los señalamientos que hace, por ejemplo, el candidato del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, López Obrador, son relativos a la inequidad y al uso de recursos. Él tiene una expresión: que hubo dinero a raudales en la campaña. Y Josefina ha hecho una declaración en el mismo sentido, que hubo una desproporción muy importante en el uso de dinero.

“Yo no puedo afirmar que la haya habido, pero sí creo, como Presidente y como ciudadano, que las autoridades electorales están obligadas, desde luego, a darnos a todos una respuesta sobre ello. Y más porque, finalmente, la elección se desarrolló y se votó, en términos generales, pienso yo, en paz y en libertad.

“Lo que necesitamos, en cualquier caso, es construir  o reformar las leyes y las instituciones, de manera tal que ese señalamiento no surja más en nadie que quiera expresarse con honestidad o con veracidad.

“Esa es una parte. Él (López Obrador) hace, se hacen otros señalamientos en materia de medios. Ahí, yo creo que la cosa es más controvertida porque, finalmente, en México tenemos más libertad que nunca en materia de medios.

“Hay medios que apoyaron a un candidato, hay medios que apoyaron a otro, hay medios que no apoyaron a ninguno. Pero, finalmente, no son las mismas condiciones que había hace tiempo, cuando todos apoyaban sólo a uno.

“Habrá que revisar ese tema. Yo soy de los que piensan que siempre se pueden revisar las cosas.

“Y, por otra parte, en términos de la estructura de fondo del régimen político mexicano, yo insisto en el tema de la reelección. Es decir, tenemos que encontrar la manera de exigirle cuentas a los gobernantes. Y una manera de hacerlo, es esa.

“Hablábamos del referéndum al gobierno. La reelección, y no me refiero a la presidencial, sino a la de legisladores, es una especie de referéndum de quien está representándote.

“Y quizá, más importante ahora que antes, es la segunda vuelta electoral presidencial. Siempre he estado convencido de ella y ahora más. Ahora más, porque en México, entre otras cosas, hay tres opciones, y mientras no haya segunda vuelta electoral, probablemente haya dos opciones insatisfechas. Y estamos hablando de millones de electores.

“A mí me parece muy importante que la primera vuelta electoral sea para ejercer una preferencia clara y nítida del elector. Y la segunda vuelta debe ser para definir, entre los dos mejores postulados, quién gobierne. Y eso genera mayorías de apoyo a quien gobierna y, también, atempera, por supuesto, los rechazos.

“Lo que es absurdo, ahora, es tener un solo tiro, digamos, en la boleta del elector y que haya estos absurdos que hacen que, por ejemplo, se haya hecho un esfuerzo, a mi parecer reprobable, muy mal intencionado y carente de escrúpulo y de lealtad, para echar a Josefina fuera de la elección, a más de un mes de que ésta se realizara, en la idea o el ardid de que no ganara uno de los contendientes. Eso me parece una deslealtad pero, también, una falla del régimen político.

“Si hubiera segunda vuelta, las llamadas estrategias de voto útil se consolidarían solas en la segunda vuelta y la primera permitiría, verdaderamente, expresar cuál es el espacio de los candidatos.

“En otras palabras: ¿Cuánto del voto por el PAN y de Josefina se decantó hacia abajo, a la luz de la falta de una segunda vuelta? ¿Cuánta gente que iba a votar por el PAN inducida, insisto, con mucha deslealtad y falta de escrúpulos, a votar por el PRI, lo hizo, finalmente, con esa manida estrategia de que no ganara el candidato del PRD?”

—Presidente, ya que propone la segunda vuelta, y la ha propuesto desde hace tiempo, en su iniciativa de reforma política, si la hubiéramos tenido esta vez, ¿usted por quién hubiera votado, por Peña Nieto o por López Obrador?

—No sé, francamente. Pero yo soy hombre de una sola lealtad. Yo voté por el PAN, como siempre he votado. Voté por Josefina, por todos sus candidatos.

“Y creo que ese mismo derecho (el de votar por su primera opción) lo deben tener todos los electores sin temor a que llegue fulano o zutano. Si hubiera una segunda vuelta se podría perfectamente hacer ese razonamiento de voto útil.

“Yo voté en estricta congruencia y lealtad en las cosas que creo, porque honestamente creía que esa era la mejor opción. Mucha gente coincide conmigo que esa era la mejor opción, pero tenía miedo de que llegara alguno de los otros dos candidatos.

“O tenía coraje y rencor de que no llegara el PRI, y, entonces, votaría, ni modo por el PRD con tal de que no llegara el PRI. O tenía miedo de que llegara López Obrador y en consecuencia, ni modo, votó por el PRI.

