PARA PREOCUPARSE

Mi reconocimiento a "La Providencia", que siempre me ha acompañado...

De cuando en cuando al transitar en vehiculo frente a esta librería en la parte Sur de la calle Independencia en el puerto de Veracruz, recordaba que tenia pendiente visitarla para entrar y curiosear con la esperanza de encontrar algún libro acerca de la marina ...ó de cualquier otro tema de mi agrado.

Y es que el solo tener a la vista la fachada de esta "pequeña" librería me transporta a 1965 cuando por primera vez regrese a Veracruz abordo de "El Mexicano" procedente de Mazatlan y compre mis primeros libros técnicos acerca de la marina; que yo recuerde en Mazatlan, ó no vendían libros de la marina ó como buen estudiante de náutica, no tenia dinero para ello.

Esta fachada ha estado siempre en mis recuerdos, aun 40 años después de haber comprado unos 800 kilos de libros en Europa, Estados Unidos y Asia en librerías de las que no guardo un recuerdo tan vivo como de esta. Esta noticia desde luego que me desagrada, porque ya no podre visitarla si no es que tan solo para recordar mis inicios. Es una verdadera pena nacional la falta de entusiasmo por la lectura en Mexico y es esto seguramente, buena parte de nuestras desgracias, también.

Ojala nadie me pregunte jamás cuales son los tres libros que mas me hayan influenciado, ya que ni la Biblia he leído y, de lo leído, ya casi nada recuerdo. Sin embargo si creo recordar a tres de ellos que mucho me hicieron sufrir: Algebra de Anfossi en español y Ecuaciones Diferenciales y Calculo Infinitesimal ambos en ingles, de no se que autores ni me interesa, TODOS mis libros ya los regalé. Como me dijo Jose Antonio: "ya no estoy para aprender, sino para olvidar", de alguna manera me solidarizo con Enrique Peña Nieto, ...tenemos otras cosas en que pensar.

CIERRAN LA PROVIDENCIA ! ...PORQUE NUNCA QUISO ENRIQUE IR A LA LIBRERÍA.

09 Diciembre, 2011 07:14:00

image

AGOTADA...

* Internet, falta de lectores y monopolios editoriales le pusieron fin.

