ESTUDIAN SACIEDAD SEXUAL DE RATONES PARA ENTENDER EFECTOS DE DROGAS EN EL CEREBRO

Isaac Torres Cruz | Academia  http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=641656&utm_sourc

experta. Gabriela Rodríguez Manzo encabeza las investigaciones en la Sede Sur del Cinvestav. Foto: Cinvestav

Investigadores del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) estudian las modificaciones que sufre el cerebro por el abuso de drogas mediante un modelo animal, consistente en el análisis de la saciedad sexual de ratones.
El estudio encabezado por Gabriela Rodríguez Manzo, del Departamento de Farmacobiología Cinvestav Sede Sur, apunta a que la conducta sexual estimula un área cerebral, llamada “circuito del placer”, donde se puede estudiar la plasticidad o modificación cerebral y que puede investigarse en ratones para conocer los mecanismos que provocan adicción en drogas en los seres humanos, con el objetivo de desarrollar nuevos tratamientos.
“La conducta sexual estimula este ‘circuito del placer’ en ratones, que está involucrada en la regulación de conductas relacionadas con la satisfacción de ciertas necesidades como ingerir agua o alimento”.
Estas acciones, dijo, resultan placenteras porque constituyen un mecanismo de la naturaleza para asegurar su repetición, puesto que son esenciales para la supervivencia. En los roedores la actividad sexual responde a una conducta evolutiva e instintiva de reproducción, cuya satisfacción han medido hasta en 12 eyaculaciones.
Este fenómeno no se presenta en los seres humanos, porque no existe la necesidad biológica de aparearse repetidamente, en un período breve, con varias hembras para preservar la especie.
El modelo consiste en hacer copular a los roedores ininterrumpidamente por un periodo de 2 horas y media, tiempo en el que pueden tener entre 7 y 12 eyaculaciones sucesivas, para después experimentar un periodo de inhibición sexual de al menos 72 horas; se pueden aplicar fármacos a los animales para tratar de eliminar esa inhibición.
“Eso nos da información acerca de qué se altera en el cerebro que impide la expresión de la conducta sexual en un animal que demostró ser capaz de presentarla durante 2 horas y media”, dijo la especialista.
SATISFACCIÓN HUMANA. A diferencia de los roedores, en el ser humano el fenómeno de la saciedad sexual no existe, porque la parte instintiva de la interacción sexual interviene poco; en cambio, se presenta otro fenómeno denominado satisfacción sexual, que se logra cuando se alcanza un orgasmo, aquí la satisfacción es el objetivo importante y no la reproducción; la actividad sexual se realiza por motivos placenteros.
Pero el modelo de saciedad sexual en ratas también permite estudiar las disfunciones sexuales humanas generadas por alteraciones en el funcionamiento cerebral, que interfieren con la expresión de la conducta sexual y que no están  relacionadas con una incapacidad para ejecutar la conducta sexual, como sucede con los problemas de disfunción eréctil o disfunción eyaculatoria.
“Hay poca información acerca de los fenómenos que ocurren a nivel cerebral que pueden interferir con la expresión de la conducta sexual, porque no teníamos modelos en los que pudiéramos deslindar este tipo de alteraciones relacionadas con los reflejos sexuales de erección y eyaculación que son también causantes de disfunción sexual”, explicó Rodríguez Manzo.
El fenómeno de saciedad sexual está descrito sólo para machos. Ésta es una desviación frecuente en todo el análisis experimental de la conducta sexual que está centrado en la conducta sexual masculina, ya que es más fácil de medir; tiene un indicador muy claro: se consuma cuando ocurre la eyaculación. Mientras que en la conducta sexual de las hembras, igual que en el caso de los humanos, es más difícil tener indicadores que puedan ser medidos para evaluar cómo opera.
En humanos casi toda la información sobre las disfunciones sexuales femeninas se basa en lo que las pacientes refieren, porque no hay muchos indicadores para evaluar la conducta sexual femenina y los modelos que hay en animales sufren un poco de lo mismo.