“Es un absurdo. Es una trampa que hemos puesto desde hace muchos años a la verdadera voluntad ciudadana. Se debe darle chance a la primera opción de cada elector. A mí me gusta esta opción, voto por ella, y ya que estén definidas, perfilado el sentir mayoritario de la ciudadanía, darle opciones nítidas al elector de ganar o perder”.

—Cuando habla de deslealtad, inevitable pensar en el expresidente Vicente Fox como destinatario de estos comentarios…

—No sé si sean para él, pero yo sí creo no sólo en la ética política, sino en la lealtad y en la congruencia. Creo que en política quien ofrece una cosa y al día siguiente hace otra, o dice otra, no tiene palabra, y quien no tiene palabra no vale en política.

—Sin ponerle nombres, ¿una persona de esas características debe ser expulsada del PAN?

—Ayer oí un comentario del coordinador de la campaña de Josefina (Roberto Gil Zuarth)… Y hay una expresión que utilizó Adolfo Christlieb hace muchísimos, muchísimos años, respecto de un caso similar: “Finalmente, él voluntariamente se ha puesto fuera del partido”. Estamos hablando hipotéticamente de un caso así.

—Presidente, ha surgido en la opinión pública el tema de las reformas. Enrique Peña Nieto ha hablado de ellas; ha hablado, incluso, de impulsar reformas a las que el PRI se opuso en esta Legislatura. ¿Usted cree que estas reformas, en estos momentos, en estas circunstancias, con la nueva conformación del Congreso, o con la conformación actual, si hay un periodo extraordinario, puedan prosperar?

—Siempre he creído en la importancia de que México se transforme, y de hacer esas y otras reformas. No sé a cuáles se refiera quien va a adelante en el conteo del IFE, pero evidentemente sí creo que hay que hacer reformas de fondo.

“Yo las seguiré intentando hasta el último día de mi gobierno. Y espero que ahora sí las apruebe el PRI. Y en ese ‘ahora sí’ hay un punto de pesar para México y de desgracia para el país, que la paradoja sería que si ahora sí se hicieran, sería una prueba incontestable de que sí estuvieron secuestradas por razones electorales”.

—Si se hubieran aprobado, en su opinión ¿habríamos tenido un resultado electoral distinto?

—No, no, electoralmente. Pero ¿a cuáles reformas te refieres?

—Vamos a pensar en las principales reformas que se han mencionado, entre ellas la reforma energética.

—Yo creo que si se hubiera aprobado la reforma energética, tal como la propuse, México hubiera crecido, por lo menos, un punto más, o un punto y medio más en su economía, lo cual hubiera significado, quizá otros 300 mil empleos más al año.

“Esto hubiera significado, también, un nivel de bienestar distinto de los mexicanos. Y ya la tercera o cuarta del hubiera ya es demasiada complicada para llevarla al voto, pero México ha carecido de esas reformas y se le ha negado con mucha, mucha mezquindad”.

—¿Usted va a aprovechar estos meses que quedan de la Presidencia para impulsar esas reformas?

—Sí. Definitivamente, hasta el último día. Yo tengo una lista de pendientes muy importante que quiero cumplir antes del 30 de noviembre, y ojalá haya el ambiente político propicio para que las reformas se den. Insisto, no porque le vaya bien al próximo Presidente, que sí quiero que le vaya bien, sino porque México las necesita, y si hoy hay un espacio propicio para hacerlas, hagámoslas, es importante.

—Es paradójico, pero el PRI tiene una mayor cantidad de legisladores, por lo menos en la Cámara de Diputados en esta Legislatura que está terminando, que en la próxima que comenzará, de acuerdo con las cuentas…

—No es tan paradójico. La verdad es que la elección estuvo competida. Entre el primero y el tercer lugar hay 12 puntos de diferencia. La verdad es que es una elección a tercios, claramente competida. Fue una elección cerrada, lo cual arroja que el Congreso debería estar así.

“Si estuviéramos en un régimen de representación proporcional absoluta, el PRI tendría que tener 38 por ciento y no el cuarenta y tantos por ciento de los diputados. El PAN, 26 y no 22. Y el PRD y la izquierda, 31, más o menos lo que tiene. De tal manera que, fue una elección muy competida.

—Me refiero a la conveniencia de usar lo que queda de esta Legislatura para pasar las reformas, o dejar ese esfuerzo para la próxima.

—Esta Legislatura fue muy compleja. Terminó decidiendo cosas con, a mi juicio, y lo digo respetuosamente, sin la profundidad debida. Si se pudieran hacer en esta Legislatura, habría que hacerlas.

“Yo no lo descarto, pero veo el ambiente político muy complejo como para citar a un periodo extraordinario. Pero en esa lógica yo buscaría en todo caso que se generen, si hay la probabilidad de consensos o de acuerdos, que se generen primero estos acuerdos, y una vez construidos convocar al período extraordinario”.

