LAS MUJERES TOMAN LA FORMA DEL SUEÑO QUE LAS CONTIENE

 

Tuxpan, Ver. 9 de marzo de 2012

En un  efusivo y merecido homenaje a todas las mujeres que conforman las fuerzas armadas, la comandancia de la 19/a z.m.  se sumó a la felicitación que el Secretario de la Defensa Nacional y su señora esposa, realizaran el día de ayer  8 en las instalaciones de la Enfermería Militar donde medios locales y estatales, se reunieron para dar fe de este importante evento.

En el pudimos observar a mujeres con el grado de coronel, capitán, tenientes y rangos menores las cuales fueron homenajeadas en un justo reconocimiento a sus labores, el discurso lo dice todo… estuvieron presentes las esposas de los oficiales, las cuales de igual forma fueron homenajeadas.

Las mujeres toman la forma del sueño que las contiene,  la mujer es como el agua, vital igual  toma la forma del vaso que la contiene, y quien las contiene es la sociedad, sus hijos, sus esposos.

¡Venciste mujer! con no dejarte vencer…”

“…el mejor adorno de una mujer, lo constituye el silencio y la modestia…”

El discurso lo dio un joven capitán, cuyo énfasis en el discurso emocionó al eterno femenino,  aunque en apariencia las mujeres dentro del ejército se observen duras y recias, guardan sin duda un caudal de ternura…es preciso dijo el Che Guevara al respecto:

LA VIOLENCIA DEL AMOR CONSISTE EN ENDURECERSE SIN PERDER NUNCA LA TERNURA.

 

Distinguidas damas y amigas todas:

Muy buenos días.

Es un honor para mí, dirigirme a ustedes en la conmemoración del “Día Internacional de la Mujer”.

fecha que celebran los grupos femeninos en todo el mundo, sus raíces se ubican en la lucha de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.

La idea de crear el “Día Internacional de la Mujer” surgió al final del siglo xix, en un mundo regido por ideologías radicales, industrializado, con períodos de expansión y turbulencia y con un crecimiento fulgurante de la población.

En 1910, se proclamó su carácter internacional y en 1911 se celebró por primera vez.

Cada vez más, las voces a favor toman la ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, vislumbrar cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres que han desempeñado una función extraordinaria en la historia.

Por lo que considero a esta fecha como una inmejorable oportunidad para ponderar acerca de lo que las mujeres representan actualmente en lo individual, en la familia, en la sociedad, en el instituto armado y en México.

inicio esta sucinta cavilación con las palabras de Johannesburgo Wolfang ”…el eterno femenino nos impulsa hacia arriba….” finalizo la cita.

Todas y todos sabemos que al abrirse la puerta de la vida, lo primero que el ser humano encuentra es a una mujer.

De ahí parte y desde allí inicia cada quien la búsqueda de su propia identidad, bajo la guarda y guía de ese ser fundamental que hereda carácter, inculca nobles sentimientos y troquela en los espíritus los valores y las virtudes, sin los cuales los hijos caminan a ciegas y con riesgos infinitos.

Nada hay quizá, que ayude tanto para que alguien se convierta en trascendente, como la axiología que una mujer transmite; aún la más pobre o iletrada, habrá de enseñar la dignidad, la honradez, el sacrificio solidario, la ternura, la bondad, la resistencia y el temple.

Si la hija o el hijo caen en desgracia o en infortunio, allí estará la mujer en su figura de madre sin la menor duda.

Pero no nada más es la que consuela a la jovencita o al joven ante el amor perdido o por los tropiezos de la existencia, sino también es la que da pertenencia, nombre y grupo, aliento y esperanza.

Da su cariño sin medida, ni reclamo.

Da su calor en la desventura y la seguridad necesaria ante los miedos.

Es enfermera eficiente las noches enteras y permanente consejera, sin pedir nada a cambio.

Eurípides dibujó este encomiable perfil hace mucho tiempo: “…el mejor adorno de una mujer, lo constituye el silencio y la modestia…” concluyo la alusión.

