CAMPAÑAS POLÍTICAS Y LIBROS VIRTUALES

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Por Víctor M. Estupiñán Munguía*

“Una casa sin libros es una casa sin dignidad”

Edmundo de Amicis

Desgraciadamente sabemos de buenas fuentes que el mexicano es uno de los que menos lee en el mundo. Por ejemplo, se maneja por algunos medios que el promedio de lectura va desde medio libro, hasta otros que sostienen que es de 2 y medio libros al año, dependiendo sean datos oficiales o no.

Sin lugar a dudas, primero debemos enseñar a valorizar  amando la cultura y, después, proporcionarles los medios para que se alleguen a los mismos.

De todos es sabido que en Sonora lo que más escasean son las librerías y las bibliotecas, si juntáramos las primeras que existen con unos pocos libros, apenas íbamos a formar 2 ó 3 regulares para todo Sonora que por cierto, somos más de  2 millones. ¡Tocándonos entonces 3 librerías regulares para más de 2 millones!

Sabemos que no existe una sola librería que no tenga que vender otros artículos para poder sostenerse, ya que no es negocio la sola venta de libros. Teniendo que comercializar con periódicos, papelería, fotocopias y, hasta con pornografía entre muchos más artículos.

Por cierto, hace alrededor de dos años que se retiró la librería “Cristal” de Hermosillo, después de estar ahogada por largo tiempo en números rojos. La razón es que “La cultura de la cerveza y la carne asada”, no se llevan bien todavía con “la cultura del papel con letras”, mucho menos con la cultura virtual de los libros.

Incluso, las editoriales no quieren venir a Sonora a las “mini ferias de libros”, porque prácticamente no realizan ventas que justifiquen los gastos que realizan y, algunas de ellas que se animan a venir, se les tiene que apoyar con gastos de hospedaje, alimentos y, a veces hasta el pasaje de ida y vuelta.

Todos estos hechos son elocuentes para demostrarnos que se siguen impulsando programas desarticulados y llenos de contrasentidos, en el campo de la promoción de la lectura

En este orden de ideas es de llamarnos la atención el hecho de que el candidato a la presidencia de Hermosillo por parte del PRI, “Maloro”, puso a disposición el servicio de una biblioteca virtual de ¡500 mil materiales y 7  mil editoriales!

Independientemente que sabemos que existen las bibliotecas de la Unam, Congreso de los EE.UU., de las Universidades de todos los países, ONU, etc.

Sin embargo, ante este magnífico y magno proyecto parecería que se olvidó de la realidad regional, es decir, no importara que fueran sólo trescientos o  quinientos, pero que las condiciones reales garantizaran su aprovechamiento en forma integral.

Su aprovechamiento no depende en las posibilidades potenciales que se ofrezcan, sino de las condiciones lógicas y objetivas de apropiación y socialización.

Detrás de las revoluciones personales, sociales y culturales, forzosamente se encuentran los beneficios de los libros, permitiendo el intercambio y estudio de ideas, así como el desarrollo de modelos sensibles y humanísticos.

Es por ello que se deben de promover sin escatimar recursos y tiempo, como si fueran víveres en una alacena, ya que: “Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma”. Marco Tulio Cicerón

A lo que podemos agregar y parafraseándolo: un cerebro sin libros, es una promesa bárbara y delictiva.

Por ello, antes de ofrecer “libros por libros”, se debe sensiblemente de promover y desarrollar sentimientos de amor a ellos y a la cultura, mediante estrategias y programas holísticos.

Promoviéndolos con metodologías acordes y seguimientos de evaluación a programas estratégicos.

Pero si las condiciones son adversas, donde lo que realmente se promueve constantemente y con el apoyo de la mercadotecnia, es el consumo de alcohol, cerveza, alimentos chatarra, enajenación, eventos masificadores y pobreza, entre más, los libros salen sobrando, aunque tan sólo sean  50.

No debemos olvidarnos de que Sonora posee más expendios de todo tipo, como son de cerveza, vinos y licores; que escuelas. También posee los primeros lugares en consumo de drogas, sobrepeso, hipertensión, muertes del corazón, colesterol, diabetes, entre más.

La educación social en sentido amplio, no se nutre previamente sólo de libros. Para que pueda tener éxito debe de contar de contextos facilitadores, de filosofías desenajenantes, de estados sociales de salud, de compromisos democráticos y, no de demagogias y sensacionalismos electoreros.   

Qué mejor que en alianza con los libros,  también promovamos el amor y la democracia, puesto que son vehículos de conocimientos, sabiduría, tolerancia a las ideas, intercambio de imaginerías, ya que:

“El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Marco Tulio Cicerón

Lo antagónico sería que se siguiera cumpliendo la perniciosa realidad de que:

Un Estado o un país sin lectores suficientes, sigue siendo un Estado bárbaro (autoría propia).

* Víctor M. Estupiñán Munguía: Pensador por distracción Cósmica, contador de estrellas por insomnio creativo, pintor de sueños por terapia humanista, especialista en transgredir las reglas ortográficas de la Real Academia Española, con neurosis cultural debido a que no puedo crear poemas que lleguen al corazón, víctima de la libertad, democracia y ecocidio del capitalismo bárbaro, pero con licencia de la Madre Naturaleza para cortar flores y olerlas.- 

Miembro de S.I.P.E.A. (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y Artistas)- Sonora- “Por la paz del mundo”           victor-79@live.com.mx

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