Por Sandra Segura/Notiver
Fotos SASS

Setenta y seis años después, este jueves don Manuel con lágrimas en los ojos escribió la última página de la tradicional librería La Providencia ubicada en la avenida Independencia de esta ciudad de Veracruz; los monopolios del mercado, el internet y la ausencia de lectores pusieron el punto final a este espacio.
Este jueves la prisa de los transeúntes no les permitió a muchos percatarse que en el 1634 de la calle principal del Centro Histórico el rudimentario aparador de madera lucía vacío, solo una de sus dos entradas de enormes puertas rojas estaba abierta; al entrar el panorama era desolador, los estantes de madera pintados en colores chillantes amarillo y verde estaban desocupados, libros apilados en mesitas, otros en el viejo mostrador de madera y cristal anunciaban una mudanza.
Un hombre de la tercera edad entraba y salía con un diablito llevando cajas con el resto de los libros que desde hace semanas, meses y años ya no ‘salían’, otro hombre pelo cano completamente y lentes sobre el pecho atados a un cordón se acerca amable y pregunta qué se ofrece es don Manuel Sánchez Mayoral, hombre de 73 años de edad, propietario y encargado de colocar los candados al terminar de vaciar el local.
Está nostálgico, entendible, pero acepta contar cómo surge La Providencia, “Ya ve ya desaparecieron Franqueza Hermanos, la de Ralero La Escolar y ahora nosotros. El inicio de la familia aquí es en 1890 cuando mi abuela que vivía en Maltrata dejó a su marido por ser un jugador se decidió a venir a Veracruz y lo hizo, acá se unió a un zapatero Espiridión Sánchez quien compró un espacio aquí y luego trajo un cajón para vender, lo compró aquí porque dijo que estaba en entrada y salida de la ciudad y era buen lugar”.
Para 1908 mí abuela decide convertir el espacio en miscelánea “vendíamos de todo, cambiábamos el aparador como iba cambiando, en posadas veníamos artículos de navidad, en reyes vendíamos de reyes y luego el ciclo escolar que empezaba con el año. Ya en 1935 su abuela ya vivía con Manuel Sánchez Contreras quien por convencimiento de un amigo que tenía relación con las editoriales de Argentina y España también de la Ciudad de México lo convence de entrar al negocio de los libros, de ahí hasta este jueves 08 de diciembre en que llegó a su fin.
“Antiguamente se vendía bastante bien, nosotros trajimos libros de España y Argentina directamente, libros bellísimos de literatura, poesía y la gente los compraba. Hoy la historia es distinta esas ventas vinieron a menos hasta que resultó insostenible continuar”; agrega.
Don Manuel explica en sus palabras qué pudo haber sucedido con La Providencia, “es la cuestión del gobierno señorita, mire, el internet fue el otro combate y ahora las librerías se cierran porque ahora las escuelas venden los libros y entonces absorben todo y no hay manera de sobrevivir; luego este año regalaron los libros de primaria y de secundaria pues nos dejaron…”.
La Providencia, aunque tenía títulos diversos de todas las disciplinas, desde científicas, económicas, políticas, tecnológicas y sociales preferentemente se dedicó a la venta del libro del texto, el escolar  “antes también sino estaba el libro se iban a la biblioteca o con lo prestado, un poco más. Ellos pintan las cosas como quieren –señala-“.
Se le cuestiona sus emociones en ese momento y un par de gotas en las comisuras de los ojos cansados se asoma, él toma tiempo y respira para contestar “una nostalgia ¿verdad? Porque se va una cosa bonito, se vivió mucho tiempo de aquí sirviéndole al público y es un artículo noble el libro porque vienen los papás en época de vacaciones venía el papá con los chamacos y se prestaba más al plan familiar.
Don Manuel también explica porqué del cierre “cerramos porque no hay venta, no hay venta, hay como un monopolio para manejar el libro, le dan siempre preferencia al cliente que paga más igual una escuela pide los libros le dan un buen precio mejor que a uno y tienen derecho a devolución un mes o mes y medio y nosotros en realidad no tenemos devolución y no podemos competir”.
Antiguamente solo se vendían dos o tres libros, o te daban dos o tres libros de los más importantes, te daban para música que no les gusta eso, los dejan en blanco. Lo que no quiere trabajar el librero ya casi trabaja todos los libros de escuela los paquetes que le llaman. Éstos libros ya no se venden al público, los vendimos como papel viejo para la renovación del papel.
Dice además de que escasean los lectores otro factor que les ha golpeado grandemente es el internet, “cada día se van a cerrar más, no van a quedar más que los que vendan libros así como en la Científica que trabaja todo el Estado, pero eso son los grandes capitales porque un negocio chico ya ve que no puede. La Cristal cerró, la de Zúñiga era una editorial de México y también cerró y se quedarán aquí como editoriales importantes Trillas, Herrero”.
Añadió las librerías que subsisten Veracruzana y Bachiller es porque trabajan cotidianamente papelería, subsisten, se quedan y son fuertes en el ramo “se quedan y cuesta mucho trabajo porque ahora los pagos son con tarjetita, te dan un abono y con eso controlan más y para uno que no tiene esos ¿qué va hacer? ¿cómo va uno a competir? Con un negocio nuevo no puede competir, le cuesta trabajo funcionar porque hay privacia”.
Sobre cuál opción de salvamento hay dice ninguna porque ahora el gobierno regala los libros a los niños, “son promesas pero ¿qué quiere usted que le haga? Hasta que no haya un cambio total en la manera de la educación en México”.
Dijo que ya alquiló el local y este jueves tenía que desocupar “ya hoy me voy al mediodía, ahorita. Aquí va a ser otro negocio no lo sé solo me parece que de alimentos no sé bien”. Don Manuel suspira, traga saliva y dice “la librería es más grande que yo, yo tengo 73 años y la familia estuvo aquí 76 años”.
Como anécdota cuenta “todas las mañanas a las siete y media se ponían en una rejita, ahí se ponían los niños porque donde hoy es Telas de México antes era la escuela primaria Josefa Ortiz de Domínguez por eso teníamos a los niños aquí era bonito”; don Manuel dice descansará unos dos meses y luego retomará ideas para ponerse en activo nuevamente.
De repente los clientes ocasionales, personas mayores entraron buscando un libro pero una vez dentro y enterados de la noticia lamentaron doblemente que un espacio para la búsqueda de conocimientos y títulos singulares, así como uno de los negocios sobrevivientes del viejo Veracruz desaparezca.
Adolfo Migoni Rodríguez, marino retirado dijo “es una lástima que un lugar como éste desaparezca y mientras los antros y la pornografía en internet está libre, lo consideró una gran pérdida; “no es posible que estén cerrando librerías tan identificadas como La Providencia yo venía aquí por algunos títulos y por platicar con este señor que es un caballero, me duele como veracruzano”.
Por su parte el ingeniero Mario Torres también expresó que estaba sorprendido de que un lugar con tanta tradición en Veracruz tuviera que cerrar; su esposa María Elena Cruz García de igual forma dijo “significa una gran pérdida para los veracruzanos una librería menos ante la proliferación de lupanares y espacios que no cultivan a las personas ojalá no lo lamentemos después”, concluyó mientras horas más tarde las puertas de la librería se cerraron para siempre como tal.

Comentarios

Entradas populares