¡¡MANIFIESTESE SR. MADERO…!! ACTA DE DEFUNCIÓN DE FRANCISCO I.MADERO

Por Nina Núñez Salguero

Mi niñez fue extremadamente rica en relatos de la revolución mexicana. Mi tío Horacio Núñez y mi padre Virgilio Núñez, uno adolescente y el otro un niño, participaron en esta.

De igual forma mi abuela materna, Fausta León fue testigo del asesinato de su padre y hermanos en la revolución y al igual que mis tías paternas, se escondían por los montes ante el rumor de las hordas revolucionarias, la participación de la mujer en esa época fue excepcional.

Pasado este revuelo social, mi prima Teresa Núñez+ casó con Manuel Díaz+ nieto de don Porfirio Díaz, el cual acompañó a su controvertido abuelo en el Ipiranga, tuvieron cinco hijos, Luis Manuel, Las gemelas Tere y Lili, Porfirio y Luari Díaz Núñez.

Quiero explicar que mi prima Teresa tenía la misma edad de mi mamá, por lo que hablar de historia cabe aclararlo.

Los relatos aquí vertidos son parte de las vivencias personales, pues escuchaba a Manuel hablar de su estancia en Francia con Don Porfirio y Carmelita y de las anécdotas revolucionarias de mi padre.

Pues bien, es amp0liamente conocido que Francisco I.Madero, era espiritista y creía firmemente en esta doctrina filosófica a la que simpatizó estando en el extranjero donde realizó sus estudios, Madero creía con firmeza que el espíritu sobrevivía, después de la muerte del cuerpo físico, y era bien sabido que a través de ritos invocaba a los personajes del más allá

Mi padre me enseñó a ver todo esto con respeto, con tolerancia.

Francisco Indalecio, Francisco Ignacio, Francisco Inocencio, no le hacen diferente la duda sobre el segundo nombre Don Francisco I. Madero, es lo de menos – ¿Esa I, es de idealismo-? si, contestaba mi papá, digamos que si, regístralo para ti misma.

Lo irreverente de este relato es que no inicio por los tradicionales datos Nació en… sino que lo hago publicando el relato de las autopsias de dos grandes.

Las copias de las actas de defunción de Madero y Pino Suárez, me las obsequió mi tío Horacio Núñez+ llegó el tiempo de publicar lo que justamente anoche dentro de mí insomnio avasallador y desgastante decidí realizar: ¡¡ Manifiéstese Sr. Francisco I. Madero!!

AUTOPSIA DEL SEÑOR MADERO, LAS DOS HERIDAS QUE LE PRODUJERON LA MUERTE

Ejército Nacional, Brigada de Operaciones de Reserva.- Servicio Sanitario.

Los Médicos Cirujanos del Ejército que suscriben, certifican que por disposición del C. Juez Primero de Instrucción del C. Juez Primero de Instrucción Militar, practicaron la autopsia del cadáver del C. Fran cisco I. Madero, con el objeto de investigar cual fue la causa de su muerte.

Del examen practicado al cadáver del señor D. Francisco I.Madero, resultó que corresponde a un individuo del sexo masculino, como de 38 años de edad y de ciento cincuenta y ocho centímetros de longitud.

Al exterior presentaba como equimosis situada en el tercio interno del párpado superior izquierdo, de dos centímetros en su mayor extensión: cuatro excoriaciones situadas en la región frontal , a nivel de la línea media de forma irregular, midiendo la mayor ocho centímetros en su mayor extensión y dos heridas al parecer hechas por arma de fuego: la primera en la región occipital a la derecha de la línea media y a nivel de la protuberancia occipital a la derecha de la línea media, circular de ocho centímetros de diámetro y rodeada de una escara de tres milímetros de anchura, de una zona equimótica de 15 milímetro en su mayor extensión, de bordes invertidos hacia adentro y desgarrados; la segunda situada en la misma región occipital , a la izquierda de la línea media , distante de la primera quince milímetros : circular y de caracteres idénticos a la primera herida descrita.

Abiertas las cavidades esplánicas, examinados cuidadosamente los órganos comprendidos en ellas, se vio: que en la primera herida el proyectil después de producir la lesión descrita anteriormente y siguiendo una dirección de atrás a adelante, de afuera a adentro y de derecha a izquierda, interesó todos los órganos correspondientes a la región , fracturando conmitutivamente la escama del hueso occipital y base del cráneo penetró a la cavidad subcraneana, desgarró los meninges, destrozó el cerebelo, el bulbo , y vino a alojarse el proyectil a la izquierda de donde fue extraída; la segunda herida, el proyectil siguiendo la dirección de atrás a adelante, de afuera a adentro, de izquierda a derecha, interesó todos los órganos de la región, fracturó conminutituvamente la escama del hueso occipital, penetró la cavidad subcraneana, destrozó el cerebelo y el bulbo, desgarrando los meninges y vino a alojarse el proyectil en pequeños fragmentos en la base del cráneo a la derecha de la silla turca.

En esta cavidad existía un abundante derramamiento de sangre líquida y coagulada, en cantidad considerable. Los meninges se encontraban adheridas a los hemisferios cerebrales en las porciones correspondientes en la circunvolución frontal y pariental de ambos hemisferios.

En la cavidad toráxica el corazón se encontraba hipertrofiado en el ventrículo izquierdo y sin ningún otra lesión orgánica ostensible.

Los demás órganos de esta cavidad, así como los de la abdominal, no presentaban ninguna alteración digna de mencionarse.

Adjunto al presente dictamen se remite el proyectil y pequeños fragmentos extraídos de la cavidad craneana del cadáver de Francisco I. Madero.

Conclusiones:

Primera.- El que en vida llevó el nombre de Francisco I. Madero, falleció por dos heridas penetrantes del cráneo, hechas por arma de fuego, que por sí solas y directamente producen la muerte.

Segunda.- Las escoriaciones y equimosis descritas son los de las lesiones que no ponen, n i pueden poner en peligro la vida y tardan en sanar menos de quince días.

Tercera.- Por los caracteres descritos anteriormente en las heridas, hechas al parecer con arma de fuego, se infieren que correspondían, a los orificios de entrada de un proyectil respectivamente.

Dado en el Palacio Nacional, en la ciudad de México, el 23 del mes de febrero del año de mil novecientos trece.

El M ayor Médico Cirujano Virgilio Villanueva – Rúbrica- El Mayor Médico Cirujano- Pedro G. Mancera.- Rúbrica

En mi solitaria reunión espiritista y al llamado realizado, no hubo voces, ni ruidos, ni respuestas, solo la tranquilidad de una petición hecha por mi familia revolucionaria.

PD. Se respeta la traducción ortográfica de época, de la publicación de la Agrupación Pro-Madero

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