NEURO FRAUDE

 

 

 

 

59d8418da5826a16513e847f9c67a109                           EPN       UTILIZÓ  PROPAGANDA NAZI  

 

Por Víctor M. Estupiñán Munguía*

“ Una mentira mil veces repetida…se transforma en verdad”.

Joseph Goebbels,  Ministro de Propaganda Nazi

La mentira, “martillo” de la manipulación mediática.

Sabemos que toda campaña como una “puesta en escena” persigue persuadir, siendo válida. Sin embargo, en “el cómo” y en “el que” radica principalmente la ética y moral de dicho proceso.

En la campaña de EPN se utilizó un magnoengaño, la mentira repetida como “disco rayado”, diseñada con toda precisión bajo la batuta de los medios masivos de comunicación y, cuya partitura es una copia fiel nazista.

Así, la campaña priista la podemos dividir operativamente en dos partes:

  Primero, está la parte obvia y evidente, la pragmática, muy delicada en una supuesta democracia y, a la cual  le vamos a llamar  “El diseño visible”.

Consistente en la compra de millones de de votos, utilización de despensas, ayudas de cemento, láminas, dinero, tarjetas Soriana, Monex, regalos de artículos domésticos, utilización de “halconcitos”, coacción de voto, acarreos, rebase de topes de gastos de campaña, mecanismos paralelos de financiamiento, promoción de candidato fuera de tiempo establecido, participación directa de gobernadores y presidentes municipales en la elección,  propaganda en tiempo de veda, “propaganda negra”, contratos en el extranjero para empoderar al candidato, entre más “sutilezas” de una “democracia viva”.

Con todas estas conductas y actos delictivos y antijurídicos, bastaría para nulificar cualquier elección que se dice democrática. 

Segundo, no menos delicada que la primera, la que podemos conceptualizar como “El diseño invisible”. Consistente en la aplicación del modelo de propaganda nazi para el control efectivo de masas. Esta se consumó mediante el sistema programado y sistematizado de las famosas encuestas “copeteadas”, como fueron calificadas por los observadores.

También son argumentos más que suficientes para la nulificación de elecciones, pero lo inexplicable es que hasta hoy las autoridades electorales los siguen viendo como insignificantes a los dos bloques: diseño visible y el diseño invisible.

Continuando con nuestro análisis del segundo diseño, tenemos que haciendo creer desde el principio a la población mexicana que el candidato EPN era el ganador irremediablemente, se le suprimiría de cualquier otra posibilidad en que pensar. Manejando dicho “éxito” como un determinismo implacable, sin otra escapatoria dentro de la logística creada psicosemánticamente.    

La predeterminación perceptiva mediante indicios rotundos de éxito implícito, provenientes de una variedad de medios que se alinearan mediante contratos y “estímulos” millonarios (tv, estaciones de radios, revistas, periódicos, comentaristas, etc.), formaron el arquetipo del ganador, el exitoso.

Aunado a la imagen creada previamente de EPN como “galán de telenovelas”, junto con su esposa “La Gaviota”, adquirió plusvalía de espectáculo masivo. Una sobria pareja como gran farsa en la marquesina nacional.

Recordemos que el “Arquetipo del héroe”, del vencedor, es una estructura muy fuerte e influyente. Ya lo dijo Carlos G. Yung, de que dicho arquetipo es una de las principales estructuras de la psicología profunda.

Así, la saturación precipitada a la fecha de la votación que se le aplicó al cerebro, alcanzado mediante “una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad”, fue la técnica con la que se alcanzó dicho objetivo psicoinvasivo.

Golpear, golpear y golpear con el “martillo” de las mentiras de las encuestas,  hasta deshacer la conciencia,  resistencias y la capacidad de análisis.

La “siembra” psicológica del pre-juicio como pre-determinación conceptual semántico, mediante las mentiras en “cascadas” de las encuestas y, cuyo eco no paró de oírse hasta el final, ya que desde  el principio se manejó como esencia manipuladora que EPN llevaba una ventaja de alrededor de 20 puntos a AMLO, fue lo que ocasionó el “apachurramiento” del ánimo político- social masivamente.

El concepto de “depresión” es el que nos da luz sobre la sintomatología y el alcance político de lo que significó “sacarnos el aire” desde el principio.

La depresión del latín depressu, que significa “abatido” o “derribado”, es pues un trastorno de estado de ánimo. Es un trastorno del estado de ánimo, ya sea transitorio o perene. Siendo su esencia el abatimiento, tristeza.

En otras palabras, los medios masivos de comunicación comandadas por el dúo-monopolio televisivo, irremediablemente nos trastornaron en los términos arriba indicados, bajo un programa metodológico y sistematizado, como lo comprobaremos adelante.

Que por cierto, al final se demostró que tan sólo fueron 6 puntos, a los cuales tendríamos que descontarle los 5 millones de votos comprados. Quedando sólo 3 puntos y, además, si les restamos los otros millones producto del “diseño visible”, quedaría muy por debajo del puntaje de lo que obtuvo AMLO.

Por lo tanto, ¿Dónde están? ¿Dónde quedaron los 20 puntos de las encuestadoras y sus métodos científicos? Era de esperarse que estuvieran manejadas, ya que a pesar del hecho de la Feria del Libro de Guadalajara y, una infinita cadena de sucesos de todo tipo contra EPN, prácticamente se decía que no bajaba su popularidad.

Es lógico que las billetearon hasta la saciedad, puesto que el proyecto tecnológico basado en el modelo Nazi, así exigía mantenerse en una constante mentira hasta reconvertirla en verdad.