—¿Habría algún tipo de lucha de protagonismos, no que se quiera, pero es una posibilidad entre usted y el Presidente electo, respecto de quién logra las reformas?

—Espero que no se dé, espero que no se dé. Y yo creo que lo que convenga a México, eso es lo que hay que hacer.

“A mí no me interesa una disputa de protagonismos en lo absoluto. Nunca he estado pendiente del mérito cuando se hace reforma. Es más, por ejemplo, te pongo el caso la reforma de pensiones, que es una de las reformas más importantes que se haya hecho en México en décadas, la reforma del ISSSTE.

“La impulsamos, la preparamos y se planteó que la iniciativa surgiera de los legisladores. Yo no tuve ningún inconveniente. Y así fue. Y salió. Entonces, eso a mí no me preocupa mucho”.

—El PAN va a tener una cantidad de legisladores importante, sumada a la del PRI y a otros partidos, incluso, hacen mayoría para reforma constitucional. Existiendo esa posibilidad real de aprobar reformas, ¿por parte del PAN quién debería conducir esto? Porque, digo, usted es un protagonista, sin duda, la candidata que obtuvo 12 millones de votos, también lo es…

—Doce y medio…

—Doce y medio millones… el Presidente del partido a pesar de los cuestionamientos que ha tenido, es el jefe nacional. ¿Quién debe encabezar este esfuerzo?

—Honestamente, no lo sé. También es de las cosas que hay que revisar. En otros países, en España, por ejemplo, yo veo que (Mariano) Rajoy es presidente de España, presidente del PP y líder de la bancada. Y eso permite, por lo menos, coordinar mejor las cosas.

“En este caso no tengo yo más que un asiento en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN y no es mi facultad de decisión las coordinaciones parlamentarias.

“Tengo un gran aprecio por muchos de los legisladores que van a entrar, pero (nombrar a los coordinadores) es una decisión que compete al presidente del partido en auscultación con las propias bancadas.

“De lo que sí estoy convencido es que ha llegado el momento de una reconstrucción a fondo del PAN. Eso para mí es categórico”.

—¿Sobre qué líneas, señor Presidente?

—Tenemos que revisar todo. Por eso, he dicho que tenemos que reconstruirlo piedra por piedra.

“Y cuando digo todo es que tenemos que revisar el discurso del PAN. El discurso del PAN tiene que ser un discurso, un mensaje acorde con su ideario, que es un ideario de principios y valores y, a la vez, tiene que plantearle a los mexicanos en términos de modernidad política, económica y social.

“Modernidad política es democracia, pero a la hora de plantearla bajo los valores implica, también, ética en la política; implica el abandono definitivo de una práctica grupal y a veces tribal dentro del PAN en la búsqueda de puestos, en la búsqueda de candidaturas, en la búsqueda de dirigencias, que nos ha hecho un daño terrible y nos ha impedido postular con honestidad a las o a los mejores candidatos a los cargos de elección popular.

“Entonces, implica revisarnos en nuestras candidaturas y en la manera en que las elegimos.

“El PAN fue el partido, por ejemplo, más atacado o más revocado, o más cuestionado por el Tribunal Electoral. Fue el único partido que se atrevió a hacer elecciones democráticas para elegir a sus candidatos y fue al partido que más candidatos le tiraron, con un absurdo en que llegó una Sala del Tribunal Electoral de Veracruz al decidir que un candidato no debió haber sido postulado por el partido porque era demasiado joven y no tenía experiencia, y tenía que ser otro candidato.

“¿Con qué derecho se mete el Tribunal a decidir eso. ¡Le corresponde un partido!” Afortunadamente, la Sala Superior la revocó, pero hubo muchísimos casos absurdos.

“Eso tiene que ver con que se habrá que revisar el Tribunal mismo, pero, también, tiene que revisarse el PAN. La manera en que elegimos a nuestros candidatos.

“También, tenemos que revisar la manera en que nos integramos como militantes. Tenemos que admitir que no estamos, no somos todos los que estamos, ni están todos los que somos. ¿Por qué? Porque dentro de los que somos militantes, la verdad, yo creo que hay muchos que, quizá, tienen una militancia que no siempre responde al perfil de ciudadano que comparte estos principios, que practica estos valores, que tiene, desde luego, una línea de conducta personal y social, y profesional, específica.

“Tenemos que revisar a los que son, pero no están, y que son muchos ciudadanos que sí quieren trabajar por México, que están capacitados. En fin. Y que no los hemos dejado entrar, precisamente, porque en los comités se responde a estos intereses grupales y tribales.

“Yo tengo en el gobierno decenas de jóvenes muy bien preparados. Yo me atrevo a calificarlos de los mejores en políticas públicas, que nunca pudieron entrar al PAN, porque sus comités municipales nunca los admitieron.

