AHI VIENE EL AGUA MALA…

 

 

 

Por: TERESA GURZA*

Publicado el: 2008-03-18

Como estamos en vísperas de las vacaciones de Semana Santa, quiero comentarles que cuando éramos chicos, mis hermanos y yo les teníamos mucho miedo a las aguamalas de Acapulco.


Se veían lindas; parecían gelatinas livianas; había blancas, rosas y azules; y a todas les colgaban unos hilitos; pero no recuerdo las de cual color eran las más peligrosas.


La primera vez que las vi bailar muy ligeritas sobre las olas, me encantaron y me acerqué a tocarlas. Al rato tenía una comezón espantosa y las manos rojas, hinchadas y calientes, me ardían horrible.


Y en la parte de mi brazo que había entrado en contacto con los hilitos de la aguamala, había unos como rasguños apenas marcados, pero que me dolían muchísimo.

A partir de entonces nadaba con precaución para poder esquivarlas; sobre todo cuando cruzaba más allá de donde rompen las olas y cuando llovía, porque como que el agua se ponía más calientita, llegaban en abundancia.


Hace unos días leí que en el Mar Mediterráneo hay ahora muchísimas; porque con el calentamiento del mar, se han multiplicado.


Acá en Chile las llaman Medusas y no hay tantas; las han visto sólo en el norte del país; porque mientras más al sur, debido a los efectos de la Corriente de Humboldt el agua es más fría.


Y ahora me entero por una información de la Clínica Alemana de Santiago, que tiene por costumbre que agradezco mandarme boletines con interesantes temas médicos, que teníamos razón en tenerles miedo; porque los efectos al tocarlas pueden llegar a causar hasta la muerte.


Además, son inmediatos y si la persona afectada está lejos de la playa se puede morir ahí o tendrá muchas dificultades para llegar a la playa, porque el dolor que causa el veneno que tienen, inmoviliza brazos o piernas.


El doctor Rubén Guarda, dermatólogo de esa Clínica, dice que el contacto peligroso es con las medusas vivas que están flotando en el mar, no así los pedazos que muchas veces se encuentran en la orilla de la playa.


Y que las más peligrosas son las chironex fleckeri, que viven en el Océano Pacífico; y la Physalia, del Atlántico.
Ambas emiten sustancias tóxicas capaces de afectar los nervios periféricos produciendo parálisis.


Y pueden también provocar un shock, con baja de presión si la cantidad de veneno es muy intenso. Si eso ocurre, es necesario llevar de inmediato al afectado a urgencias de cualquier centro médico.


Las reacciones pueden durar de dos días a tres semanas. De modo que si en estas vacaciones de Semana Santa un miembro de su familia toca una aguamala, sepa usted que aunque no es necesario suspenderlas y regresar a casa, sí es muy conveniente consultar con un médico del lugar para poder iniciar con rapidez el tratamiento.


Tenga en cuenta que las reacciones son más severas en los niños; y que en el caso de que las cosas sean leves y no pueda llevarlo al doctor, debe ponerle en el lugar afectado y varias veces al día, trapos mojados con agua caliente.


Eso le servirá para atenuar el dolor y la comezón; y al mismo tiempo, irá reduciendo la hinchazón.


* La autora es periodista mexicana radicada en Chile

Publicado el: 2008-03-18 PUBLICADO EN NOVEDADES DE QUINTANA ROO

N DE LA R.    En Tuxpan, Ver. la irritación por contacto del agua mala se aminora con orines ya sea propios o no.

Comentarios

Entradas populares