La siembra social de la sensación subjetiva del éxito de EPN, de “ganador arrollador”, sensacionalizó manipulativamente a millones de mexicanos, formando un “corralito” político. Es decir, dicha tecnología psíquicamente instaló sensores, sentires, valores y, por último, creando el sentido político de por quién se debía de votar.

O en su defecto,  alejando a otros millones de mexicanos para que no votaran, porque ya no valía la pena intentarlo ante un ganador tan arrollador. De un futuro ya hecho presente, un futuro que no podía alterarse, debido a que ya se estaba viviendo en el presente inmediato y, cuyo contenido se resumía a los siguientes metamensajes: ¡EPN ya es ganador!, ¡ya ganó! Ni intenten otra cosa distinta.

Neuro-propaganda, el acceso a la mente y al cerebro.

La alteración de la conciencia mediante el dilema de tener que escoger entre la derrota y la victoria, por medio de la pre-liberación, es lo que también permitió la modificación de la conducta de  “elección”, es decir, haciendo “corralito”.

La masiva extirpación  psicoquirúrgica de la posibilidad de votar informado socialmente, fue todo un éxito del neuro-fraude, con registro de derecho de autor nazista.

Esta “lobotomía” propagandística de “diseño invisible” fue posible, gracias al dúo monopolio televisivo, conformado por Televisa y Televisión Azteca, así como todos sus canales, repetidoras, estaciones de radio, medios impresos y comentaristas al servicio del poder.

Todos juntos convirtieron el territorio nacional con sus clarinetes y cornetas imperiales, en un gran consumidor del eco triunfalista irreversible.

Así, la neuropropaganda inventada como ideología previamente vencedora, ocasionó la determinación una violencia neurosemántica y, una lesión ideológica.

Puesto que una ley de la propaganda Nazi, sostiene que con dichos contenidos el enemigo debe ser conducido a sacar las conclusiones deseadas.

La “información” operativa neuropolíticamente circular, no permitía otra cosa más que aceptar a fuerzas el éxito del candidato. Este éxito suprimía toda reflexión y refutación, pues salía sobrando precisamente en la forma en que estaba estructurada. Sabemos que un modelo relajante es preferido a un modelo tensionarte, por naturaleza propia.

Los escollos de esta fuerza invisible se pueden constatar ante la ausencia de júbilo social poselectoral.

Recordemos que cuando Fox ganó, las fiestas en el Ángel  y en el monumento de la Revolución y en las calles de las principales capitales de la República, fueron

muy emblemáticas.

En el caso de EPN, pareciera que la “masa” hubiera despertado de un sueño hipnótico, sufriendo amnesia política y una “cruda moral”. El sentimiento de culpa fue  percibido por todos en forma inmediata, a tal grado de que se acuñó semánticamente: ¿Y la fiesta pa´….cuando?

Ahora bien, enseguida y sintéticamente expondré los Principios de Propaganda de Goebbels, los cuales sirvieron a la campaña de EPN, los cuales los podemos resumir así:

1.-La centralización de la propaganda. Es decir, una centralización autoritaria, la cual por cierto estuvo a cargo de las televisoras o “dúo-monopolio-televisivo”, siempre comandada por EPN y su equipo.

2.-Otro principio fue la de difuminar todas las directrices de la propaganda, en otras palabras, atomizar los contenidos propagandísticos por todos los medios posibles. Eso fue exactamente lo que sucedió, por ejemplo, “Televisa”, posee un conglomerado televisivo, semejantemente, aunque en menor proporción a Televisión Azteca.

Ambas, poseen muchos canales y, además la multitud de repetidoras. Como si lo anterior fuera poco, también debemos sumar las estaciones de radio y medios impresos, como revistas y periódicos con las que cuentan.

Como vemos, la máquina propagandística ni mandada a hacer, para consumar el principio de propaganda Nazi: “ Una mentira mil veces repetida…se transforma en verdad”.

3.-Además, los estímulos a los funcionarios directos de quienes daban las noticias y comentaristas de siempre, estuvieron sensibilizados o billetadas (?). La sincronización de la propaganda de toda la maquinaria, fue aplastante, no cabían falsas esperanzas. La única visión panorámica que estuvieron dando las encuestas y sus manejadores era el éxito de EPN.

Desde el momento en que empezó oficialmente la campaña, ya tenía ganador, cumpliendo con otra regla de Goebbels: “Deben suscitar las respuestas deseadas que la audiencia posee previamente”.

Así, los símbolos verbales de las palabras y su poderío estructurante, fueron los que construyeron el éxito bajo las densas sombras fascistas. La capacidad de esta tecnología e instalación psíquica como dispositivo de poder, responde a la llamada microfísica del poder.

Ahora bien, “pedir disculpas” como lo hizo el comentarista Ciro Leyva no basta, porque no se trata en el mejor de los casos de un error simple y trivial, se trata ni nada más ni nada menos, que de un magno suceso político que ocasionó una lesión ideológica masivamente. Provocada con metodología científica y, como resultado de un proyecto hegemónico de dominación no democrática.

Lo que si se debe de hacer es luchar por que los monopolios que intervinieron en dicho proyecto antidemocrático, deben resarcir económicamente mediante demanda legal colectiva, los daños a la sociedad.

El efecto perverso y deformador de las circunstancias y realidades, significó “crear” otra realidad paralela para los millones de mexicanos, mediante la psicología profunda aplicada a la masificación social.

Así es cómo fue posible perpetrar el secuestro psíquico de los mexicanos, extraerlos de la realidad política. Dicha deformación  mental, repercutió de igual manera en la deformación práctica electoral provocando un sesgo psicoactitudinal, que se tradujo a favor de miles o millones de votos a favor del previo ganador de EPN.

* Víctor M. Estupiñán Munguía: Pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.-  Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora- “Por la paz del mundo”           victor-79@live.com.mx

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