“Y yo creo que hay mucha gente muy valiosa en México que necesita poder entrar a este partido político.

“Tenemos que renovar el discurso, ya lo dije. Si el mensaje del PAN era humanismo político, ahora es desarrollo humano sustentable. Yo lo encarné en el Plan Nacional de Desarrollo, muchas políticas públicas responden a ello.

“El discurso del PAN no debe ser sólo teórico respecto de la eminente dignidad de la persona humana, sino, en concreto, qué significa para un ser humano el tener acceso a la salud. Eso es respetar su dignidad humana en políticas prácticas. La verdad, eso debe estar incorporado, precisamente, en el discurso del militante. En fin.

“La dirigencia, por supuesto, tiene, también, que replantearse…”

—¿En este momento?

—En éste y en cualquier momento. Yo creo que todo.

“Cuando yo hablo de reconstruir el edificio completo, es un poco absurdo cuestionarnos si va a quedarse ahí, en pie, la recámara principal o no. Yo creo que hay que reconstruir completo. Y el tema de la dirigencia o esta dirigencia es un tema, y yo diría, por supuesto, pero en un plano, incluso, secundario.

“Primero reconstruyamos el edificio completo, y desde esa perspectiva veamos qué militancia, qué candidatos, qué dirigencias necesitamos para volver aquí”.

—A las personas que están inconformes con el proceso electoral, con el resultado, con el desarrollo de los comicios, a quienes están protestando en las calles, ¿qué mensaje les enviaría usted?

—No sólo a ellos, yo creo que, también, a las autoridades. Yo diría que es importante que se atiendan sus cuestionamientos. Es muy importante que se atiendan sus cuestionamientos.

“Yo creo que el tema no está, por ejemplo, en el conteo de votos. Yo creo que el conteo de votos va a arrojar, más o menos, las mismas cifras, porque, honestamente, las casillas estuvieron muy vigiladas y bien contadas. Y qué bueno. Fue un poco como en mi elección.

“Aquí, la diferencia es que hoy la ley sí permite el conteo, el reconteo y en 2006 no lo permitía. Esa es una diferencia sustancial que ahora sí se tiene.

“Pero ahí no está el tema. Las acusaciones son sobre uso de recursos indebidos en las campañas que provocan una desigualdad.

“Si esto no es atendido debidamente, evidentemente, habrá razones, por lo menos, para no aceptar o, por lo menos, protestar en el proceso. Mi mensaje es que se haga legalmente, por las vías institucionales.

“Y si resuelto por las vías institucionales vemos que no hay satisfacción aún, reformemos la ley, pero, también, sobre las vías institucionales, y a las autoridades.

“Creo que no son cosas triviales, yo creo que deben atenderse”.

—La salud de su esposa. ¿Tuvo algo que ver el que haya regresado al hospital el hecho de haber participado en los cierres de campaña de Josefina Vázquez Mota? ¿Qué le han dicho los médicos y cómo está ella?

—No sabemos. Es muy difícil saberlo. Ella fue muy insistente en pedir autorización al médico para reincorporarse a las actividades y, finalmente, los médicos la autorizaron.

“Algún médico dijo: ‘Lo que pasa es que en ningún caso, o a mí no me había tocado, que un principio de desprendimiento, un desgarre de retina que ya estaba empezando a cicatrizar, se volviera agravar con un desprendimiento’.

“Pero agregó: ‘Tampoco me ha tocado un paciente o una paciente que al día siguiente de que lo doy de alta toma aviones, helicópteros, va a un mitin, habla en un estadio, saluda a miles de personas de beso… En fin. Y así es Margarita, y eso no es el tema.

“Ella está bien, está operada. El lunes, porque no quiso que la operaran el sábado, porque ella quería votar. Entonces, fue a votar. La operaron el lunes en la madrugada. Salió bien de esa operación, tiene que estar, más o menos, diez días prácticamente inmóvil en la cama, hospitalizada. Yo dormí con ella anoche en el hospital. Lo importante es que está bien.

“Ella, por supuesto, no se arrepiente de haber ido y que es, así me lo dijo, ‘una de las cosas más extraordinarias de mi vida y que lo volvería a hacer, así que no me tienten’. Me dijo así.

“Entonces, ahora sí está guardando el reposo debido. Lo guardo en su tiempo y, finalmente, algo extraordinario ocurrió. Yo no le reprochó a la actividad que tuvo. Finalmente, lo podía hacer, es muy difícil saber qué pasó, pero lo importante no es qué pasó, sino que ella está recuperándose y esperemos que esta vez sea, finalmente sane, como todos queremos sane”.

http://colorelectoral.excelsior.com.mx/nota/q/846085

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