Cuando vemos a quienes hoy festejamos, con cuánta ternura cuidan a su familiar enfermo o discapacitado, se enciende el auténtico espíritu humanitario.

Cuando una mexicana, cada mañana lleva de la mano a una niña o niño a la escuela, en la ciudad o en el pueblo, no podemos menos que conmovernos.

De todo ello se está consciente; sin embargo, factores genéticos, culturales, etológicos y circunstanciales, hacen que cada ente o comunidad vayan tomando numerosas y diversas posturas o perspectivas ante la mujer.

A lo largo de los siglos y a lo ancho de las latitudes, ella misma fue posicionándose de manera distinta en las diferentes estructuras gregarias, incluyendo la familia.

A través de una lucha larga y ardua, grande y meritorio ha sido su esfuerzo y esmero porque se reivindique al género lo que merece.

Afortunadamente, desde el siglo pasado empezaron a soplar vientos de cambio.

Hoy por hoy, esos aires son ya una tendencia irreversible que las instituciones y una parte importante de la sociedad, han adoptado y empiezan a hacer suya en plenitud.

En la vida moderna, se empieza a justipreciar cada vez más y mejor, la tarea que han desempeñado en el hogar, en la crianza de los hijos, en el apoyo a la pareja y sus aportes a la ciencia, la cultura, la tecnología, el deporte y las artes.

La Secretaría de la Defensa Nacional, también se ha incorporado con objetividad, presteza y buen talante a esta realidad sociológica y va cediendo atavismos y resistencias.

Desde el 2008, el ejército y fuerza aérea mexicanos han trabajado con gran interés para adecuar algunas de sus políticas internas y modificar patrones de conducta, a través de su programa de capacitación y sensibilización para efectivos en perspectiva de género, en beneficio de las mujeres que forman parte de sus filas.

Este planteamiento busca promover la coincidencia de oportunidades, implementando diversas acciones para favorecer el respeto a los derechos humanos sobre la base de la igualdad de género y lograr una mejor calidad de vida entre sus miembros y mayor cobertura de los servicios de salud.

Con este inédito avance, la mujer ha entrado de lleno a la profesión militar.

Enhorabuena.

Ya es costumbre su presencia y el reconocimiento a su valor, a su valía y temple.

Lo mismo son maestras en los planteles militares, que oradoras oficiales en las ceremonias; igual participan en actividades de labor social, que en misiones contra la delincuencia organizada o en auxilio de compatriotas en casos de desastre.

Ahora, hay mujeres en la escuela Superior de Guerra, en el heroico colegio militar y en el colegio del aire, por mencionar sólo algunos centros educativos, en otro tiempo únicos para varones.

Lo anterior, les permite cursar una ruta profesional con certidumbre y futuro e ir obteniendo todas las jerarquías, incluyendo el generalato.

Cuando hay que trabajar en equipo, se integran participativas, optimistas y sin protagonismos.

Y cuando hay que competir, se empeñan con recato, pero sin titubeos….. en buena lid.

En el instituto armado vemos que la madre soltera recibe a cabalidad todos los apoyos que requiere para sacar adelante a sus hijos y a sí misma, con dignidad y grandeza.

La mayoría de las veces son ellas solas, quienes tienen que trabajar para mantener a los niños.

Al mismo tiempo, se preocupan de su casa; preparan la comida; ayudan a los peques con las tareas y son las que dan la cara en las escuelas; los premian y sancionan para orientar su conducta y enseñarles la disciplina.

Podríamos resumir lo dicho hasta ahora, con una de las frases magistrales de Pedro Calderón de la Barca “… ¡venciste mujer! con no dejarte vencer…” termino la referencia.

Pero falta aún mucho por hacer….. mucho por lograr.

Son siglos de inercia a la cual hay que erradicar con inteligencia y perseverancia.

En determinados terrenos, hablar de una completa y finiquitada equidad de género, no es posible todavía.

