COYUNTURA POLÍTICA XXI
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Raúl Abraham López Martínez
Autor de la columna "Coyuntura Política XXI"
y Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria
facebook.com/raul.lopezmartinez
Coyuntura Política XXI
Crítica a la propuesta del nuevo Código Electoral para Veracruz de Javier Duarte de Ochoa
*Es una ley que hace de oídos sordos ante una ciudadanía que exige genuinas condiciones de democracia en los procesos electorales
Raúl Abraham López Martínez*
El reciente proceso electoral federal nos confirma que la democracia no es un concepto que se pueda identificar con las siglas del PRI. Para el PRI, lo suyo es la falta de respeto a la legalidad, lo que es del PRI es el uso excesivo del dinero de procedencia ilícita para financiar sus campañas.
El PRI es un viejo dinosaurio que aunque en el año 2000 quedó fuera de la Presidencia de la República, logró sobrevivir a la alternancia debido a que se refugió en los gobiernos estatales en los que tiene el control político.
Tal es el caso del estado de Veracruz, en donde en el PRI se ha mantenido en el poder durante 83 años. En estos 83 años, el PRI ha logrado profundizar una autoritaria maquinaria de control político en cuya cúspide del poder (a nivel formal) se encuentra el gobernador en turno.
A pesar de que en otras entidades de la República se han registrado gobiernos de alternancia política, en donde el voto ciudadano ha mandatado que tiene que ser otro partido el que gobierne, los veracruzanos continuamos viviendo bajo la sombra del Partido Revolucionario Institucional.
Para impedir que en Veracruz se pueda presentar una alternancia en el gobierno estatal, el PRI ha convertido al Instituto Electoral Veracruzano (IEV), en un instrumento político que opera a favor de los candidatos del partido oficial.
En lugar que el Instituto Electoral Veracruzano funcione apegado a los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad, el IEV nos demostró en las elecciones locales del año 2010, que su función principal es la de mantenerse supeditado a las esferas del gobierno estatal.
Dentro de esta dinámica priísta por mantener en sus manos el gobierno estatal, ha sabido hacer del Código Electoral para el Estado de Veracruz, una ley con vacios y ambigüedades que trabaja al modo del priísmo.
Este es el caso del Código Electoral vigente y también lo es la propuesta del gobernador de Veracruz para crear un nuevo Código Electoral, publicada en la Gaceta del Congreso Local el día 20 de julio de 2012. Nuevo Código Electoral que los priístas esperan aprobar el viernes 27 de julio.
En siete días, sin tomar en consideración la opinión de los veracruzanos, los subordinados de Javier Duarte de Ochoa que ostentosamente se hacen llamar “diputados”, tienen considerado aprobar una ley electoral mucho más regresiva que la actual.
En los hechos, la propuesta para crear un nuevo Código Electoral para Veracruz, es una respuesta autoritaria ante la protesta de miles de veracruzanos que han salido a las calles a manifestarse en contra de la elección presidencial.
Este nuevo Código Electoral inicia (Art.2) desconociendo las normas y preceptos constitucionales para declarar la nulidad de una elección estatal. Como si se tratara de un feudo político, Javier Duarte de Ochoa piensa que de esta manera va a imposibilitar que un actor acuda a una instancia superior en la exigencia del respeto a los contenidos constitucionales.
Otra aportación de la regresión autoritaria duartista se encuentra expresada en el Artículo 6 del nuevo Código, en donde señala que solamente los veracruzanos van a poder participar como observadores en los actos de la jornada electoral.
No conforme con feudalizar la participación de los observadores electorales, la ley duarte en materia electoral, tiene contemplado reducir la participación de los observadores al día de la jornada electoral, dejando fuera la posibilidad que los observadores también puedan estar presentes en los actos de preparación y desarrollo del proceso electoral, como actualmente lo contempla el Código Electoral.
El propósito de limitar la presencia de los observadores electorales exterioriza la pretensión del pensamiento priísta autoritario de excluir a los actores que no formen parte de la nomina del gobierno estatal.
Lo que refleja, una clara intención de bloquear la presencia de observadores que puedan ofrecer su testimonio ante la opinión pública del actuar de los mapaches electorales.
El Código Electoral duartista para Veracruz, tampoco ofrece un mecanismo que permita una real ciudadanización del Instituto Electoral Veracruzano, continuando ese órgano como si se tratara de una oficina más del todo tlatoani Javier Duarte.
En materia de medios de comunicación, aún cuando la mayoría de los medios en Veracruz actúan como agencias de propaganda del gobierno estatal, aún cuando no existen condiciones de libertad de expresión y los periodistas son asesinados en complimiento de su trabajo; el pensamiento autoritario de Javier Duarte de Ochoa es tan profundo que en su iniciativa original para crear un nuevo Código Electoral se tiene contemplado sancionar a los medios de comunicación que convoquen a votar en contra de un candidato, partido o coalición.
Y para rematar, como cereza en el pastel del autoritarismo veracruzano, la ley electoral duartista deja sin ningún tipo de control la realización y publicación de estudios de opinión, permitiendo como sucedió en el proceso electoral federal, el uso de las encuestas como instrumentos de propaganda política del PRI.
En síntesis; la ley electoral para Veracruz propuesta por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, es una respuesta de corte autoritaria a las protestas ciudadanas en contra de su candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Es una ley que hace de oídos sordos ante una ciudadanía que exige genuinas condiciones de democracia en los procesos electorales.
*Analista político y Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria www.vozuniversitaria.org.mx
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