Hay rezagos muy arraigados en los pliegues de algunas mentes obtusas y en algunas conductas mezquinas; incluso en ustedes mismas, hay que entenderlo y decirlo.

Sigue existiendo un rescoldo importante de amagos a las mujeres dentro y fuera de sus hogares y eso tiene que acabar.

Son ustedes ─ junto con nosotros ─ quienes deben cortar esa situación de una vez por todas y convertirla en respeto y cortesía.

Los justos reclamos tienen que ser superados o resueltos con sincronía cultural, educativa y ética, entre mujeres y hombres.

La legislación ─ receptora y garante de los derechos de la mujer como madre, pareja y parte del entramado laboral ─ ha sido más sensible y estricta ante las conculcaciones que algunas mujeres sufren mediante la discriminación, el acoso, el hostigamiento o la violencia.

Violencia que se manifiesta de diversas formas: psicológica, física, patrimonial, económica o sexual.

Violencia que ocurre en el seno familiar, laboral, docente, comunitario, institucional e incluso feminicida.

En México, 67 por ciento de las mujeres de 15 años y más, han sufrido violencia tanto en el ámbito privado como en el público.

La gravedad de este agudo problema social, ha motivado la creación de instrumentos para prevenir y sancionar este fenómeno agresivo y funesto.

Han sido instrumentadas políticas públicas, orientadas a garantizar una vida libre de maltratos y favorecer su desarrollo y bienestar conforme a principios de imparcialidad.

Con todo lo anterior, podemos concluir que la única forma de derribar los obsoletos patrones socioculturales, es evolucionar para que se reconozca, aprecie y recompense equitativamente el verdadero valor de la mujer.

Está en nuestras manos el hacer algo para rebasar las asimetrías que estorban y lastiman, para borrar los desequilibrios que a nadie convienen y que a todos afrentan.

Entretanto, en cada hogar, en cada escuela, fábrica u oficina, hay que avanzar, sobre todo, en casa con los familiares.

A las hijas e hijos hay que inculcarles principios vanguardistas y no paradigmas excluyentes y acomplejados.

Nuestras hijas deben recibir una educación exprofeso desde edades tempranas y un constante refuerzo anímico y moral, para que crezcan en un ambiente sano, sin acoso, ni abusos; con oportunidades abiertas al mismo nivel de los varones.

Está claro: no puede haber una sociedad moderna, que progrese integral y sanamente, si la mitad cuantitativa y cualitativa de su gente camina incompleta.

Es imperioso que la mujer y el hombre se acompañen en paridad. que ese sea el verdadero significado de la pareja.

Que sea pareja en el binomio.

Se requiere plenitud en la mujer para los esmeros nacionales.

Así como el hijo necesita de la madre, así como el hombre necesita de su esposa, así México necesita de todas sus mujeres en un estadio superior.

Cada mujer ─ de cualquier edad y situación ─ es un mensaje, una propuesta, un mañana promisorio….. es un honor para el país.

Este país es grande y lo es también por sus mujeres.

Señoras:

Con orgullo, grandeza y honra, sigamos haciendo los hogares de México.

Sigamos siendo las trincheras donde se salvaguardan los valores, el respeto y el amor.

Reciban hoy del secretario de la defensa nacional un sincero homenaje.

mujeres abuelas;

mujeres madres;

mujeres hijas;

mujeres hermanas;

mujeres militares;

mujeres adelitas;

Para cada una de ustedes y a las que son un variopinto de estas honrosas y abnegadas ocupaciones, evoco las palabras del maestro Juan José Arreola: “… las mujeres toman la forma del sueño que las contiene…”

la comandancia de la 19/a. z.m., se suma a la felicitación del Secretario de la Defensa Nacional y de su esposa la Sra. Pilar Briones de Galván haciendo patente nuestro reconocimiento por su destacado desempeño en la infinidad de labores diarias en beneficio de toda la familia militar y sobre todo por el desarrollo personal que cada una de ustedes ha logrado.

Muchas felicidades y gracias.

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